domingo, 20 de mayo de 2012

Caca.

Bueno, gente...
Visto el panorama, bastante deprimente y mierdoso, me dispongo a abandonar esta mierda de fic por el que he perdido toda inspiración pero que he seguido por si alguien lo leía, pero, en vista de que no es así y de que nadie se digna a poner ni un solo jodido comentario, como ya he dicho, me dispongo a dejarlo inconcluso. 

Si queréis comentar, comentad y me lo repienso. Si no, sacad vuestras propias conclusiones sobre el final, que será más chupiguay.
No me malinterpretéis, con este fic lo he pasado muy bien y me ha gustado escribir lo que he escrito, aunque la mayor parte de los capítulos me den un asco impresionante, y bueno... no sé, ha estado bien. Pero creo que es momento de dejarlo, así que adiós y muy buenas noches a todos/todas.
Que os vaya bien.
Un beso.

sábado, 7 de abril de 2012

48.

48.
"Could it be January? 'Cose it feels so cold without you here".

Esa noche Jeremy y Lane volvieron a casa y se abrazaron antes de meterse cada uno en una habitación, él en la suya y ella en la de Joris. Cuando entró en la habitación él estaba en la cama fumando un porro y escuchando música con los cascos puestos, trepó en la cama, se colocó encima de él y le quitó el porro de la mano.
-Buenas- dijo él con una sonrisa mientras expulsaba el humo por la boca y besaba a Lane.
-Mañana empiezo en la uni, ¿me quieres llevar?
-Bah, eso es mañana. Ahora quiero hacer otras cosas contigo, buena mujer- contestó mientras se besaban y comenzaban lo que fue una noche movidita.

La mañana siguiente se despertaron pronto, desayunaron y Joris la acompañó a la universidad. Ese fue el primer día del trimestre lectivo que comenzó y acabó muy rápidamente, más rápido de lo que esperaba. En ese tiempo Maxime intentó conseguir la antención de Lane de todas las maneras que se le ocurrieron, pero lo suyo con Joris fue a más y poco a poco terminaron por tener una relación. Lane habló con él e hizo lo posible por no herirle, sin obtener muchos resultados. 
Por otro lado, en Londres, Dougie volvió a ver a Kaya varias veces al tiempo que veía de forma esporádica a otras chicas y terminó por salir con ella oficialmente. Contando interiormente cuánto faltaba para que Lane volviese.

El tiempo pasó rápido y cuando quiso darse cuenta tenía las notas en la mano y las vacaciones de invierno estaban a punto de comenzar. Le habían adelantado algunos exámenes para poder tener las notas antes de las vacaciones y había aprobado con bastante buena nota, además de mejorar su francés notablemente. 
Era diciembre, un sábado y ya estaba empaquetando sus cosas, el domingo salía su vuelo y había convencido a Joris y Jeremy para que fuesen con ella a Londres mientras Maxime visitaba a su familia. Había llamado a los chicos y a su madre y todos irían a esperarla al aeropuerto, estaba ansiosa por verles, por ver a Dougie.
A las 7 de la mañana los tres estaban sentados en el avión esperando el despegue, aunque cinco minutos más tarde de que el avión dejase atrás el aeropuerto los tres se quedaron dormidos y no se despertaron hasta que una azafata les avisó de que ya estaban definitivamente en tierra inglesa. Lane, nerviosa, apretó las manos de sus compañeros de vuelo y, tras coger sus maletas, salieron y vieron a Tom, Danny, Harry, Dougie, Sophie, a su madre y a su hermano esperándoles con una sonrisa de emoción y nostalgia, todo junto. Lane sonrió y miró a Jeremy, luego a Joris y, justo después, a Dougie. Se soltó de las manos de ambos, tiró las maletas al suelo y abrazó a su familia primero y a los chicos después, a todos. Cuando abrazó a Dougie y sintió su aroma de nuevo sintió ganas de echarse al suelo y llorar desconsoladamente hasta morir arropada por la miseria que sentía.
-Por tu culpa hemos sido atacados por diez fans locas que no nos dejaban en paz, estarás contenta- dijo Danny sonriendo.
-Muchísimo- contestó ella riendo y abrazando a Sophie.
Después de la bienvenida fueron en coche a casa de Lane y desayunaron todos juntos allí. Nadie mencionó en ningún momento a Kaya y ella se besó con Joris intentando que Dougie no les viera, pero no era tonto y se sintió traicinado. Tanto como se sintió Lane al ver a Kaya besando a Dougie. Pero mantuvo la compostura y pasó la tarde con ellos intentando aguantarla. Durante semanas pasaron tiempo todos juntos, ella y Dougie se miraban constantemente, pero intentaban disimular y cuando se quedaban solos se deseaban en silencio.
Por las mañanas Lane y Joris se escapaban y daban vueltas por Londres, lo pasaban bien compartiendo humo y besos apasionados. De hecho, pensaba que le quería y, entonces, veía a Doug y todo volvía al principio, volvía a sentir ese amor incondicional que había sentido por él. Poco a poco se dio cuenta de que quería a Joris, a la vez que anhelaba a Dougie. Las ganas de besarle aumentaban por momentos y, solo con pensar que no le podía tener, las ganas de hacer el amor con él eran incontenibles. Y, mientras ella intentaba ocultarlo, todos a su alrededor se dieron cuenta y Tom, Jeremy y Sophie le tendieron una trampa y la obligaron a hablar, a contar todo como si supiese el ingrediente secreto de la coca-cola. Tras lo que terminó entre lágrimas admitiendo que echaba de menos a Dougie cada vez que le veía o estaba cerca de él.
Unos días más tarde, hicieron una fiesta de bienvenida en un bar -antro- del centro de Londres, Lane estaba acurrucada en una esquina con Joris, besándose y bebiendo, mientras los demás bailaban. Se levantó y fue al baño, mientras Joris la miraba alejarse, y Dougie se encerró con ella, la empujó contra la pared y sin dejarla reaccionar la besó apasionadamente. Ella le devolvió el besó y rodeó su cuello con las manos, apretándole contra sí. Se separó bruscamente de él y le miró.
-No, Dougie.
Él la miró desconcertado.
-No podemos, yo estoy con Joris y tú con... Kaya.
-Pero...
Ella le miró con cara de arrepentimiento.
-Te quiero y sé que me quieres, pero tienes novia y yo también. Así que aquí no ha pasado nada. Yo he ido a hacer pis y tú también, pero al baño de hombres, ¿vale?
Él asintió y ella le besó como no recordaba haberle besado. Acto seguido abrió la puerta del baño y salió de allí, volvió con Joris y fingió que no había pasado nada. Que no había besado a Dougie, que no había recordado lo que sentía cada vez que estaba entre sus brazos. Fingió que no le echaba de menos.

martes, 7 de febrero de 2012

47.

47.
"There was a time everybody was around and I was dancing with you".


Y, entonces, te ves solo. Nadie hay ya que te pueda ayudar a comprender lo que sucede a tu alrededor. Y descubres que tampoco hay nada que desees saber, por lo que decides vivir durante unos momentos, al menos.


A su vez, en Londres, Dougie se despertaba después de su noche con Kaya, pero en la cama estaba solo. Eran las diez de la mañana y en casa todos dormían, no se escuchaban más ruidos que los ronquidos lejanos de Harry y puede que los de Danny. A su lado, en la almohada, había un post-it en el que ponía:


"Lo siento, me he tenido que ir pronto, 
pero lo pasé muy bien esta noche.
Kaya xxx".

Dougie lo leyó y acto seguido hizo una bolita con el papel y lo tiró al suelo. "No te ralles, Doug. Ahora no necesitas una relación más con la que sufrir, pasa de ella", intentaba darse ánimos y, con estos pensamientos, se marchó a la ducha para aclarar sus ideas. 
Después de media hora bajo el agua humeante, abrió los ojos y salió del agua. Se quedó un rato de pie, en silencio, y pensó qué sería de Lane. Pero decidió quitársela de la cabeza y evitarse cualquier depresión que pudiese venir después. 
La mañana pasó rápida y pronto anocheció de nuevo, era sábado y, por primera vez en mucho tiempo, el que tenía ganas de salir de fiesta era él y, como era algo nuevo en él, decidieron complacer a su amigo y llamaron a las chicas. La única que se negó a ir fue Kaya, pero Dougie decidió no darle importancia: había más chicas en Londres. 
A las diez llegaron a un local nuevo que habían abierto cerca de su casa y empezaron a beber sentados en una mesa mientras charlaban y fumaban. Dougie se ofrecía a ir siempre a buscar las copas y aprovechaba para hablar con la camarera: Linda. Era pelirroja, alta y tenía unas bonitas tetas. Finalmente, después de levantarse por tercera vez, Dougie decidió lanzarse y le dijo al oído para que le escuchara:
-¿A qué hora sales?
Ella sonrió y le contestó:
-Cuando me quieras llevar a tu piso.
Él la miró un momento y le contestó:
-Una ronda más y nos vamos, ¿te parece?
Ella asintió sonriendo y les sirvió una ronda más. Dougie volvió a la mesa con las copas en la mano y una sonrisa de triunfo en la cara. Danny le miró y le dijo:
-¿Qué?¿Has ligado?
Dougie asintió y miró a Linda, aprovechando que ésta estaba distraída atendiendo a otros clientes.
-¿Ves a esa camarera pelirroja de ahí?
Danny asintió.
-Pues ahora me la voy a llevar a casa, ¿qué te parece?- dijo dándole un codazo a su amigo.
-JA JA JA ¡Toma ya! ¡Choca esos cinco, tío!
Dougie chocó los cinco con su amigo y se levantó diciendo:
-Deséame suerte.
-JA, creo que a estas alturas no la necesitas...
Y se acercó a la barra, seguido por las atónitas miradas de sus amigos, que observaban a Doug marcharse cogiendo por la cintura a la bella camarera.
Doug sacó un cigarro de la cajetilla y le ofreció a la chica.
-No prefiero que me des del tuyo- replicó sonriendo.
Él asintió y le dio una calada y, justo cuando se lo iba a dar a Linda, ésta se acercó a él y le besó. Estuvieron así un rato y cuando se separaron él dijo:
-Me gusta tu manera de fumar.
Ella se rió y fueron hablando hasta que llegaron a la casa de Dougie.
-Aquí es- dijo mientras abría la puerta y la cerraba tras ella-. ¿Quieres beber algo?
-Un vaso de agua está bien, gracias.
Él le quitó la chaqueta, la dejó en la entrada y le indicó el camino al salón.
-Espérame ahí, ahora te lo llevo.
Dougie fue a la cocina y cogió un vaso con agua para su acompañante, que le esperaba sentada en el sofá. Él se sentó muy cerca de ella y dejó los vasos en la mesilla. Ella sonrió y se inclinó para coger su vaso, de manera que pudo entrever sus pechos por debajo de la escotada camiseta de la chica. Linda sabía que le estaba mirando sus pecosos y blanquecinos senos, pero no le importó. Se irguió otra vez y se acercó un poco más a él, mientras posaba su mano en el muslo de éste. Él le miraba las piernas: llevaba una minifalda y estaba sentada con las piernas abiertas, no llevaba medias y su mano, posada en la pierna de la chica, ardía de deseos de tocar más arriba, por lo que, sutilmente, la acercó un poco más al borde de la falda de la chica, que hizo lo mismo y se acercó a su oído para decirle:
-No llevo nada...
Entonces, él, flameante en deseos de posarse sobre su piel desnuda y sentirla junto a la suya, la tumbó en el sofá e introdujo uno de sus dedos dentro de ella, que le cogía fuertemente y comenzaba a arder cada vez más y dejaba escapar unos gemidos en su oreja, poniéndole los pelos de punta. Bruscamente, le sentó en el sofá y le quitó los pantalones, introduciéndose su verga en la boca. Él la empujaba suavemente contra sí y, cerrando los ojos, gemía de placer y la sentaba en su regazo, mientras se deshacían de sus camisetas y sus turgentes y suaves senos quedaban al descubierto, por fin, y él los introducía en su boca uno a uno, mientras mordía sus erizados pezones. Entonces, ella, se introdujo el miembro de su compañero y poco a poco cabalgó sobre su cuerpo, cual caballo salvaje en libertad. Sus senos se balanceaban al ritmo de sus movimientos y Dougie la apretaba cada vez con más fuerza junto a su cuerpo. Sus  torsos ardientes y sudorosos irradiaban pasión por los poros y sus ganas de arder en llamas juntos hicieron de esa noche una noche interminable.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

46.

46.
"I really fucked it up this time, didn't I, my dear?"

Ese momento en el que descubres todo lo que sucede a tu alrededor. Descubres que nada es como pensabas y te sientes pequeño.

Maxime la besó, pero Lane no se sintió cómoda. A lo mejor a él le hacía más feliz pero ella no se sentía igual, por lo que se separó, le miró y se levantó.
-¿Entonces, me perdonas?
-No hay nada que perdonar- contestó él con una sonrisa, mientras ella salía.
Justo cuando ella salía, Gaël había llegado a casa y le preguntaba qué había pasado.
-Ya te enterarás, no te preocupes- contestó Lane dándole una palmada en el hombro y dejándole solo.
Se dirigió al salón, donde estaba Joris viendo la televisión y se sentó a su lado. Pero él no se dio cuenta, estaba distraído pensando en quién sabe qué.
-¿Está enfadado contigo?- preguntó Lane mirando la pantalla de la televisión
Él la miró saliendo de su ensimismamiento y comenzó a hacer zapping.
-Creo que sí, pero él dice que no.
-Le pedí que te perdonase.
Silencio, mucho silencio y el zumbido de la televisión encendida.
-La hemos cagado, Lane.
Se miraron y, sin pensarlo, ella se acercó a él y le besó brevemente.
-Lo sé. Pero... ¿sabes dónde está Jeremy?
-Creo que en mi habitación, ¿por?
-Tengo que hablar con él- contestó mientras se levantaba. 
La puerta estaba cerrada por lo que tocó suavemente tres veces y después abrió y entró.
-¿Quieres dar una vuelta conmigo y hablar, por favor?
Jeremy la miró un momento y asintió desganado.
-Me cambio y vamos.
-Vale- contestó ella con una sonrisa.
-Lane.
-¿Sí?
-Cambiate tú también, anda.
Ella sonrió y salió de allí. Cinco minutos más tarde, salían los dos a la calle y comenzaban a andar en silencio.
-¿De qué querías hablar, Lane?
-De que te hice caso y hablé con Maxime. Lo arreglamos y entonces me besó.
-¿Cómo que te besó? ¿Otra vez?- Jeremy la miraba incrédulo.
-Sí, pero yo me separé y me fui.
-Menos mal...
Lane le miró.
-¿Cómo que menos mal?
-Menos mal que te separaste porque habría estado un poco mal que te liases con él teniendo en cuenta que quieres volver a tener algo con Joris, ¿no?- respondió con una media sonrisa plantada en la cara.
Lane se quedó callada y miró al suelo un momento, luego le miró a él.
-Jo... Eres demasiado listo.
Él soltó una carcajada y sonriendo replicó:
-Lo sé.
Ella le empujó y él la cogió en brazos y la cargó al hombro cual saco de patatas mientras corría y ella intentaba zafarse.
-¡Bájame, cerdo!
-¿Qué me das a cambio?
-Qué cabrón... - contestó ella entre risas-: Te invito a un café.
-Hazlo un chocolate caliente y trato hecho.
-Vale, como quieras, pero bájame ya.
Ambos con los pies en el suelo decidieron entrar a una pequeña cafetería y se sentaron en unos sillones al fondo de la sala. Estuvieron en silencio un momento y entonces ella le miró y le dijo:
-¿Vas a volver a Londres?
Jeremy miró la mesa mientras juntaba unos granitos de azúcar con su dedo índice. Luego miró los ojos verdes de su amiga.
-No.
Ella sorbió un poco de su café intentando digerir esa negativa rotunda que no daba lugar a ninguna clase de duda y que, la miraras por donde la mirases, era como una patada en el estómago.
-¿Por qué no?
-¿Y por que sí? No tengo ninguna razón para volver, Lane. No quiero volver a ver a mi madre ni a mi padre, no quiero volver a su casa ni estar cerca de ellos. Me mandaron a un internado en París y desde entonces les he visto dos veces. La segunda fue solo para presentarme al hijo por el que me han cambiado, uno que no les haga sentir vergüenza. No me han llamado para ninguno de mis cumpleaños, ¿sabes cómo me sentí al llegar a un sitio en el que no conocía a nadie, en el que nadie hablaba mi idioma y en el que no tenía noticias de mi familia? Me sentí abandonado. Al principio quise creer que no me pasaban las llamadas y me extraviaban las cartas por alguna clase de broma pesada. Pero al cumplir los dieciocho y ver que sigues ahí te das cuenta de que si no hablan es porque no quieren. Lo peor de todo es que me enviaron al internado porque no quisieron intentar "encarrilarme" ellos mismos, según ellos no les daba más que problemas y estaban hartos de sacarme de todos los líos en los que me metía. Pero esa no era la razón, lo averigué y descubrí que soy un hijo ilegítimo de mi padre con una mujer que murió un año después de nacer yo, mi madre nunca me quiso y mi padre era muy feliz antes de aparecer yo, por lo que aprovecharon su oportunidad y se evitaron más problemas. Me lo contó mi madre la segunda vez que fui, el último día antes de volver a París, pero no pedí ninguna explicación. No necesito saber nada más, con lo que sé es suficiente.
Lane no sabía que responder, con una cuchara removía su café frío y procesaba la información que acababa de recibir.
-Pero, ¿estás seguro de eso?
-¿De qué, de lo que me dijo mi madre? Claro, me enseñó mi partida de nacimiento y una foto de mi madre cogiéndome en brazos antes de morir, la foto que le dio a mi padre cuando me dejó con él. Cuando ella conoció a mi padre yo ya tenía tres años, para mí ella era mi madre, no conocí a ninguna otra, pero ella nunca me sintió su hijo. Ella quería a mi padre y quería un hijo suyo, uno al que querer de verdad, y fue más fácil cuando yo ya no estaba.
>> Ahí tienes por qué no vuelvo a Londres.
Jeremy se terminó su chocolate caliente y Lane le abrazó. En ese momento, sintió que sus problemas eran insignificantes comparados con los de su amigo, sintió el nudo que debió sentir él después de tanto tiempo guardando todo eso para sí mismo. Y al oído le cantó:
-"Don't give up, don't give up it's not done or over. When they push away turn the cold shoulder". 

sábado, 22 de octubre de 2011

45.

Holaa chavaleeeeeeeeeeeeeeeeeeeees!!
He vueeltoo, despué de más de un mes sin subir nada, la menda is back!! Fuck yeah!
Bueno, a ver que ha salido.. Esoero que os guste y que comentCOMENTAD, CABRONES!
Ahora sí, un besooooo!

45.
"Waiting for a night to wrap around us".

Y vuelta a Londres. Vuelta a Dougie, que desde que entró para pintar la habitación no volvió a salir de ella. Sus amigos estaban hartos, no salía más que para comer y/o cagar, tenía el pelo tan grasiento que parecía que se lo había lamido una vaca y, bueno, de la ropa interior mejor no saber nada. 
Había pintado la habitación justo como le había propuesto Lane que la pintara, había cambiado los muebles de lugar y guardado todas las fotos que tenía con ella en un álbum de fotos con su nombre. Y, aunque lo del álbum surgió para no verlas tanto, no se separaba de él. Pero eso cambió después de una semana de tanta asquerosidad. 
Era viernes a las ocho de la tarde y se negaban a quedarse en casa, por lo que entraron a la habitación de Dougie y, entre los tres, le cogieron en brazos y le llevaron al baño. Él intentó zafarse pero no pudo escapar antes de que cerrasen la puerta con pestillo y Harry se pusiese de puertas.
-¡Eh! Dejadme salir.
Los tres negaron con la cabeza y Danny dijo:
-O te desnudas o te desnudamos. Hoy te duchas y no hay modo de impedirlo.
Dougie les miró y se desvistió. Los otros tres, cuando hubo terminado, le empujaron dentro la ducha y no salieron de allí hasta que el chico terminó de asearse.
-Bueno, ¿estás listo para salir de fiesta, amigo?- preguntó Tom sonriente, mientras ayudaba a Danny y Harry a buscar algo de ropa para Doug.
-¿Quién os ha dicho que vaya a ir?- recusó él intentando oponerse a un destino inevitable.
-Nosotros te lo estamos diciendo a ti- respondieron Danny y Harry entre risas.
-Bueno, vístete, que a las diez hemos quedado con Sophie y Gio- interrumpió Tom.
-Ally no va, ¿verdad? Porque si va ella, yo no voy.
-Tranqui, tronco...
-Danny, pareces idiota cuando dices esa clase de gilipolleces- se burló Harry.
Y empezaron a discutir, mientras Tom abría la ventana de la habitación y Dougie terminaba de vestirse. 
-Bueno, yo ya estoy listo. ¿Cenamos algo?- propuso Dougie levantándose de la cama e interrumpiendo esa estúpida discusión. 
Bajaron y cenaron algo antes de la noche que venía. Y, adelantándose a ella, Tom había guardado el álbum por si alguna otra chica entraba a la habitación de su amigo esa noche, que era justo lo que querían que sucediese. 
Media hora antes de las diez, los cuatro chicos salían de su casa. Tres de ellos dispuestos a pasárselo en grande y, el otro, intentando escapar.
A las diez, llegaron al punto donde habían quedado con las chicas, que llegaban tarde. 
A las diez y cuarto Sophie y Gio se acercaban corriendo hacia ellos con una tercera, una tercera muy guapa a la que nadie conocía. Todavía.
-Perdón, perdón, perdón- se disculpó Sophie dejándose callar con un beso, mientras Tom hacía lo propio con su novia.
-Chicos, esta es Kaya. Kaya, estos son Dougie, Danny, Tom y Harry- la presentó Gio.
-Os daría un beso a todos pero prefiero saludaros con la mano, que seguro que tardamos menos, e irnos ya, que la fiesta nos espera- dijo sonriente la recién llegada.
Dougie la miró un momento y se fijó en que era bastante guapa. Nada parecida a Lane, pero muy guapa. Era más o menos alta, tenía el pelo castaño y los ojos de un celeste hermoso. Llevaba un vestido bastante corto que dejaba ver sus finas piernas y sonreía amplia y tiernamente.
-Vámonos, pues- coincidió Danny.
Kaya se acercó a Dougie y le saludó.
-¿Qué te pasa? ¿Tan fea soy?- bromeó.
-¿Eh? No, no...
-Pues cambia esa cara que parece que vas a un entierro.
Él miró a la chica que le hacía compañía y sonrió.
-No es eso, es que me han traído a la fuerza.
-Pero ya estás aquí. No hay vuelta atrás y como no cambies esa cara nos vas a deprimir a todos- sentenció la chica antes de parar al resto y añadir-: ¿Hacen unos porritos?
Y sacó del bolso una bolsita con unos ya liados.
-No hay uno para cada uno así que compartidlos- dijo mientras los repartía y se giraba para mirar a Dougie-. ¿Quieres compartirlo conmigo?
Él asintió.
-Será un placer. 
Y, así, se sentaron en un parque solitario a fumarse el porrito de la amistad antes de entrar al local al que iban. Kaya y Dougie compartieron, además del porro, unas palabras y alguna que otra sonrisa. Cuando terminaron, se quedaron todos en silencio un momento y se levantaron para ir a la discoteca. En este momento, Kaya y Dougie ya iban de la mano y hablando con el resto del grupo. 
La discoteca estaba abarrotada. La gente bailaba, ligaba, bebía y, en los baños, follaba. La noche era joven y esperaba que la rompiesen. Empezaron con una ronda de chupitos y se dirigieron a la pista. Kaya y Dougie bailaban pegados, se frotaban uno a otro y se calentaban mutuamente. Entre canción y canción descansaban un poco y paraban para beber algo. Pero, cuando ya no pudieron más, salieron todos juntos y fueron a casa de los chicos a terminar la ronda. 
-Kaya, ven. Quiero enseñarte mi cuarto- dijo Dougie sonriente-. Si nos disculpáis.
Kaya le siguió escaleras arribas y, en cuanto estuvieron dentro, le empujó contra la puerta y le besó. 
-Llevo toda la noche esperándolo- susurró ella guiándole a la cama y dejándose hacer. 
En la calle, mientras tanto, era casi de día y ellos terminaban la noche con una buena dosis de adrenalina.

lunes, 12 de septiembre de 2011

44.

44.
"All I wanna do is melt, melt into you".


En París, en cambio, lo que sucedía era completamente diferente. 
Eran las doce del mediodía y la puerta de casa se abría. Lane se despertaba junto a Joris engañándose, diciéndose a sí misma que era feliz así y, casi, creyéndoselo. Joris se despertaba junto a Lane y comenzaba a besarla. Maxime y Jeremy, mientras tanto, cerraban la puerta a su espalda e iban a despertar a Joris. Gaël, a su vez, salía de la cama de una india cuyo nombre no recordaba y que le echaba de su casa antes de que su padre regresase.
En el momento en que la puerta de la habitación se abrió, Lane se separó de Joris y miró a sus dos amigos, que seguían sin saber qué decir.
-Hola, ¡buenos días!- se atrevió Lane con un falso entusiasmo bastante notable.
-Ya, lo noto- replicó Maxime y se fue, bastante cabreado.
Lane y Jeremy simplemente se miraban, mientras Joris se ponía unos pantalones y salía de allí.
-Yo... voy a hablar con él- y se escabullía por el espacio que quedaba entre la puerta y el cuerpo de Jeremy, que seguía incrédulo.
-No me lo creo- fue todo lo que salió de su boca.
-Yo...
-¿En qué estabas pensando, Lane?- le interrumpió él-. ¿Lo pensaste acaso?
-No, no lo pensé...- contestó ella, mirada clavada en el suelo, sin importarle el hecho de que seguía desnuda.
-Pues deberías. Maxime va a estar destrozado, ¿eres consciente de eso?- continuó él, enfadado-. Y no te digo todo esto para que te hagas monja, sino porque sé que no quieres a Joris, que ha sido cosa de una noche, quizá un par más. Pero nada importante y no me agrada el hecho de que uno de mis mejores amigos sufra por uno de tus rollos de una noche. Si me dices que Joris es el amor de tu vida, vale, lo entiendo. Pero sé que no es así, ¿me equivoco?
Lane le miró, miró al suelo y volvió a mirarle a él, pero su cara no cambiaba.
-No, no te equivocas, pero...
-Pero nada, Lane. No eres una niña pequeña y yo no soy tu padre así que, o te enamoras de Joris, o arreglas todo esto, tú verás- sentenció Jeremy y se marchó de allí.
Lane pensó durante unos segundos cuánto le costaría convencerse a sí misma de que estaba enamorada de Joris y, después de darle una vuelta al asunto- no necesitó más para darse cuenta de que eso era demasiado difícil-, descartó la idea inmediatamente. Eso la dejaba con una única posible solución: arreglar toda esa situación. El problema era cómo. Cogió el teléfono y buscó en su agenda, necesitaba hablar con Tom.
Un tono, tuuu, dos tonos, tuuu...
-¿Digamelón?- escuchó su dulce voz al otro lado de la línea, sabía que era ella.
-¡Melón!- contestó Lane con una sonrisa.
-Hola, enana. ¿Qué tal por allí? ¿Te estás portando bien?
-Puuues... así, a voz de pronto, acabo de cagarla, y bien.
-A ver, ¿qué has hecho?- inquirió Tom con voz de padre de familia numerosa-. Te pongo en altavoz, que estoy con Harry.
-¡Hola, bicha!- se le escuchó por detrás.
-¡Hola, Harriet!
-¡Eh, eso es nombre de tía!
-Bueno, venga, dinos- pidió Tom interrumpiendo esa tonta discusión y, con ella, las risas contenidas de Lane.
-Pues, sabéis que yo a Maxime le gusto, ¿verdad?- comenzó ella, dejando una pausa tras la pregunta, en la cual los dos contestaron afirmativamente, y continuó-: Bueno, pues, anoche Joris y yo nos emborrachamos y me lo trinqué. Por si no lo sabéis, Joris es uno de los mejores amigos de Maxime...
-Joooder, Lane, la has cagado de manera abundante- interrumpió Harry.
-Me gustaría no estar de acuerdo con él. Pero, por una vez en su vida, tiene razón- añadió Tom.
-¡Eh!
-Lo sé, lo sé. Y ahora tengo que arreglarlo, pero no sé cómo.
Tom pensó durante un momento hasta que Harry salió con una grandiosa idea:
-Fóllatelo a él también.
-Eres tonto- dijeron a la vez Tom y Lane.
-No sé. Dialogando se entiende la gente, es el peor consejo de todos pero, a no ser que quieras hacer lo que dice Harry, es lo único que se me ocurre.
-Puff... Gracias, Tommy, te haré caso y, si eso no funciona, tengo un plan B.
-¡Bien! Soy el B- bromeó Harry.
-¿Vosotros todo bien por allí?- preguntó Lane ignorando el comentario de Harry.
-Eh, sí, todo bien- contestó Tom decidiendo suprimir el incidente con Ally-. Gio y yo estamos genial y tal, es lo mejor. La quiero muchísimo, Lane.
-Te ha cambiado, já.
Lane rió y contestó:
-Me alegro mucho de que seas feliz, Tom. ¿Y tú, Harry?
-Pues, intentando contentarme con el sexo telefónico, pero, ya sabes, una vez que has probado el colacao, la leche no está tan rica- respondió él haciendo reír a sus dos interlocutores.
-Cierto, cierto, pobre Harriet.
Siguieron prolongando un rato más la conversación, ya que a Lane seguía sin gustarle la idea de tener que mantener una conversación con Maxime después de haber practicado el sexo con su mejor amigo, hasta que tocaron un punto en que no tenía ningún sentido seguir hablando. Colgaron y Lane se vistió y tocó la puerta de la habitación de Maxime tímidamente.
-¡¿Qué pasa?!
Lane abrió la puerta, entró y la volvió a cerrar tras de sí. Se acercó a la cama donde se encontraba y se sentó a su lado.
-Mira, Maxime, sé que no quieres verme ni saber nada de mí...
-Eso es cierto- interrumpió brusco.
-Pero te debo una disculpa. Siento haberme... haber hecho lo que hice y no haber pensado en ti antes de hacerlo, pero ahora ya no puedo volver atrás en el tiempo. Y, sé que es una excusa de mierda, pero estábamos fumados y borrachos y... joder, que lo siento, ¿vale? No me interrumpas. Mira, yo no te puedo meter aquí un discurso impresionante sobre la moralidad, sobre lo mal que me siento y sobre mi inconsciencia, porque tu puedes argumentar, y con razón, que estábamos borrachos pero que en el momento quisimos hacerlo. Lo que sí puedo hacer es decirte que lo siento y que he hecho una tontería y esperar que me perdones. Pero, si no es suficiente, te puedo pedir que no te enfades con él, no puedo permitirlo, es tu mejor amigo.
Maxime la miró a los ojos y se quedó así, en silencio, un momento.
-Pero lo que más me jode de todo es que esa tontería la puedes hacer con todos menos conmigo, ¿sabes lo impotente que me hace sentir eso, verte follándote a mi mejor amigo, a uno de una discoteca y que en mí ni siquiera te fijes?
Se miraban fijamente y veía dolor en sus ojos, tristeza, rabia.
-Yo... no quiero hacerte daño, Maxime. Tú estás muy bueno, ¿vale? No pienses que es por tu físico, el problema es que no siento lo mismo que tú y no quiero ponértelo más difícil, ¿sabes? No quiero herirte, ni hacer que me odies.
-Pensé que ya sabías que soy incapaz de odiarte- replicó él sin dejar de mirarla un segundo, como si no quisiera perderse ningún suceso importante que pudiera tener lugar si dejaba de mirarla.
-N...
-No me vengas con el rollo protector, Lane, por favor. Soy mayorcito para cuidarme solo, pero gracias por preocuparte. 
Entonces se levantó de la cama y la besó suavemente. Fue un beso inocente del que no esperaba nada más, sólo sentir sus cálidos labios y dejar que esa bomba que tenía en su interior explotara de emoción, nervios y, sobre todo, amor.

miércoles, 31 de agosto de 2011

43.

Hola again, little bastards ;)
Estoy de vuelta después de todo este tiempo para continuar con esta mierda durante un ratito más.
So, hope you like it y, por favor, ya es una súplica más que otra cosa, ¡comentad! :)
P.D: Hoy pongo canción porque es demasié, la amo y está relacionada con el capítulo de hoy, ¿ok? ;D
Besoooooossss

 43.
 "And I'll get there soon to sing you a happy tune". 

Y, así, amanecía un nuevo día en Londres. Ahora ya son las 12 y, en casa de los chicos, Dougie se había levantado hace cinco minutos. Abrió los ojos después de una noche sin sueños y se quedó tumbado mirando el techo. En este estado observó que el techo era de color blanco, o que lo fue en algún momento, y que tenía que pintarlo, al igual que el resto de la habitación. Recordó que Lane se lo había dicho un día, poco antes de la primera de las últimas discusiones, y habían dicho que la pintarían juntos. Pero jamás lo hicieron y él sintió que hoy era el día, tenía que hacerlo o su cabeza explotaría y de ella no saldría un cerebro, saldría la cabeza de Lane. Entonces, como mecánicamente, se levantó y bajó las escaleras y puso la radio mientras se sentaba a comer sus cereales mirando el suelo.
-Y, ahora, tengo el placer de introducirles una canción de Alex Turner, cantante de los conocidos Arctic Monkeys, como producto de su último trabajo en solitario: la banda sonora de la película inglesa Submarine, dirigida por Richard Ayoade. Se trata de un EP que consta de seis canciones, una de ellas es ésta: It's hard to get around the wind. Ahora, amigos y amigas, disfrutadla en esta dulce mañana de otoño, mientras recórdais a esa persona que tanto... amáis. Sin más dilación, Alex Turner, amigos.
La canción comenzó a sonar, primero tímidamente, y después, con más soltura, llegó a los corancitos de algunos de los oyentes matutinos que, sentados junto a la radio, recordaban ciertamente a esa persona. Uno de ellos era Dougie, que recordaba a Lane, cuyo ídolo era justamente él, el que ahora cantaba y que, como adrede, le hacía sufrir por haberla dejado escapar tan fácilmente. Tantas veces ella le había hablado de él, de lo mucho que amaba su música. Tantas veces le había puesto uno de sus cascos en la oreja y le había dicho, toda ilusionada y con ojos brillantes: "Mira, escucha esta", y él, en respuesta, había sonreído. Pero nunca ninguna de sus canciones le había llegado tanto como esta lo hacía ahora, nunca había sufrido tanto al escuchar su voz. Pero, al mismo tiempo, no podía dejar de escucharle, no podía apagar su voz hasta el final de la canción, no podía más que escuchar silencioso lo que tenía que decir.
It's like you're trying to get to heaven in a hurry
And the queue was shorter than you thought it would be
And the doorman says, "you need to get a wristband"

You've got to lift between the pitfalls
But you're looking like you're low on energy
Did you get out and walk to ensure you'd miss the quicksand

Looking for a new place to begin 
Feeling like it's hard to understand
But as long as you still keep pepperin' the pill
You'll find a way to spit it out, again
And even when you know the way it's gonna blow
It's hard to get around the wind.

A partir de aquí, sintió unas lágrimas que no podía contener, que no quería contener y, sin saber cómo ni por qué, supo que ella también lloraba con una canción en ese momento. Tal vez no con la misma, pero lloraba. Y, estaba en lo cierto, lloraba desconsoladamente mientras Joris la abrazaba sabiendo que era un extraño. Pero eso él no lo sabía, tampoco le importaba, él sólo lloraba y le maldecía por haber cantado todo eso, por escribir esa canción y se maldecía por haberla escuchado de principio a fin mientras sus cereales se ablandaban en la leche. La canción terminaba y se escuchaba al locutor de nuevo:
-Preciosa, ¿verdad? Soy Zane Cuprick y estamos en directo, emitiendo para toda Inglaterra, cuando son las... 12 y cinco del medio día, desde la BBC Radio One. Alex Turner, el prodigio cantante y líder de los Arctic Monkeys, acaba de sonar con su canción It's hard to get around the wind. Y, bueno, debo confesar que hoy, mientras la lluvia moja las calles de Londres, el equipo y yo nos hemos puesto melancólicos. Así que, a partir de ahora y hasta la una de la tarde, cuando daremos paso a Greg James, compartiremos con vosotros y vosotras, amigos, la mejor y más grande colección que el tiempo nos permite de canciones tristes e imprescindibles en la música indie. Ahora os dejamos con un corto espacio publicitario, no os mováis porque volveremos con las pilas cargadas en tan sólo unos minutos. Yo soy Zane Cuprick y estás escuchando BBC Radio One.
En ese momento, aparecieron Harry y Danny en la cocina y apagaron la radio por el bien de su amigo.
-Eh, ¿qué hacéis? Me encanta este programa- dijo Dougie, demasiado tocado como para darse cuenta de que unas pequeñas lágrimitas terminaban de resbalar por sus mejillas.
-Ah, sí, ¿cómo se llama el locutor del programa?- preguntó Harry veloz. Silencio es todo lo que obtuvo como respuesta.
-A Lane le encantaba ese cantante, ¿sabéis?- contestó como si sirviese para explicar sus lágrimas.
Sus dos amigos se miraron apenados y después le miraron a él.
-Pero, Doug, ella... no está- dijo Danny intentando ser comprensivo-. Y nosotros estamos aquí para ayudarte a superarlo, porque creo que es hora.
Dougie les miró, primero a uno y después al otro, se levantó y, antes de abrir la puerta, dijo:
-Me voy a por pintura, hasta ahora.
Ellos le miraron marcharse por la puerta, sabiendo que tenía que estar solo, y comenzaron a desayunar. 
Arriba, Sophie se duchaba y preparaba, ya que en menos de una hora Ally vendría a buscarla. Cuando terminó de prepararse, bajó las escaleras y se sentó en un taburete de la cocina mientras bebía un vaso de agua y esperaba a su amiga. Poco después, sonaba el timbre y Sophie veía a Ally en el umbral de la puerta. Se abrazaron y la invitó a entrar. Saludó y miró mal a Harry todavía con rencor y convencida en su fuero interno de que la había dejado por Lane. En ese momento entró Dougie con dos cubos enormes de pintura en las manos. Todos se giraron y le miraron mientras Ally, un poco malévolamente, decía:
-Hola, Dougie.
-¿Qué haces tú aquí, Allyson?- contestó él muy serio, dejando la pintura en el suelo.
-¿Qué manera es esa de tratar a las visitas, Doug?- dijo ella sonriendo sarcásticamente. Disfrutaba con esta escena.
-No me llames así, Allyson. Tú no eres bienvenida aquí y lo sabes- contestó mientras abría la puerta invitándola a salir.
-No me voy a marchar si Sophie no me lo pide, Doug.
-Sabiendo lo que has hecho, ¿cómo tienes el valor de seguir mirando a Sophie a la cara y decir que no te vas a ir de aquí?
Ally se acercó a él y le susurró al oído para que nadie la escuchase:
-Sabes que te gustó, Doug.
-¿Y de qué sirve eso si ahora me arrepiento y desearía olvidarlo todo? ¡Eh!, dímelo, listilla.
-Sirve para joderos la vida. Adiós, Sophie, ciao, Harry.
Y salió por la puerta con aires de superioridad, dejando a todos boquiabiertos y a Dougie de mala uva.
-Me voy de aquí- dijo cabreado, mientras subía las escaleras con la pintura en la mano deseando pintar ese día para siempre. El día en que lo hizo con ella, con Allyson.