martes, 14 de junio de 2011

39.

Aclaración: Este capítulo agradecédselo a la pesada de María. Sabed que no tiene especial relevancia y que no es muy largo, a ver si os gusta.
Un beso a todaas :)


39.
"I just want to be the one to take you to heaven tonight".


POV: Dougie Poynter

Me acarició suavemente los labios, hiciendo que deseara un beso, y se marchó llorando por mi culpa. Me sentía culpable, me siento culpable. Habíamos terminado, probablemente para siempre, y todo por mi culpa. Pero no puedo lamentarme, lo hecho hecho está. Hice que se alejase de mí yo solito, no merezco su amor pero me alegra saber que lo tengo.
Susurré un te quiero y me fui de allí solo. No quería estar con nadie, me dirían que me había pasado con ella y tenían razón, pero no quería volver a escucharlo, ya lo sabía. Era de noche, estaba nublado y comenzó a llover. Yo caminaba lentamente arrastrando los pies y empapándome de esa lluvia veraniega. Y recordé una vez con ella, hacía unos dos meses más o menos, antes de la gira.

Íbamos de la mano por el centro de Londres, ella sonreía feliz y me miraba. Sus verdes y hermosos ojos brillaban al mirarme, al igual que los míos. Ese día hacía un mes y medio desde la vez que chocamos en la calle y me obsesioné con esa hermosa chica rubia a la que no conocía de nada. Ella había querido ir a dar un paseo en barca, por lo que cogimos mi coche y conduje hasta un pueblito en el que había un hermoso lago rodeado de verdes y amplios campos florecidos. 
En el lago no había nadie más que nosotros y la imagen del sol reflejado en el amplio lago era casi tan hermosa como Lane. Recorrí el hermoso paisaje con la vista mientras Lane correteaba y me gritaba que quería montar en barca. Yo sonreí y corrí hacia ella. Estaba tan hermosa allí, en medio de la pradera... Nos acercamos a la orilla del lago y había una pequeña barquita varada. Mire a nuestro alrededor para ver si pertenecía a alguien y, al no ver a nadie cerca, la empujé al agua con ayuda de Lane y nos subimos. Remamos entre besos y risas hasta prácticamente el centro del lago y paramos allí. Ella me miró como sabía hacer cuando me tenía ganas y, clavando su mirada pícara en mí, se abalanzó sobre mi cuello y me besó apasionadamente. Comenzó en la oreja y poco a poco bajó por la mejilla hasta llegar a los labios, que besó con delicada fiereza. Su lengua luchaba ansiosa con la mía. Despegamos los labios y sonreímos. Sentí su mano acariciándome y, entonces, mi camiseta estaba en el suelo de la barca y decidí hacer lo propio con la suya. Acaricié suavemente sus pechos y le quité el sujetador. Los besé, lamí y sentí mis labios poniéndole la piel de gallina por cada sitio de su cuerpo que tocaba. Me sentí plena y absolutamente feliz a su lado. Pensé que ese momento no acabaría nunca. 
Nos miramos a los ojos y supe que era el momento, la tumbé en el suelo de la barca y la hice mía para siempre. Sentí nuestros cuerpos pegados, calientes y sudorosos. Sentí sus gemidos susurrados en mi oído y sus manos cogiendo fuertemente mi pelo. 
-No me sueltes nunca.
Eso fue lo que dijo justo antes de que la lluvia comenzase a caer y yo me tumbase a su lado. Nos abrazamos y nos besamos una vez más. Entonces me miró y dijo:
-Quiero darme un baño.
Segundos después estaba en el agua, desnuda, bañándose en el lago que estaba siendo mojado por la lluvia. Nadaba deprisa para entrar en calor y, de cuando en cuando, me miraba y sonreía enamorada. Completamente enamorada. Sentía el amor puro de una niña en su mirada. Sentía la pasión fogosa en sus labios. Veía la perfección en todo su ser y me sentía orgulloso. Ni en mis mejores sueños habría pensado que tendría la suerte de ser amado por la misma belleza. Ni en mis mejores sueños imaginé que encontraría un lugar donde relajarme en los ojos de una persona. Ni en mis peores pesadillas soñé que unas lágrimas ajenas pudiesen marcar tanto mi corazón.
Se volvió a subir a la barca y remamos de nuevo hacia la orilla. Seguíamos desnudos, pero no nos importó, no había nadie. Nos tumbamos en la hierba verde y salvaje, como sus ojos, y simplemente nos miramos. No hizo falta decir nada. Sólo nos miramos durante horas hasta que anocheció y me sonrió mientras se vestía. En ese momento, todo mi amor se confirmó. En ese momento, supe que no podría ser feliz sin ella. En ese momento recordé estas palabras y sonreí:

¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
En mi pupila tu pupila azul.

¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía eres tú.



Una copa más recorría mi garganta y la tristeza bañaba mis mejillas. No, no era feliz sin ella. No era nada sin Lane. No quedaba nada por lo que llorar, porque lo único que tenía se había marchado. 
-Te amo, Lane Wood.

3 comentarios:

  1. Dios mio de mi vida como te quiero!
    ais enserio es precioso me encanta *-*
    <3333 me haces sentir tanto los pensamientos de Doug que bien escribes jodia!

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  2. 0.0 Que capitulazo me ha encantado! Es genial!
    Pobre Dougie bebiendo y recordando todo eso, pero es más bonito, escribes de maravilla! :D

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  3. Dios, que capitulos, por Dios. Me has dejado sin palabras.
    JO-DER.
    Me encanta <3

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