miércoles, 25 de agosto de 2010

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"I'm coming with you"


Lane caminaba tranquila y feliz por las calles londinenses. Todo estaba bien por una vez en mucho tiempo: acababa de cumplir los dieciocho, era el primer día de las vacaciones de verano y no le había quedado ninguna, el iPod reproduciendo sus canciones favoritas y, sobre todo, el hecho de que desde hacía un tiempo salía con el chico más guapo y genial que una madre podía parir, James.
Mientras andaba, escribía un mensaje a Sophie y Allyson, sus mejores amigas. Había quedado con ellas y llegaba tarde, para variar. Caminaba distraída y, en eso, se chocó con alguien. Justo cuando iba a enviar el mensaje el móvil salió disparado de sus manos y golpeó de lleno contra el suelo, rompiéndose.
-¡Joder! Chico, te has lucido-dijo Lane recogiendo los pedacitos de su roto móvil.
El chico se agachó junto a ella y la ayudó:
-Lo siento, pero no era yo quien caminaba con los cascos puestos y la vista en la pantalla del móvil-dijo el excusándose.
Lane se levantó y le miro, "joder, qué bueno estás cabronazo" pensó, pero estaba cabreada y sus ojos azules no podían hacerla cambiar de opinión.
-No, sólo eres el tío que me jodido el móvil justo cuando llego tarde a... un sitio y escribo un mensaje para disculparme.
El chico la miraba a los ojos, eran verdes y ella era realmente guapa. Era una chica rubia, alta y delgada, que lucía un camiseta de tirantes escotada y ajustada que ponía: "Don't fuck it", una minifalda y unas zapatillas nike anchas.
-Joder, si te lo tomas tan en serio quedamos y te regalo uno- dijo él buscando alguna excusa para verla de nuevo.
-¿Qué?¿Ahora vas de famosete que regala móviles o cómo? No sé, por mí perfecto. Es tú dinero, si quieres gastarlo en una tía que ni siquiera conoces, allá tú...
-No voy de famosete que regala móviles. Voy de famosete pero normalmente no tengo regalarle móviles a nadie- dijo él riéndose-. Y eso último se puede cambiar rápido, me llamo Dougie- añadió tendiéndole la mano.
-Yo Lane y gracias a ti, llego muuuuuuuy tarde- dijo ella dándole la mano y respondiendo en un inglés perfecto.
-Bueno, pues, no te entretengo más... Te espero aquí, mañana a las seis. ¿Suena bien?- respondió él arqueando las cejas con una sonrisa.
-Suena perfecto- añadió comenzando a andar y sonriéndole.
Cada uno siguió su camino y cuando ya estaban a unos metros de distancia y Lane se disponía a ponerse los cascos, Dougie gritó:
-Tienes una sonrisa bonita, deberías enfadarte menos y sonreír más.
Lane se giró, le sacó la lengua y siguió su camino, mientras guardaba el móvil roto en su bolso y sonreía, tal como el chico dijo.

Sophie y Allyson esperaban a su amiga sentadas en un banco y charlando. Sophie tenía el pelo liso, castaño y los ojos azules, era delgada y un poquito más baja que Lane, era atrevida y fiestera, también muy guapa.
Allyson era morenita, alta como Lane, tenía el pelo ondulado y era muy guapa. Era la más tímida de las tres y la más comprensiva.
Después de media hora esperando vieron a Lane corriendo en su dirección, mientras gritaba "lo siento, lo siento, lo siento". Cuando la vieron acercarse las dos amigas se levantaron y se cruzaron de brazos esperando una explicación por parte de su amiga, ella jadeando comenzó a hablar:
- Lo siento, chicas. Venía escuchando música y escribiéndoos un mensaje, cuando me choqué con un tío (un tal Dougie) y mi móvil salió despedido, se rompió en mil pedacitos y... llegué tarde- finalizó con una sonrisa exagerada y miró a sus amigas.
- Si es verdad que se te rompió el móvil, enséñanoslo- pidió Sophie expectante.
Lane abrió su bolso y sacó los pedacitos de su móvil, rescatando la tarjeta sim, con todos sus contactos, etc...
-Joder, si que estaba cachas el tío ese, porque para dejarte el móvil así hay que ser una piedra- añadió Allyson sonriendo.
-Bueno... no era una piedra, pero no estaba nada mal... - dijo Lane con una media sonrisa, recordando que había quedado al día siguiente con él.
Sophie la empujó y luego la cojió del brazo y las tres amigas comenzaron a andar, mientras Lane pensaba quién sería ese chico...

Dougie llegó a casa, donde estaban Tom, Harry y Danny.
-Joder, ya era hora, Doug... Te estábamos esperando, estabamos a punto de comer los tallarines y el arroz tres delicias nosotros solos. ¿Has traído las cervezas?- dijo Danny mirándole.
-¡¿No jodas, hay comida china?!- dijo Dougie corriendo a la mesa.
-Eh, eh, eh... quieta bestia. ¿Dónde están las cervezas?- dijo Harry empujándole un poco para que no arrasara con todo.
Dougie intentó disimular y hacerse el tonto, pero no funcionó.
- Lo siento, no las he comprado. Es que... ¿me perdí? - dijo intentando poner alguna excusa.
Tom lo miró arqueando las cejas y riéndose.
- Bueno, lo siento, ¿me dejáis comer?- dijo desesperado Dougie.
Los tres chicos le miraron y tras varias torturas le dejaron sentarse a la mesa y comer con ellos.

10 de la noche, casa de Lane...

Lane llegó a su casa, cansada después de estar con sus amigas así que fue directa a la ducha y, cuando salió, vio a Sophie tumbada en su cama. La miró un momento como si de ese modo fuese a desaparecer y, al ver que no lo hacía, preguntó bastante extrañada:
-¿Qué cojones haces aquí?
Sophie la miró y se sentó.
-¿Qué maneras son esas de tratar a los invitados?- respondió sonriendo.
Lane la miró, se rió y se le tiró encima haciéndole cosquillas.
Esa noche Sophie se quedó a dormir y le contó a su amiga todos los rollos de esa semana y algunos de la siguiente, hasta que al final se durmió.
Por la mañana Lane se levantó, se preparó los cereales y fue con su hermano, Frederick, a ver la tele.
-Freddy, buenos días. ¿Dónde están papá y mamá?
Fred me miró con cara de mala leche, tenía diez años, y después contestó:
-Se han ido.
-Joder, chico, gracias por la información...-contestó levantándose y yendo a su cuarto.
Sophie y Lane se pasaron toda la mañana escuchando música y haciendo el gilipollas, entonces, sonó el timbre.
Lane contestó el telefonillo:
- ¿Sí?
-¿Lane? Soy James, abre.
Lane extrañada abrió y, al cabo de unos minutos, su novio estaba sentado en el sofá con un vaso de agua en la mano. Sophie y Lane se sentaron con él y Fred se levantó con mala leche y se fue.
-Pensaba que venías mañana-dijo Lane rompiendo el silencio.
-Sí, pero les dije a mis padres que quería volver a verte a ti...-respondió James sonriendo, luego miró a Sophie y añadió-: y a ti, por supuesto.
Sophie se rió y siguió mirando la tele e ignorándole. Lane se disculpó y fue al baño. Cuando volvió, Sophie se fue al cuarto de Fred, ya que no aguantaba estar con James.
James se acercó un poco más a Lane y ella, intentando disimular, miró la hora: las cuatro y media, todavía no habían almorzado. Le miró y sonrió un poco, un silencio incómodo entre ellos y James que comenzaba a besarla. 

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