44.
"All I wanna do is melt, melt into you".
En París, en cambio, lo que sucedía era completamente diferente.
Eran las doce del mediodía y la puerta de casa se abría. Lane se despertaba junto a Joris engañándose, diciéndose a sí misma que era feliz así y, casi, creyéndoselo. Joris se despertaba junto a Lane y comenzaba a besarla. Maxime y Jeremy, mientras tanto, cerraban la puerta a su espalda e iban a despertar a Joris. Gaël, a su vez, salía de la cama de una india cuyo nombre no recordaba y que le echaba de su casa antes de que su padre regresase.
En el momento en que la puerta de la habitación se abrió, Lane se separó de Joris y miró a sus dos amigos, que seguían sin saber qué decir.
-Hola, ¡buenos días!- se atrevió Lane con un falso entusiasmo bastante notable.
-Ya, lo noto- replicó Maxime y se fue, bastante cabreado.
Lane y Jeremy simplemente se miraban, mientras Joris se ponía unos pantalones y salía de allí.
-Yo... voy a hablar con él- y se escabullía por el espacio que quedaba entre la puerta y el cuerpo de Jeremy, que seguía incrédulo.
-No me lo creo- fue todo lo que salió de su boca.
-Yo...
-¿En qué estabas pensando, Lane?- le interrumpió él-. ¿Lo pensaste acaso?
-No, no lo pensé...- contestó ella, mirada clavada en el suelo, sin importarle el hecho de que seguía desnuda.
-Pues deberías. Maxime va a estar destrozado, ¿eres consciente de eso?- continuó él, enfadado-. Y no te digo todo esto para que te hagas monja, sino porque sé que no quieres a Joris, que ha sido cosa de una noche, quizá un par más. Pero nada importante y no me agrada el hecho de que uno de mis mejores amigos sufra por uno de tus rollos de una noche. Si me dices que Joris es el amor de tu vida, vale, lo entiendo. Pero sé que no es así, ¿me equivoco?
Lane le miró, miró al suelo y volvió a mirarle a él, pero su cara no cambiaba.
-No, no te equivocas, pero...
-Pero nada, Lane. No eres una niña pequeña y yo no soy tu padre así que, o te enamoras de Joris, o arreglas todo esto, tú verás- sentenció Jeremy y se marchó de allí.
Lane pensó durante unos segundos cuánto le costaría convencerse a sí misma de que estaba enamorada de Joris y, después de darle una vuelta al asunto- no necesitó más para darse cuenta de que eso era demasiado difícil-, descartó la idea inmediatamente. Eso la dejaba con una única posible solución: arreglar toda esa situación. El problema era cómo. Cogió el teléfono y buscó en su agenda, necesitaba hablar con Tom.
Un tono, tuuu, dos tonos, tuuu...
-¿Digamelón?- escuchó su dulce voz al otro lado de la línea, sabía que era ella.
-¡Melón!- contestó Lane con una sonrisa.
-Hola, enana. ¿Qué tal por allí? ¿Te estás portando bien?
-Puuues... así, a voz de pronto, acabo de cagarla, y bien.
-A ver, ¿qué has hecho?- inquirió Tom con voz de padre de familia numerosa-. Te pongo en altavoz, que estoy con Harry.
-¡Hola, bicha!- se le escuchó por detrás.
-¡Hola, Harriet!
-¡Eh, eso es nombre de tía!
-Bueno, venga, dinos- pidió Tom interrumpiendo esa tonta discusión y, con ella, las risas contenidas de Lane.
-Pues, sabéis que yo a Maxime le gusto, ¿verdad?- comenzó ella, dejando una pausa tras la pregunta, en la cual los dos contestaron afirmativamente, y continuó-: Bueno, pues, anoche Joris y yo nos emborrachamos y me lo trinqué. Por si no lo sabéis, Joris es uno de los mejores amigos de Maxime...
-Joooder, Lane, la has cagado de manera abundante- interrumpió Harry.
-Me gustaría no estar de acuerdo con él. Pero, por una vez en su vida, tiene razón- añadió Tom.
-¡Eh!
-Lo sé, lo sé. Y ahora tengo que arreglarlo, pero no sé cómo.
Tom pensó durante un momento hasta que Harry salió con una grandiosa idea:
-Fóllatelo a él también.
-Eres tonto- dijeron a la vez Tom y Lane.
-No sé. Dialogando se entiende la gente, es el peor consejo de todos pero, a no ser que quieras hacer lo que dice Harry, es lo único que se me ocurre.
-Puff... Gracias, Tommy, te haré caso y, si eso no funciona, tengo un plan B.
-¡Bien! Soy el B- bromeó Harry.
-¿Vosotros todo bien por allí?- preguntó Lane ignorando el comentario de Harry.
-Eh, sí, todo bien- contestó Tom decidiendo suprimir el incidente con Ally-. Gio y yo estamos genial y tal, es lo mejor. La quiero muchísimo, Lane.
-Te ha cambiado, já.
Lane rió y contestó:
-Me alegro mucho de que seas feliz, Tom. ¿Y tú, Harry?
-Pues, intentando contentarme con el sexo telefónico, pero, ya sabes, una vez que has probado el colacao, la leche no está tan rica- respondió él haciendo reír a sus dos interlocutores.
-Cierto, cierto, pobre Harriet.
Siguieron prolongando un rato más la conversación, ya que a Lane seguía sin gustarle la idea de tener que mantener una conversación con Maxime después de haber practicado el sexo con su mejor amigo, hasta que tocaron un punto en que no tenía ningún sentido seguir hablando. Colgaron y Lane se vistió y tocó la puerta de la habitación de Maxime tímidamente.
-¡¿Qué pasa?!
Lane abrió la puerta, entró y la volvió a cerrar tras de sí. Se acercó a la cama donde se encontraba y se sentó a su lado.
-Mira, Maxime, sé que no quieres verme ni saber nada de mí...
-Eso es cierto- interrumpió brusco.
-Pero te debo una disculpa. Siento haberme... haber hecho lo que hice y no haber pensado en ti antes de hacerlo, pero ahora ya no puedo volver atrás en el tiempo. Y, sé que es una excusa de mierda, pero estábamos fumados y borrachos y... joder, que lo siento, ¿vale? No me interrumpas. Mira, yo no te puedo meter aquí un discurso impresionante sobre la moralidad, sobre lo mal que me siento y sobre mi inconsciencia, porque tu puedes argumentar, y con razón, que estábamos borrachos pero que en el momento quisimos hacerlo. Lo que sí puedo hacer es decirte que lo siento y que he hecho una tontería y esperar que me perdones. Pero, si no es suficiente, te puedo pedir que no te enfades con él, no puedo permitirlo, es tu mejor amigo.
Maxime la miró a los ojos y se quedó así, en silencio, un momento.
-Pero lo que más me jode de todo es que esa tontería la puedes hacer con todos menos conmigo, ¿sabes lo impotente que me hace sentir eso, verte follándote a mi mejor amigo, a uno de una discoteca y que en mí ni siquiera te fijes?
Se miraban fijamente y veía dolor en sus ojos, tristeza, rabia.
-Yo... no quiero hacerte daño, Maxime. Tú estás muy bueno, ¿vale? No pienses que es por tu físico, el problema es que no siento lo mismo que tú y no quiero ponértelo más difícil, ¿sabes? No quiero herirte, ni hacer que me odies.
-Pensé que ya sabías que soy incapaz de odiarte- replicó él sin dejar de mirarla un segundo, como si no quisiera perderse ningún suceso importante que pudiera tener lugar si dejaba de mirarla.
-N...
-No me vengas con el rollo protector, Lane, por favor. Soy mayorcito para cuidarme solo, pero gracias por preocuparte.
Entonces se levantó de la cama y la besó suavemente. Fue un beso inocente del que no esperaba nada más, sólo sentir sus cálidos labios y dejar que esa bomba que tenía en su interior explotara de emoción, nervios y, sobre todo, amor.
Pobre Dougie u.u
ResponderEliminarOjalá Lane vuelva pronto a Londres y las cosas vayan mejor (:
Me encanta <3