domingo, 12 de junio de 2011

37.

37.
"Safety pins holding up the things that make you mine".

Los días que siguieron a la discusión y ruptura de Lane y Dougie, ésta se quedó encerrada en la habitación llorando. Sólo salía de la cama para ir al baño (dentro de la habitación) y para desayunar y merencenar. No tenía ni las ganas ni la fuerza para levantarse y hacer algo útil, al fin y al cabo, le quedaban tres semanas para no hacer nada y llorar como una descosida. 
Visto su estado, Sophie y Ally se acoplaron por allí e intentaron en numerosas ocasiones entrar en su cuarto y animarla, pero no funcionó. Su cara no cambiaba: los ojos rojos y ojerosos, el pelo recogido y la mirada perdida. Después de tres días en este estado zombie-depresivo, Jeremy entró a la habitación, la levantó de la cama y comenzó a desnudarla.
-¡Eh! ¿Qué haces?
-Ducharte. De todas formas, no hay nada que no haya visto antes, así que vamos.
La metió debajo del agua y ella empezó a contarle lo sucedido.
-Me llamó puta.
Jeremy la miró sorprendido y continuó con su labor, prefirió no decir nada sobre el tema.
-Quiero ver a los chicos.
-Vale, te llevo si comes algo antes.
Lane asintió y dejó que Jeremy le eligiera la ropa. Cuando salió, todas las miradas estaban fijas en ella, pero al parecer habían acordado no sacar el tema, por lo que estaban en silencio atosigándola con la mirada y la chica en cuanto terminó, se marchó con Jeremy a casa de los chicos. La dejó en la puerta y se despidió sonriente.

Ding, dong. Ding, dong.
Ding, dong.

Se escucharon pasos al otro lado de la puerta y tras ella apareció la amable sonrisa de Tom, acompañada de su adorable hoyuelo. No se esperaba verla así, no había adelgazado mucho, pero sus ojos rojos y sus ojeras denotaban problemas. Su cara cambió y la hizo pasar al salón, justo en el momento en que Dougie bajaba las escaleras para salir. Estaba más serio de lo normal y no se había duchado, sus ojos estaban llorosos y cuando la vio intentó mostrarse enfadado y borde.
-Adiós, Tom. Vuelvo luego.
-Te recuerdo que cortaste tú, estás siendo injusto.
Pero él ya se había ido.
-¿Qué ha pasado, Lane?
Lane se sentó en el sofá y sacó del bolso la carta de la universidad. Tom sonrió y la felicitó. No entendía qué tenía que ver con ellos y su relación.
-Se enfadó y dijo que cuando pensaba contárselo, que siempre la cagaba, que no quería explicaciones y sacó indirectamente lo de Maxime. Le dije que ya me había disculpado y me había sentido como una puta y dijo que entonces lo era y le mandé a la mierda. Después de dos horas, decidimos que a mi vuelta hablaríamos. Nos besamos y se fue. 
>> Ésto fue hace tres días y no he podido dejar de llorar desde entonces...
Tom le dio un abrazo de los suyos y la calmó un poco. La llevó a la cocina y le dio un chocolate caliente. Le contó que Dougie no había salido de su habitación y que dormía con un peluche de Lane. Esto la hizo recordar que se tenía que llevar sus cosas de allí. Cogió todo y sumó algunas de las camisetas que siempre usaba de Dougie y lo metió todo en una caja que dejó al lado de la puerta.
-Tom, ¿está Harry?
-No, no. Ha salido y yo me voy ahora.
-¿Puedo tocar la batería?
Un brillo de esperanza lucía en sus ojos.
-Claro, quédate cuanto quieras.
Le dio un beso en la mejilla y subió. Tocó hasta que se le cansaron los brazos y después fue a la habitación de Dougie. Observó la cama en la que habían pasado noches de sueño y noches en vela, la alfombra que había servido de armario en numerosas ocasiones. Observó cada detalle y sobre la mesilla dejó una pulsera. Sabía que se la pondría y que sabría que era suya. Estaba segura de ello. Sonrió levemente y salió de allí con la caja en la mano. Cuando llegó a casa no había nadie. Sophie y Danny y Harry y Charlotte habían salido juntos. Mientras tanto, en rincones solitarios del Hyde Park, Jeremy y Audrey estaban juntos, sentados sobre una manta. Desde el centro llegaban luces pálidas de la ciudad que iluminaban, entre los árboles, los apasionados besos de los dos jóvenes amantes. Cubrieron sus cuerpos con una manta y poco a poco sus almas fueron una, sus cuerpos se unieron al compás de una canción llamada amor. Su primera vez, la primera de muchas más.

Dos rojas lenguas de fuego
que a un mismo tronco enlazadas
se aproximan, y al besarse
forman una sola llama.

Dos notas que del laúd
a un tiempo la mano arranca,
y en el espacio se encuentran
y armoniosas se abrazan. 
Dos olas que vienen juntas
a morir sobre una playa
y que al romper se coronan
con un penacho de plata.

Dos jirones de vapor
que del lago se levantan,
y al reunirse en el cielo
forman una nube blanca.

Dos ideas que al par brotan,
dos besos que a un tiempo estallan,
dos ecos que se confunden,
eso son nuestras dos almas. 

-Nuestras Dos Almas, Gustavo Adolfo Becquer-. 

2 comentarios:

  1. ooo Dougie es injusto solo es un trimestre!!!!

    ResponderEliminar
  2. Que de tiempo, chiquilla *-*
    Como me gusta tu fic, por Dios.
    Tienes que seguir D:
    <3

    ResponderEliminar