Helloous chicaas (o no xD)!!
Bueno, lo primero.. Gracias a todas las que habéis comentado y/o leído mi mierdafic desde los comienzos, allá por el mes de agosto del pasado 2010... Os quiero, en serio... Sois dos pero muuu grandeehh, eh?, muu grandeeehh!! xD
Y a las que no, que os den! xD Es coña, gracias también :)
Joodeer, casi un año desde que empecé... puuff, como pasa el tiempo cohonééh! Y yo un puto año para escribir 38 capitulos, hay que joderse.. xD
Y... ahora que queda poco para el 30, os anuncio que ese día me voy a Berlín y después a Inglaterra, por lo que no creo que escriba hasta el veintipico de julio, va? ;) Venga, ya os dejo matarme y tal... xD
Que conste que yo os quiero, eh? Y bueno.. procuraré terminar el fic antes del año porque ya va siendo hora.. xD
Bueno, ya, paro. xD
38.
"Sweet dreams are made of this".
Poco a poco, el estado de ánimo de Lane mejoró un poco, comenzaba a asimilar que ya no le tenía, que no era suyo y que probablemente no lo volviese a ser nunca.
Ally tenía nuevo novio y no estaba mucho con ellas, pero cuando estaban juntas aprovechaban cada segundo. A menudo salían a dar paseos, a pillarse un pedo, a fumetear o a hacer el gilipollas un rato, pero Lane sólo iba si Dougie no estaba. En ese sentido, procuraban evitarse mutuamente. Tom intentaba que quedasen todos pero la primera vez que lo intentó, engañando a los dos, ella vio a Dougie y se marchó cabreada y triste. Dougie, en cambio, ponía todo su empeño en ser borde con su ex, ya que pensaba que si no lo era terminaría volviendo y dejando atrás cosas que, en realidad, le molestaban y le parecían importantes.
Un día, Harry y Danny llamaron a Lane para invitarles a todos a su casa a ver unas pelis y comer palomitas. La chica accedió de mala gana y procuró maquillarse generosamente los ojos para intentar ocultar que no había dormido nada la noche anterior y, si había suerte, para intentar convencerse de que no necesitaba a Dougie para ser feliz. Pero eso sabía que no era verdad, lo sabían todos los que les habían visto al menos una vez en su vida juntos.
Cuando llegaron Danny abrió la puerta y recibió a Lane a empujones.
-¡Gilipollas!- gritó entre risas.
Él se le tiró encima y comenzó a hacerle cosquillas con cara de satisfacción y victoria.
-¿Qué has dicho?¿Eh?
-Que los sordos son tontos- contestó mientras se retorcía en el suelo y le sacaba la lengua.
-¡¿CÓMO?! ¡¿QUÉ?!
Finalmente se deshizo de Danny y pasó al salón donde estaban los demás colocados en posición de ver peli y esperando a que alguien pusiese una. Lane se sentó entre Tom y Charlotte. Estaban todos hablando, gritando y haciendo el estúpido hasta que se escuchó a alguien bajando las escaleras y se vio a Dougie asomándose. Lane palideció y enmudeció repentinamente. Se miraron a los ojos y secamente interrumpieron todo contacto por mínimo que fuera.
-Bueno, mejor que me vaya- dijo Lane, nerviosa e incómoda. Pero Tom la cogió de la pierna y le impidió marcharse.
-No, no hace falta. Podréis convivir los dos durante un rato- sentenció el rubio.
-No lo sé, pregúntale a ella si no tiene clientes que atender porque, si es así, corre, no vayas a llegar tarde- dijo Dougie escupiendo las palabras con rencor.
-No, gracias por preocuparte. Tú eras mi único cliente, so putero.
Dougie sonrió sarcásticamente mientras se sentaba y la miraba de arriba a abajo. Le costaba ser así de borde, pero le salía bien eso de ser un completo hijo de puta.
-No, se te olvida Maxime, ah, y medio París, ¡putón!
-Ah, tienes razón. No quería admitirlo delante de ti porque puede ser doloroso saber que en una noche con un desconocido sentí más placer que en cuarenta contigo.
Dougie la miró con odio y, cuando estaba a punto de decir algo, Danny entró con palomitas y coca-cola.
-Ponemos ya la peli, ¿no?- dijo sonriendo nerviosamente.
-Sí, si puede ser algo que no hiera mi sensibilidad, aunque después de ver a Lane nada me afecta.
Parecía que no podía parar y Lane decidió probar con el truco de ignorar para ver si así se callaba. Pero parecía no funcionar.
Los chicos habían elegido Precious, de una chica maltratada (si no la habéis visto, hacedlo, es muy bonita ;)) y, en medio de la película, a Dougie se le ocurrió decir:
-Uy, mira, Lane, ¿no te recuerda a tu amado... James? ¡Já! Ese si que era un hombre majo y que te daba mucho placer, ¿verdad? Sí, ya me acuerdo como gritabas a lo fiera... James, ese sí que sabía lo que era el placer, ¿eh? Mmm... Te daba duro, sí. ¿Quieres que lo haga yo también a ver si así consigo darte placer?
Lane comenzó a llorar y se tapó los ojos con las manos y, cuando llegó a la puerta del salón se giró y gritó:
-Eres ridículo y lo sabes. Me quieres, llevas mi pulsera, sólo haces esto para aparentar fortaleza y, en el fondo, eres igual de débil que yo o incluso que James.
Y se encerró en el baño dejando a Dougie entre miradas de reproche, la más difícil de asimilar: la de Tom. Parecía decepcionado y dolido.
-Tienes suerte de que Jeremy no esté aquí porque si llega a estar, te pinta la cara a ostias y yo no se lo habría impedido-dijo mientras se levantaba e iba al baño con Danny y Harry a intentar consolarla.
Toc, toc, toc. No hubo respuesta.
-Lane, abre, somos nosotros-pidió Harry.
-No quiero.
-Rubia, abre si no quieres morir.
-¿Estás seguro de que los monos puedan matar personas?
Tom y Harry se rieron ante la ocurrencia de su amiga y Dan no contestó básicamente porque no sabía qué contestar.
-Venga, Lane, abre. Si abres luego tomamos un chocolate caliente, ¿eh, qué dices?- probó Tom cruzando los dedos.
Escucharon el pestillo correrse y la puerta se abrió. Lane estaba llorando y suplicándoles hablar lejos de allí. Los chicos accedieron y se la llevaron al Starbucks a tomar un chocolate caliente. Lane se sentó entre Harry y Danny y frente a Tom, que le cogía fuertemente la mano.
-Ha hecho que tenga unas ganas tremendas de perderle de vista y hasta ayer lo que quería era verle.
-Ignórale. Lo que intenta es ser borde para así no perdonarte por lo que le has "hecho"-dijo Harry.
-Ya. Pero prefería cuando me ignoraba y hacía como si no existiera.
Se frotó los ojos y apoyó la cabeza en el hombro de Danny.
-¿Ahora quién quiere al mono, eh?
Levantó los ojos y sonriendo contestó:
-Yo.
-Dios, que mona eres, rubia. Porque estoy con tu mejor amiga que si no...
Lane se rió.
-Y..., ¿qué te hace pensar que yo accedería?
-Mi belleza inigualable de mono hermoso y cállate que sino no te dejo mi hombro, ¿eh?
Ella sonrió o al menos lo intentó y le besó cariñosamente la mejilla mientras seguía llorando y Harry la abrazaba por la cintura.
-Se ha pasado muchísimo, Lane, pero no le hagas caso. Te echa de menos.
-Ya, Tom, y yo a él. Pero no por eso le llamo puto y me esfuerzo por amargarle.
Tom puso cara de "tienes razón" y dio un sorbo a su chocolate caliente sin saber qué decir. Después de haberla calmado un poco, la acompañaron a casa y, así, en un abrir y cerrar de ojos, pasaron tres semanas y se encontraban todos allí para despedirles. A ella, a Jeremy, Audrey y Charlotte. Para sorpresa de Lane, Dougie estaba allí y fue el último del que se despidió.
-¿Qué haces aquí, Dougie?- preguntó ella escépticamente.
-Pedirte perdón.
-Ya, pues ahora no me sirve.
Doug miró el suelo abatido y levantó levemente el brazo, mientras decía:
-Llevo tu pulsera porque tenías razón. Te quiero, Lane.
-No, Doug, no... Ahora no, así no. No puedes hacerme esto-dijo entre lágrimas y añadió-: Estás siendo egoísta e injusto. Me tengo que ir, Dougie. Adiós.
Le acarició los labios con los dedos y se giró llorando. Llorando porque intuía que era el fin. Llorando porque le quería y le echaba de menos. Llorando porque ya no le tenía. Llorando por el dolor que le causaba saber que se había terminado.
* When I go away from you
The world beats dead
Like a slackened drum.
I call out for you against the jutted stars
And shout into the ridges of the wind.
Streets coming fast,
One after the other,
Wedge you away from me,
And the lamps of the city prick my eyes
So that I can no longer see your face.
Why should I leave you,
To wound myself upon the sharp edges of the night?
-The Taxi, Amy Lowell.
* Traducción:
Cuando me alejo de ti
El mundo palpita en silencio,
Cual relajado tambor
Grito por ti contra las distinguidas estrellas
Y grito en los caminos del viento.
Las calles apresuradas
Se aparecen una tras la otra
Y te alejan de mí
Las luces de la ciudad aguijonean mis ojos
De tal modo que ya no puedo ver los tuyos
¿Por qué debo dejarte
Y herirme a mí misma con los agudos ribetes de la noche?
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