Bueno, gentecilla... este va para Karol, que se lo merece, que mañana se levanta pronto y necesita algo que la anime... Besote, espero que te guste ;) Y, al resto, gracias por leer mi fic y, nada, que me alegro de que os guste y que lo disfrutéis. :D
Besos
7.
"I'll be there for you".
Lane intentaba mirar hacia otro lugar para que ni Tom ni Sophie ni Dougie se enterasen de que estaba a punto de llorar, pero Tom se dio cuenta y decidió esperar a estar a solas con ella, para hablar.
Estuvieron en el salón hasta que Tom se levantó diciendo que iba a preparar la cena:
-Lane, ¿me acompañas?
Ella le miró y se dio cuenta de que era una de esas miradas que querían decir: "Ven, que tenemos que hablar". Asintió y se levantó. Dougie miró a Tom y dijo, bromeando:
-Cuidado con lo que haces, chaval, o nos veremos después de clase.
Tom levantó los brazos y se fue a la cocina gritando como una chica, fingiendo estar asustado. Lane le siguió sabiendo que él sí se había dado cuenta.
Cuando llegó a la cocina, vio a Tom apoyado en la encimera y, del otro lado, una banqueta, de manera que quedasen en frente. Lane se sentó y él, mientras tanto, la miraba arqueando las cejas. Al ver que no decía nada, intentando librarse, dijo:
-Bueno, ¿me vas a contar lo que te pasa?
Lane estaba mirando al suelo y jugueteando con una pelotita que había en la encimera.
-Cuando... cuando subí al baño, fui a la habitación de Dougie a mirar si me había llamado alguien. Y había un mensaje de James- contestó mirándole.
-¿Y?, ¿qué ponía?- la instó él.
Ella miró el suelo un momento y, luego, a él y contestó:
-Que si ya había pensado lo de cortar con él. Pero tengo miedo de que- hizo una pausa para mirarle y continuó-: me haga algo o de que averigüe que estoy aquí y le haga algo a Dougie.
Le miraba con lágrimas en los ojos, él fue a su lado y la abrazó, mientras le acariciaba él cabello. Ella apoyó la cabeza en su hombro y susurró, abrazándole:
-Si... si le pasa algo a Dougie, yo... yo me muero, en serio.
Él la abrazó más fuerte y contestó:
-Lo sé, lo sé. Pero no le va a pasar nada, aunque creo que deberías decírselo.
Se separaron, le secó las lágrimas y ella, después de pensar lo que había dicho Tom, asintió. Tom se frotó las manos en los pantalones y le dijo:
-¿Pedimos pizza o comida china?
Ella sonrió y contestó:
-Mmm... ¿Pizza y helado?
Él le devovió la sonrisa y asintió, cogiendo el teléfono y haciendo el pedido. Después, volvieron al salón abrazados, con Dougie mirándoles.
-Tendremos que vernos después de clase, tío- dijo Tom.
Lane se sentó de nuevo en las piernas de Dougie y se rió, besándole. Danny y Harry, que tenían hambre, les miraron y dijeron:
-¿Y la cena?
-Hemos pedido pizza y helado- contestó Tom sonriendo.
Danny contestó:
-Bueno, entonces, ¿hay algo para picar?
Les miró de uno en uno y cuando detuvo la mirada en Sophie ella sonrió y levantó una ceja, él le devolvió la sonrisa y, cuando llegó la comida, fue el primero en coger un trozo de pizza y hacerlo desaparecer y puso una cara de: "Huummm, comida". Cuando las pizzas se terminaron, Lane cogió su buen cazo de helado y comió, mientras los demás la miraban con cara de: "Joder, ¡cuánta comida!". Se fueron todos a la cama y Danny se quedó en la suya esperando a Sophie, que subía en silencio por las escaleras y se dirigía a la habitación de Danny. Él miraba la puerta que, de repente, se abrió dejando ver a Sophie con un camisón rojo y corto. Se levantó de la cama invitándola a pasar y dijo:
-Te estaba esperando.
Ella cerró la puerta, sonrió y contestó:
-¿Ah, sí?
Danny se acercó a ella, la abrazó por la cintura y la besó, mientras susurraba:
-Sí, pero ya estás aquí y, después, no querrás volver a salir.
Ella le cogió suavemente por el cuello y, mientras jugueteaba con el lóbulo de su oreja entre sus labios, contestó:
-No, tú no querrás que me vaya.
Danny sonrió y, besándola, la tumbó en la cama y se tumbó encima procurando no hacerle daño. Los besos, poco a poco, se fueron haciendo más apasionados. Sophie le quitó la camiseta y, mirando su desnudo abdomen, la tiró al suelo. Danny le besaba el cuello, mientras acariciaba la pierna llevando con ella el camisón hacia arriba, hasta su cintura, entonces, le sacó el camisón, mientras ella desabrochaba su pantalón y lo tiraba al suelo. Danny la besaba, mientras ella jugueteaba con su pelo, él acarició su espalda hasta el sujetador y, en milésimas de segundo, lo hizo desaparecer. Fue bajando por su cuello hasta y, con la boca, jugueteba con sus pechos, mientras ella agarraba su pelo y notaba cómo su respiración se volvía más agitada. Danny le quitó las bragas y ella, alternando lengua y beso, fue bajando por su abdomen hasta que llegó a sus calzoncillos. Se los quitó y miró a Danny, que sonreía, mientras ella se la metía en la boca y, con su lengua, jugueteaba con ella. Después, Sophie le pusó un condón y le besó apasionadamente. Danny la cogía por la cintura, mientras ella le hacía suyo. Sus juegos duraron gran parte de la noche, hasta que físicamente no podían más. Se tumbaron en la cama y él la rodeó con un brazo en el cuello y el otro en la cintura. Ella le miraba sonriente y él, besándole detrás de la oreja, susurró:
-Tenías razón, después de esto, no quiero que te vayas.
En la habitación de Dougie...
Mientras Sophie y Danny se lo pasaban bien, en la habitación de Dougie Lane y él hablaban. Ella le había contado lo del mensaje de James y él la había abrazado fuertemente y le había dicho:
-No te preocupes, no va a hacerte nada. No dejaré que lo haga.
Le besó suavemente los labios y ella sonrió. Pero esas palabras bonitas no bastaban para tranquilizarla:
-Sí, pero ¿qué vamos a hacer para que no pase nada?
Él la miró pensando algo útil que hacer, entonces, contestó:
-Ven aquí una temporada. Él no sabe dónde vivo, no te va a encontrar. Sólo hasta que te deje en paz. Luego, si quieres, te vas con tus padres. ¿Qué te parece? ¿Sigo siendo un rubio inútil?
Ella sonrió y le besó:
-Sí, lo sigues siendo. Pero me gustan los tontos como tú.
Él le beso el cuello y ella sintió su cálida respiración atravesarle el corazón. Y pensó: "Todo estará bien". Su sujetador caía al suelo y sentía sus cálidas manos acariciando sus pechos. Ella le besó y dejó de pensar en James, en el mensaje, en sus padres y en todo lo que podría preocuparla un segundo atrás. Ahora, sólo estaban ella y Dougie envueltos por la pasión y el deseo, volando entre caricias y besos robados con el permiso de su dueño. La hizo suya y, por un momento, el tiempo se paró para dejarles disfrutar de una noche de amor y llamas.
martes, 31 de agosto de 2010
lunes, 30 de agosto de 2010
6.
6.
"Stay awake. Dreams never last forever".
Lane se durmió abrazándole la cintura con la cabeza en su pecho y a la mañana siguiente Dougie, mirando al techo, la despertó acariciándole el pelo. Movió un poco la cabeza, para poder mirarle sin levantarse, y sonrió. "Podría despertar así cada mañana", pensó. Dougie, al ver que estaba despierta, le susurró, despacito como si hablando con una voz normal todo eso pudiese desaparecer:
-¿Has dormido bien?
Ella, que no esperaba oír su voz, se sobresaltó y sonrió:
-He soñado contigo y me he despertado a tu lado después de pasar una noche espectacular contigo también, con eso lo digo todo. ¿Tú?
Él la miró y la atrajo hacia sí besándole los labios, con una mano en su cuello y la otra en su cintura desnuda. Ella se abrazó a su cuello y le devolvió el beso. Justo entonces, se abrió la puerta y entró Danny, que se quedó con cara de flipado:
-Joder, lo siento... No me esperaba encontrarte con Lane. Al no verla en el salón pensé que se había ido...
Detrás de él apareció Harry y terminó su frase:
-Sí, a la cama de Dougie. Y, al parecer, se lo han pasado bien.
En ese punto, Dougie y Lane ya se habían separado y les miraban con cara de: "¿qué cojones hacéis aquí?" , y ellos se aguantaban la risa.
-¿Qué coño queréis?- dijo Lane mirándoles con cara de mala leche.
Harry, ante su tono, dejó de reírse y empujó a Danny hacia adelante y él le miró, como diciendo: "ayúdame, mamonazo". Pero, al ver que Harry no decía nada, Danny comenzó a hablar:
-Te estábamos buscando...
Lane le miró con escepticismo y contestó:
-Pues, aquí estoy.
Entonces, Harry, con una sonrisa exagerada y voz amable, dijo:
-¡A desayunaar!
Dougie se rió y Danny empujó a Harry por la puerta, cerrándola a sus espaldas. Lane, levantándose, besó los labios de Dougie y se vistió poniéndose, sin querer, sus pantalones.
-Estás muy guapa- dijo riéndose-. Te quedan mejor que a mí.
Ella le pegó suave en el brazo y sonrió, mientras hacía un mini desfile para él. Dougie la cogió por la cintura y le besó el cuello. Después, se puso su camiseta y bajaron: ella con sus pantalones y él en camiseta y calzoncillos.
Cuando llegaron a la cocina, Tom sonrió por ver que las cosas estaban bien entre ellos y Danny y Harry les miraron, mientras ellos se reían como gilipollas al sentarse a la mesa. Desayunaron charlando y diciéndo gilipolleces y, al acabar, el móvil de Lane sonó.
-¿Sí?
-¿Lane? Soy Sophie. ¿Dónde, mierda, te me has metido, chica?
Lane soltó un suspiro de alivio, ya que se esperaba a James o a sus padres cabreados al no encontrarla en casa.
-Te llamé antes de ayer y contestó tu buzón, no sé de qué te quejas si eres tú la que no me coge el móvil...
Sophie se rió y Lane también, después Sophie le preguntó que por qué la había llamado y ella le contó todo lo ocurrido con James y, también, con Dougie. Ante esto último, sonrió y la felicitó. Después, estuvieron marujeando un rato y Lane le pasó la dirección para que viniese a verla. Colgó y fue al salón. Estaba Danny tumbado en el sofá y medio dormido. Lane entró y se sentó en el suelo.
-¿Qué ves?- dijo mirándole con una sonrisa finjida, a propósito.
Él se rió y, señalando la tele, dijo:
-Nada, no sé. Lo que echan... ¿quieres que cambie?
Ella le seguía mirando, pero estaba un poco incómoda en el suelo, así que se levantó y se sentó en el sofá, con la cabeza de Danny en sus piernas. Entonces sonrió, le miró y dijo, con voz de vieja:
-Oye, chico, ¿qué champú usas?
Él se rió y ella le empezó a tocar el pelo exageradamente, mientras el comentaba con voz de rubia tonta:
-Osea, yo... pues, uso pantene. Porque molo, ¿sabes?
Ella le dió una colleja y se rió. Estuvieron un rato, allí, en el salón, diciendo gilipolleces que sólo a ellos les hacían gracia. Después, Lane se levantó y fue a la ducha. Abrió el agua caliente, se desnudó y cerró la mampara. Cerró los ojos y dejó que el agua le mojara el cuerpo, y se llevase con ella todas sus preocupaciones, el sólo hecho de estar bajo el agua caliente, sola, con sus pensamientos, la hacía relajarse completamente. Entonces, escuchó un ruido, la puerta se abrió y Dougie asomó un poco la cabeza, sonriente:
-Hola, ¿quién anda ahí? ¿Lane?
Ella miró a través de la mampara y distinguió a Dougie desnudándose. Sonrió:
-¡Qué va! Soy el cartero.
Él ya se había metido en la ducha, con ella, y la miraba dulcemente:
-Pues, te aseguro, que nunca había visto un cartero tan sexy.
Ella rió, le beso y cogió el champú, echándoselo en el pelo. Él la ayudó a masajearse el pelo, o lo intentó, porque lo que hizo se acercaba más a meter las manos en el pelo y enredárselo. Ella le miró y dijo:
-Y yo, te aseguro, que nunca me había duchado con un rubio tan inútil.
Él la besó y contestó con finjido enfado:
-¡Ahá! Con que te has duchado con más rubios, ¿eh?
-Sí... un tal Dougie. Un chico majo- replicó ella mirando, como hipnotizada y embobada, sus ojos azules.
-Mmm... me debes una explicación, pequeñaja.
Ella le miró y sonrió como diciendo: "era sólo una broma".
-Pero, si yo soy sólo el cartero, señor... Y, además, con el pelo tan enredado no puedo pensar...
Él se rió y, cogiendo el gel de ducha, dijo:
-Ya... se me da mejor enjabonar.
Ella le abrazó, cerró los ojos y dejó que las manos de ese finjido señor de la casa se deslizasen por todo su cuerpo. Después de esa agradable ducha, fueron, envueltos en una toalla, a la habitación de Dougie. Lane había puesto su ropa a lavar, así que se puso una camiseta de Dougie y las zapatillas.
-Joder, ¿por qué toda mi ropa te queda mejor a ti?- dijo Dougie comiéndola con la mirada, ella se dio cuenta y sonrió, sentándose en sus piernas y acariciándole el pelo.
-Porque soy un cartero sexy...- contestó ella, mientras él le besaba el cuello.
-Y tanto...
La cogió de la cintura y la tumbó en la cama dejándola debajo de él y besándole los labios. Ella sonrió y le dijo, en voz muy bajita:
-Va a venir Sophie dentro de un rato...
Él siguió besándola y contestó:
-Danny abre...
Ella negó con la cabeza y se levantó de la cama, con la camiseta de Dougie todavía puesta. Salió de la habitación y escuchó la batería de Harry así que entró en la habitación y cerró tras de sí. Él la vio entrar y dejó de tocar, ella se tumbó en la cama y le miró, tenía cara de preocupación. Él entendió perfectamente que Lane no pensaba irse de allí hasta que no le contase lo que pasaba. La miró y luego miró su móvil:
-Yo... conocí a una chica aquí, en Londres, en un concierto. Ella nos preparaba y nos decía lo que teníamos que hacer en el escenario, cuando la vi pensé que era muy guapa y hubo "feeling" , así que decidimos intentarlo, a pesar de que yo era famoso y no podríamos vernos muy a menudo. Estuvimos dos semanas y... y ahora- se detuvo y la miró, después añadió-: me ha llamado y me ha dejado por el móvil. Y, no sé, me ha sentado mal...
Lane le miraba y, cuando Harry terminó de hablar, le abrazó y dijo:
-Mira, chaval... Tú eres un tío de puta madre, lo sé yo que te conozco desde hace dos días. Si ella no es que es gilipollas y no te merece. No te ralles, no vale la pena. Ella se lo pierde.
Él sonrió y ella le quitó una baqueta y, entre los dos, tocaron un solo estruendoso y horrible que hizo que Harry se animara y que los dos se rieran un rato. Mientras ellos tocaban, Sophie llegó y tocó el timbre.
Danny estaba tumbado en el sofá esperando que alguien abriese pero, para variar, no había nadie por allí cerca así que se levantó y abrió. Entonces, la vio: pelo castaño, tetas bien grandes, delgada, ojos azules y guapísima.
-Hola, ¿en qué te ayudo, guapa?- dijo el comiéndosela con la mirada.
Ella le miró y sintió el impulso de tirársele encima pero se contuvo y murmuró:
-Pues en unas cuantas cosillas...
Él inclinó un poco la cabeza y dijo:
-¿Perdona?
-Nada, que vengo a ver a Lane, ¿está?
Danny se apartó un poco y la dejó pasar, luego cerró la puerta y fueron juntos al salón.
-No sé bien dónde está ahora, pero creo que nos lo pasaremos bien los dos solitos.
-Sí, encontraremos alguna actividad en la que gastar nuestro tiempo- contestó riéndose.
-Por cierto, soy Danny Jones. De McFLY.
-Yo soy Sophie. De... ¿Londres?- contestó tendiéndole la mano.
Él negó con la cabeza y le dio dos besos en las mejillas y añadió sonriente:
-A las chicas no se les da la mano.
Ella le devolvió la sonrisa y estuvieron un rato hablando hasta que Dougie, Harry y Lane bajaron y les vieron tan juntitos, compartieron una mirada de complicidad y entraron medio riéndose, aunque en realidad no tenía gracia. Sophie se levantó cuando la vio y se le tiró encima, dejando a Danny con cara de idiota mirando como daban vueltas por el suelo abrazadas y viéndole el culo a Lane, que se le había subido un poco la camiseta. Después de fingir ser cerdos por unos minutos, se levantaron y se fueron a la cocina a hablar largo y tendido. Se contaron todos los cotilleos y rumores y todo lo que habían escuchado por ahí y, después, Danny la invitó a quedarse a dormir. Justo en ese momento apareció Tom y Lane fue corriendo a abrazarle, le había cogido mucho cariño, después de todo, la había ayudado sin ni siquiera conocerla. Él le devolvió el abrazo sonriendo y ella corrió a presentarle a Sophie y, cuando lo hacía, le susurró: "ya te contaré cuando se líe con Danny" y los dos se rieron como señal de aprobación. Lane subió al baño y fue a la habitación de Dougie a ver si había recibido alguna llamada. Un nuevo mensaje. Lo abrió y vio que ponía: "¿Ya has pensado o necesitas otra charla?". Era de James así que no dudó en responder: "No me hace falta pensarlo más. Te odio. Desaparece de mi vida, por favor, James". Dejó el móvil en el bolso y bajó de nuevo con los chicos. Tenía miedo, mucho miedo pero estar cerca de Dougie la hacía sentirse segura así que se sentó en sus piernas e hizo que la rodease con los brazos evitando que viese esa lágrima furtiva resbalar por su rostro.
"Stay awake. Dreams never last forever".
Lane se durmió abrazándole la cintura con la cabeza en su pecho y a la mañana siguiente Dougie, mirando al techo, la despertó acariciándole el pelo. Movió un poco la cabeza, para poder mirarle sin levantarse, y sonrió. "Podría despertar así cada mañana", pensó. Dougie, al ver que estaba despierta, le susurró, despacito como si hablando con una voz normal todo eso pudiese desaparecer:
-¿Has dormido bien?
Ella, que no esperaba oír su voz, se sobresaltó y sonrió:
-He soñado contigo y me he despertado a tu lado después de pasar una noche espectacular contigo también, con eso lo digo todo. ¿Tú?
Él la miró y la atrajo hacia sí besándole los labios, con una mano en su cuello y la otra en su cintura desnuda. Ella se abrazó a su cuello y le devolvió el beso. Justo entonces, se abrió la puerta y entró Danny, que se quedó con cara de flipado:
-Joder, lo siento... No me esperaba encontrarte con Lane. Al no verla en el salón pensé que se había ido...
Detrás de él apareció Harry y terminó su frase:
-Sí, a la cama de Dougie. Y, al parecer, se lo han pasado bien.
En ese punto, Dougie y Lane ya se habían separado y les miraban con cara de: "¿qué cojones hacéis aquí?" , y ellos se aguantaban la risa.
-¿Qué coño queréis?- dijo Lane mirándoles con cara de mala leche.
Harry, ante su tono, dejó de reírse y empujó a Danny hacia adelante y él le miró, como diciendo: "ayúdame, mamonazo". Pero, al ver que Harry no decía nada, Danny comenzó a hablar:
-Te estábamos buscando...
Lane le miró con escepticismo y contestó:
-Pues, aquí estoy.
Entonces, Harry, con una sonrisa exagerada y voz amable, dijo:
-¡A desayunaar!
Dougie se rió y Danny empujó a Harry por la puerta, cerrándola a sus espaldas. Lane, levantándose, besó los labios de Dougie y se vistió poniéndose, sin querer, sus pantalones.
-Estás muy guapa- dijo riéndose-. Te quedan mejor que a mí.
Ella le pegó suave en el brazo y sonrió, mientras hacía un mini desfile para él. Dougie la cogió por la cintura y le besó el cuello. Después, se puso su camiseta y bajaron: ella con sus pantalones y él en camiseta y calzoncillos.
Cuando llegaron a la cocina, Tom sonrió por ver que las cosas estaban bien entre ellos y Danny y Harry les miraron, mientras ellos se reían como gilipollas al sentarse a la mesa. Desayunaron charlando y diciéndo gilipolleces y, al acabar, el móvil de Lane sonó.
-¿Sí?
-¿Lane? Soy Sophie. ¿Dónde, mierda, te me has metido, chica?
Lane soltó un suspiro de alivio, ya que se esperaba a James o a sus padres cabreados al no encontrarla en casa.
-Te llamé antes de ayer y contestó tu buzón, no sé de qué te quejas si eres tú la que no me coge el móvil...
Sophie se rió y Lane también, después Sophie le preguntó que por qué la había llamado y ella le contó todo lo ocurrido con James y, también, con Dougie. Ante esto último, sonrió y la felicitó. Después, estuvieron marujeando un rato y Lane le pasó la dirección para que viniese a verla. Colgó y fue al salón. Estaba Danny tumbado en el sofá y medio dormido. Lane entró y se sentó en el suelo.
-¿Qué ves?- dijo mirándole con una sonrisa finjida, a propósito.
Él se rió y, señalando la tele, dijo:
-Nada, no sé. Lo que echan... ¿quieres que cambie?
Ella le seguía mirando, pero estaba un poco incómoda en el suelo, así que se levantó y se sentó en el sofá, con la cabeza de Danny en sus piernas. Entonces sonrió, le miró y dijo, con voz de vieja:
-Oye, chico, ¿qué champú usas?
Él se rió y ella le empezó a tocar el pelo exageradamente, mientras el comentaba con voz de rubia tonta:
-Osea, yo... pues, uso pantene. Porque molo, ¿sabes?
Ella le dió una colleja y se rió. Estuvieron un rato, allí, en el salón, diciendo gilipolleces que sólo a ellos les hacían gracia. Después, Lane se levantó y fue a la ducha. Abrió el agua caliente, se desnudó y cerró la mampara. Cerró los ojos y dejó que el agua le mojara el cuerpo, y se llevase con ella todas sus preocupaciones, el sólo hecho de estar bajo el agua caliente, sola, con sus pensamientos, la hacía relajarse completamente. Entonces, escuchó un ruido, la puerta se abrió y Dougie asomó un poco la cabeza, sonriente:
-Hola, ¿quién anda ahí? ¿Lane?
Ella miró a través de la mampara y distinguió a Dougie desnudándose. Sonrió:
-¡Qué va! Soy el cartero.
Él ya se había metido en la ducha, con ella, y la miraba dulcemente:
-Pues, te aseguro, que nunca había visto un cartero tan sexy.
Ella rió, le beso y cogió el champú, echándoselo en el pelo. Él la ayudó a masajearse el pelo, o lo intentó, porque lo que hizo se acercaba más a meter las manos en el pelo y enredárselo. Ella le miró y dijo:
-Y yo, te aseguro, que nunca me había duchado con un rubio tan inútil.
Él la besó y contestó con finjido enfado:
-¡Ahá! Con que te has duchado con más rubios, ¿eh?
-Sí... un tal Dougie. Un chico majo- replicó ella mirando, como hipnotizada y embobada, sus ojos azules.
-Mmm... me debes una explicación, pequeñaja.
Ella le miró y sonrió como diciendo: "era sólo una broma".
-Pero, si yo soy sólo el cartero, señor... Y, además, con el pelo tan enredado no puedo pensar...
Él se rió y, cogiendo el gel de ducha, dijo:
-Ya... se me da mejor enjabonar.
Ella le abrazó, cerró los ojos y dejó que las manos de ese finjido señor de la casa se deslizasen por todo su cuerpo. Después de esa agradable ducha, fueron, envueltos en una toalla, a la habitación de Dougie. Lane había puesto su ropa a lavar, así que se puso una camiseta de Dougie y las zapatillas.
-Joder, ¿por qué toda mi ropa te queda mejor a ti?- dijo Dougie comiéndola con la mirada, ella se dio cuenta y sonrió, sentándose en sus piernas y acariciándole el pelo.
-Porque soy un cartero sexy...- contestó ella, mientras él le besaba el cuello.
-Y tanto...
La cogió de la cintura y la tumbó en la cama dejándola debajo de él y besándole los labios. Ella sonrió y le dijo, en voz muy bajita:
-Va a venir Sophie dentro de un rato...
Él siguió besándola y contestó:
-Danny abre...
Ella negó con la cabeza y se levantó de la cama, con la camiseta de Dougie todavía puesta. Salió de la habitación y escuchó la batería de Harry así que entró en la habitación y cerró tras de sí. Él la vio entrar y dejó de tocar, ella se tumbó en la cama y le miró, tenía cara de preocupación. Él entendió perfectamente que Lane no pensaba irse de allí hasta que no le contase lo que pasaba. La miró y luego miró su móvil:
-Yo... conocí a una chica aquí, en Londres, en un concierto. Ella nos preparaba y nos decía lo que teníamos que hacer en el escenario, cuando la vi pensé que era muy guapa y hubo "feeling" , así que decidimos intentarlo, a pesar de que yo era famoso y no podríamos vernos muy a menudo. Estuvimos dos semanas y... y ahora- se detuvo y la miró, después añadió-: me ha llamado y me ha dejado por el móvil. Y, no sé, me ha sentado mal...
Lane le miraba y, cuando Harry terminó de hablar, le abrazó y dijo:
-Mira, chaval... Tú eres un tío de puta madre, lo sé yo que te conozco desde hace dos días. Si ella no es que es gilipollas y no te merece. No te ralles, no vale la pena. Ella se lo pierde.
Él sonrió y ella le quitó una baqueta y, entre los dos, tocaron un solo estruendoso y horrible que hizo que Harry se animara y que los dos se rieran un rato. Mientras ellos tocaban, Sophie llegó y tocó el timbre.
Danny estaba tumbado en el sofá esperando que alguien abriese pero, para variar, no había nadie por allí cerca así que se levantó y abrió. Entonces, la vio: pelo castaño, tetas bien grandes, delgada, ojos azules y guapísima.
-Hola, ¿en qué te ayudo, guapa?- dijo el comiéndosela con la mirada.
Ella le miró y sintió el impulso de tirársele encima pero se contuvo y murmuró:
-Pues en unas cuantas cosillas...
Él inclinó un poco la cabeza y dijo:
-¿Perdona?
-Nada, que vengo a ver a Lane, ¿está?
Danny se apartó un poco y la dejó pasar, luego cerró la puerta y fueron juntos al salón.
-No sé bien dónde está ahora, pero creo que nos lo pasaremos bien los dos solitos.
-Sí, encontraremos alguna actividad en la que gastar nuestro tiempo- contestó riéndose.
-Por cierto, soy Danny Jones. De McFLY.
-Yo soy Sophie. De... ¿Londres?- contestó tendiéndole la mano.
Él negó con la cabeza y le dio dos besos en las mejillas y añadió sonriente:
-A las chicas no se les da la mano.
Ella le devolvió la sonrisa y estuvieron un rato hablando hasta que Dougie, Harry y Lane bajaron y les vieron tan juntitos, compartieron una mirada de complicidad y entraron medio riéndose, aunque en realidad no tenía gracia. Sophie se levantó cuando la vio y se le tiró encima, dejando a Danny con cara de idiota mirando como daban vueltas por el suelo abrazadas y viéndole el culo a Lane, que se le había subido un poco la camiseta. Después de fingir ser cerdos por unos minutos, se levantaron y se fueron a la cocina a hablar largo y tendido. Se contaron todos los cotilleos y rumores y todo lo que habían escuchado por ahí y, después, Danny la invitó a quedarse a dormir. Justo en ese momento apareció Tom y Lane fue corriendo a abrazarle, le había cogido mucho cariño, después de todo, la había ayudado sin ni siquiera conocerla. Él le devolvió el abrazo sonriendo y ella corrió a presentarle a Sophie y, cuando lo hacía, le susurró: "ya te contaré cuando se líe con Danny" y los dos se rieron como señal de aprobación. Lane subió al baño y fue a la habitación de Dougie a ver si había recibido alguna llamada. Un nuevo mensaje. Lo abrió y vio que ponía: "¿Ya has pensado o necesitas otra charla?". Era de James así que no dudó en responder: "No me hace falta pensarlo más. Te odio. Desaparece de mi vida, por favor, James". Dejó el móvil en el bolso y bajó de nuevo con los chicos. Tenía miedo, mucho miedo pero estar cerca de Dougie la hacía sentirse segura así que se sentó en sus piernas e hizo que la rodease con los brazos evitando que viese esa lágrima furtiva resbalar por su rostro.
sábado, 28 de agosto de 2010
5.
5.
"Sorry's not good enough"
Dougie se giró la miró y subió a su cuarto dando un portazo y dejando a Lane como una gilipollas. Gracias a esto se estaba poniendo más nerviosa aún y las costillas no le dejaban de doler. Como pudo, fue al salón y se tumbó en el sofá intentando tranquilizarse, pero ver cómo Dougie se iba y la dejaba ahi abajo, sola, le hacía llorar y sentir que las lágrimas no iban a parar. Cogió un cojín y se lo puso en la cara para no ver nada, lo único que quería era llorar tranquila. Pero en una casa con cuatro chicos eso era imposible así que decidió quedarse llorando allí hasta que uno de los tres que no estaban cabreados con ella fuese a molestarla. Entonces sintió unas impulsivas ganas de coger esas baquetas de nuevo y tocar, hacer ruido, sentirse libre de nuevo. Se levantó del sofá llorando silenciosamente, se secó la cara y subió las escaleras. Tocó la puerta de la habitación de Harry y, al no contestar nadie, entró. Entró y la vio, esperándola, llamándola, gritando su nombre y se olvidó de todo. Se acercó, se sentó y cogió las baquetas. No le hizo falta cerrar los ojos para sentir el impulso de tocar y no parar, lo primero que se le ocurría al compás de sus lágrimas, de su corazón. Todo estaba bien. No había pasado nada. Esa pelea no había existido. Sí, qué placer tocar ésa batería... Se sentía especial, liberada. Era diferente a cualquier otra experiencia. Pero, de nuevo, la interrumpieron.
Sin darse cuenta había estado llorando mientras tocaba y Tom, que pasaba por allí, la vio y entró a hablar con ella. Lane dejó de tocar y le miró sentarse en la cama de Harry, justo en frente suyo y mirarla instándola a hablar:
-Hemos discutido... hemos roto y ni siquiera estamos juntos, es penoso. Y ha sido por mi culpa. Me siento mal, Tom. Le he hecho cabrearse por una gilipollez y él tenía razón...
Lane empezó a llorar y su respiración entrecortada y nerviosa hacía que las costillas no dejasen de doler ni un segundo. Tom la miraba afligido intentando consolarla, pero parecía que lo único que la tranquilizaba era su batería.
Se levantó, dejó las baquetas en su sitio y se despidió de Tom diciendo que iba a dar una vuelta. Cogió su bolso, se puso los cascos del iPod y salió.
"Joder, Lane, qué puta manía tienes con cagarlo todo... Y esta vez has metido la pata en serio, pareces tonta. Lo eres". Con estos pensamientos y otros igual de pesimistas y con "Save You" de Simple Plan, como banda sonora transcurrió su pequeño paseo.
Cuando volvió a la casa de los chicos estaban todos sentados y esperándola para cenar, así que fue al baño a lavarse la cara y las manos y se sentó, cómo no, al lado de Dougie, que se esforzaba en no mirarla y fingir que no estaba allí. Tom se dedicaba a fingir que eso no sucedía y Harry y Danny intercambiaban miradas de curiosidad y miraban alternativamente a Lane y Dougie, como si fuesen monos de circo. En resumen: la peor cena que podrían haber tenido. Finalmente, y para evitar esa situación incómoda, cada uno se fue a su cuarto y Lane se quedó en el sofá haciendo zapping, sin mirar realmente lo que veía. Después de horas de desvelo y muchas lágrimas dcidió subir a la habitación de Dougie sigilosamente.
Con cuidado abrió la puerta y, sin hacer ruido, la cerró y entró. Se sentó en la cama y, acariciándole el pelo, lo observó dormir durante unos minutos. Se acercó a su oído y susurró:
-Doug, tenemos que hablar.
Después de unos minutos abrió los ojos y la miró:
-¿Qué pasa? ¿Vienes a ponerme de mal humor, de nuevo? ¿O sólo a reprocharme el no habértelo dicho antes?
Ella sonrió y negó con la cabeza, se acercó a él y susurró: "vengo a esto" mientras le besaba detrás de la oreja. Entonces se separó de él, le miró y le dijo:
-Tenías razón en todo lo que dijiste, perdóname. Estaba un poco sensible, lo siento.
Dougie sonrió y dijo:
-Yo tampoco habría querido que me dijeses que tenías novio desde el principio si no hubiese tenido la oportunidad de hacer esto...
Le besó dulcemente en los labios y Lane sonrió. Le besó el cuello y le quitó la camiseta, mientras sus labios recorrían todo el contorno de su abdomen. Él le quito la camiseta a Lane y le besó el cuello, mientras sus manos acariciaban su lisa y suave espalda hasta toparse con el cierre del sujetador. Pequeñas barreras derribadas y ese sujetador adornando la alfombra. Le besó el cuello y fue bajando lentamente por su pecho, mientras ella hacía desaparecer su pantalón. Poco a poco fueron desnudándose y los besos se hicieron más apasionados, y sus respiraciones agitadas bailando al compás del deseo, y sus ojos vagando por cada rincón secreto fotografiando mentalmente una noche inolvidable presa de la pasión de una reconciliación.
viernes, 27 de agosto de 2010
4.
4.
"I wish I could save you"
Dougie se dio cuenta de que Lane lloraba y, mientras lo hacía, le abrazaba como si su vida fuese en ello. La ayudó a sentarse y ella comenzó a toser. Se miraron a los ojos y ella le contó lo que había pasado con James. Él la abrazó por la cintura y le acarició el pelo suavemente y ella, poco a poco, se fue quedando dormida con la cabeza apoyada en su regazo.
Por la mañana, cuando se despertó, había un chico, al que no conocía, en la cocina. Se sentó en una mesa frente a él y, cogiéndose las costillas por donde le dolía y tosiendo, le pidió un vaso de agua.
-Bueno, y tú, ¿cómo te llamas?- preguntó el chico poniendo dos cazos de cereales con leche en la mesa.
-Lane. Lane Wood, ¿tú?- contestó ella comiendo cereales y mirándole con expectación.
-Harry Judd. Pero me refiero a, ¿que haces tú aquí? ¿Te has liado con Danny o... qué?- dijo él sin entender quién era ella.
-Joder, hijo, échame, ya que estás... Pues, estoy desayunando y no, no me he liado con Danny ni tengo la más mínima idea de quién es.
-No, no echaría a una chica tan mona que no está aquí por Danny. Y, entonces, ¿por qué estás aquí?- preguntó él curioso.
-Pues, porque soy amiga de Dougie y Tom me dijo que si quería quedarme aquí... Tonterías. ¿Y tú quién eres?
Harry la miró mientras comían y contestó:
-Amigo de Dougie y Tom. Toco la batería- él esperaba, como Dougie y Tom, que supiese quien era pero no tenía la más remota idea.
Cuando Lane escuchó que tocaba la batería, se quedó seria un momento y después sonrió mirándole:
-¿Tienes batería aquí?
-Pues, claro- contestó él arqueando las cejas, como diciendo: "¿tú quién te piensas que soy, un mindundi?".
Ella soltó un gritito de emoción y, de un salto, bajó de su silla. Pero, al hacerlo tan bruscamente, comenzaron a dolerle las costillas así que se apoyó un momento en la mesa y bebió agua, mientras Harry la ayudaba a no caerse. Cuando se recuperó un poco se enderezó y, emocionada, dijo:
-¿Me la enseñas? Amo tocar la batería.
-Por supuesto, pero, ¿estás bien?- dijo él un poco preocupado.
Ella le dio un golpe en el hombro y contestó:
-Pues, claro. Si quieres te lo demuestro en una pelea.
Harry sonrió y la guió hasta su habitación, arriba de las escaleras. Cuando entraron y vio la batería casi se tira sobre ella, pero se contuvo. Se acercó a la batería, se sentó y cogió las baquetas. Cerró los ojos y tocó lo primero que se le vino a la mente, liberándose de todo y de todos. Dejando todos sus problemas atrás, como si el mundo estuviese vacío y sólo estuvieran en él ella y esa batería. En ese momento de libertad, la interrumpieron las voces de Tom, Dougie y otro chico en el umbral de la puerta. Abrió los ojos y los vio, dejó las baquetas en la silla y se levantó sonriendo con cara de: "¿quién ha sido?". Pero Harry levantó la mano y las chocaron, mientras él le decía:
-JO-DER. Eso ha estado de genial. Lo sabes, ¿no?
-Gracias- contestó ella con un poco de vergüenza, mirando todavía a los chicos que la miraban desde la puerta. Un silencio incómodo entre todos que rompió el chico al que ella no conocía diciendo a sus amigos:
-¿Quién es y qué hace con la batería a estas horas? Pensaba que era Harry, no me esperaba un pivón esperándome por la mañana. Aunque hubiera preferido otro despertar un poco más tranquilo.
Él se reía y Tom le dio un puñetazo en el hombro. Lane se disculpó con los chicos y, cuando salieron de la habitación, se dio cuenta de que esos cuatro jóvenes buenorros con los que había compartido casa esa noche eran los miembros de McFLY. Todo tenía sentido: lo del bajo, lo de me encanta McFLY, etc... Y, cuando se dio cuenta de esto, una ira repentina invadió todo su cuerpo: Dougie no le había dicho nada de eso en ningún momento, se lo había guardado todo, como si fuese un secreto, como si diese por sentado que a ella no le importaría salir con un famoso, como si para ella fuese normal salir en la portada de una revista besándose con su novio. Se lo había ocultado y eso, sin saber muy bien por qué, le jodió. Básicamente por el hecho de no habérselo contado.
Las lágrimas de ira salían y ella enrojecía poco a poco. Las costillas comenzaron a dolerle por la respiración agitada, así que se asomó por la ventana y vio a Dougie, solo, en el jardín. Salió de la habitación tratando calmarse un poco y salió al jardín, se sentó y miró con cara de cabreo a Dougie.
-¿Qué te pasa?- preguntó él sin comprender esa ira repentina de Lane.
-Tú sabrás, bajista de McFLY- contestó poniendo énfasis en las dos últimas palabras.
"Ah, así que es por eso... se ha enterado de que soy famoso. Pero, ¿por qué el cabreo?" pensó él mirándola enrojecer y respirar hondo para calmarse un poco.
-Sigo sin entender por qué te enfadas tanto... Dime: ¿por qué?
Lane perdió la calmay comenzó a gritar, a pesar de que las costillas le dolían más que nunca:
-O sea que no entiendes por qué... Déjame decirte por qué. Porque me lo has ocultado, porque ni siquiera me has preguntado si querría salir con alguien que es seguido por paparazzis constantemente, porque has pensado que era más fácil no decírmelo. Por eso, ¿sigo?
Dougie comenzó a enfadarse, no entendía el porqué de todo eso aunque, en parte, tenía razón. Pero aún así contestó gritando:
-Primero: no te pongas así, no es para tanto. Segundo: no dije nada porque pensé que con sólo decir mi nombre me reconocerías, pero no fue así, así que te lancé indirectas. Que TÚ no pillabas. Tercero: No estamos saliendo, todavía. Cuarto: nunca pretendí ofenderte así que, por favor, cálmate. Yo también sé gritar.
Ella respiró hondo y bajó un poco el tono de voz, pero seguía algo alterada:
-Probablemente no sea para tanto, pero para mí lo es. ¿No era más fácil decírmelo desde el principio?
-Lo mismo te digo. ¿No habría sido más fácil decirme desde el principio que tenías novio?- contestó él levantándose y dirigiéndose a la puerta de la casa. Lane se dio cuenta de que tenía razón: no era para tanto, no tendría que haber montado ese pollo. Le siguió hasta dentro de la casa y le cogió de una muñeca:
-No, no habría sido más fácil. Porque nunca te habría besado.
"I wish I could save you"
Dougie se dio cuenta de que Lane lloraba y, mientras lo hacía, le abrazaba como si su vida fuese en ello. La ayudó a sentarse y ella comenzó a toser. Se miraron a los ojos y ella le contó lo que había pasado con James. Él la abrazó por la cintura y le acarició el pelo suavemente y ella, poco a poco, se fue quedando dormida con la cabeza apoyada en su regazo.
Por la mañana, cuando se despertó, había un chico, al que no conocía, en la cocina. Se sentó en una mesa frente a él y, cogiéndose las costillas por donde le dolía y tosiendo, le pidió un vaso de agua.
-Bueno, y tú, ¿cómo te llamas?- preguntó el chico poniendo dos cazos de cereales con leche en la mesa.
-Lane. Lane Wood, ¿tú?- contestó ella comiendo cereales y mirándole con expectación.
-Harry Judd. Pero me refiero a, ¿que haces tú aquí? ¿Te has liado con Danny o... qué?- dijo él sin entender quién era ella.
-Joder, hijo, échame, ya que estás... Pues, estoy desayunando y no, no me he liado con Danny ni tengo la más mínima idea de quién es.
-No, no echaría a una chica tan mona que no está aquí por Danny. Y, entonces, ¿por qué estás aquí?- preguntó él curioso.
-Pues, porque soy amiga de Dougie y Tom me dijo que si quería quedarme aquí... Tonterías. ¿Y tú quién eres?
Harry la miró mientras comían y contestó:
-Amigo de Dougie y Tom. Toco la batería- él esperaba, como Dougie y Tom, que supiese quien era pero no tenía la más remota idea.
Cuando Lane escuchó que tocaba la batería, se quedó seria un momento y después sonrió mirándole:
-¿Tienes batería aquí?
-Pues, claro- contestó él arqueando las cejas, como diciendo: "¿tú quién te piensas que soy, un mindundi?".
Ella soltó un gritito de emoción y, de un salto, bajó de su silla. Pero, al hacerlo tan bruscamente, comenzaron a dolerle las costillas así que se apoyó un momento en la mesa y bebió agua, mientras Harry la ayudaba a no caerse. Cuando se recuperó un poco se enderezó y, emocionada, dijo:
-¿Me la enseñas? Amo tocar la batería.
-Por supuesto, pero, ¿estás bien?- dijo él un poco preocupado.
Ella le dio un golpe en el hombro y contestó:
-Pues, claro. Si quieres te lo demuestro en una pelea.
Harry sonrió y la guió hasta su habitación, arriba de las escaleras. Cuando entraron y vio la batería casi se tira sobre ella, pero se contuvo. Se acercó a la batería, se sentó y cogió las baquetas. Cerró los ojos y tocó lo primero que se le vino a la mente, liberándose de todo y de todos. Dejando todos sus problemas atrás, como si el mundo estuviese vacío y sólo estuvieran en él ella y esa batería. En ese momento de libertad, la interrumpieron las voces de Tom, Dougie y otro chico en el umbral de la puerta. Abrió los ojos y los vio, dejó las baquetas en la silla y se levantó sonriendo con cara de: "¿quién ha sido?". Pero Harry levantó la mano y las chocaron, mientras él le decía:
-JO-DER. Eso ha estado de genial. Lo sabes, ¿no?
-Gracias- contestó ella con un poco de vergüenza, mirando todavía a los chicos que la miraban desde la puerta. Un silencio incómodo entre todos que rompió el chico al que ella no conocía diciendo a sus amigos:
-¿Quién es y qué hace con la batería a estas horas? Pensaba que era Harry, no me esperaba un pivón esperándome por la mañana. Aunque hubiera preferido otro despertar un poco más tranquilo.
Él se reía y Tom le dio un puñetazo en el hombro. Lane se disculpó con los chicos y, cuando salieron de la habitación, se dio cuenta de que esos cuatro jóvenes buenorros con los que había compartido casa esa noche eran los miembros de McFLY. Todo tenía sentido: lo del bajo, lo de me encanta McFLY, etc... Y, cuando se dio cuenta de esto, una ira repentina invadió todo su cuerpo: Dougie no le había dicho nada de eso en ningún momento, se lo había guardado todo, como si fuese un secreto, como si diese por sentado que a ella no le importaría salir con un famoso, como si para ella fuese normal salir en la portada de una revista besándose con su novio. Se lo había ocultado y eso, sin saber muy bien por qué, le jodió. Básicamente por el hecho de no habérselo contado.
Las lágrimas de ira salían y ella enrojecía poco a poco. Las costillas comenzaron a dolerle por la respiración agitada, así que se asomó por la ventana y vio a Dougie, solo, en el jardín. Salió de la habitación tratando calmarse un poco y salió al jardín, se sentó y miró con cara de cabreo a Dougie.
-¿Qué te pasa?- preguntó él sin comprender esa ira repentina de Lane.
-Tú sabrás, bajista de McFLY- contestó poniendo énfasis en las dos últimas palabras.
"Ah, así que es por eso... se ha enterado de que soy famoso. Pero, ¿por qué el cabreo?" pensó él mirándola enrojecer y respirar hondo para calmarse un poco.
-Sigo sin entender por qué te enfadas tanto... Dime: ¿por qué?
Lane perdió la calmay comenzó a gritar, a pesar de que las costillas le dolían más que nunca:
-O sea que no entiendes por qué... Déjame decirte por qué. Porque me lo has ocultado, porque ni siquiera me has preguntado si querría salir con alguien que es seguido por paparazzis constantemente, porque has pensado que era más fácil no decírmelo. Por eso, ¿sigo?
Dougie comenzó a enfadarse, no entendía el porqué de todo eso aunque, en parte, tenía razón. Pero aún así contestó gritando:
-Primero: no te pongas así, no es para tanto. Segundo: no dije nada porque pensé que con sólo decir mi nombre me reconocerías, pero no fue así, así que te lancé indirectas. Que TÚ no pillabas. Tercero: No estamos saliendo, todavía. Cuarto: nunca pretendí ofenderte así que, por favor, cálmate. Yo también sé gritar.
Ella respiró hondo y bajó un poco el tono de voz, pero seguía algo alterada:
-Probablemente no sea para tanto, pero para mí lo es. ¿No era más fácil decírmelo desde el principio?
-Lo mismo te digo. ¿No habría sido más fácil decirme desde el principio que tenías novio?- contestó él levantándose y dirigiéndose a la puerta de la casa. Lane se dio cuenta de que tenía razón: no era para tanto, no tendría que haber montado ese pollo. Le siguió hasta dentro de la casa y le cogió de una muñeca:
-No, no habría sido más fácil. Porque nunca te habría besado.
3.
3.
"I won't let you go"
Metió la llave en la cerradura y entró despacio en su casa. Fue a su habitación, dejó el bolso y las demás cosas en la mesa y cerró la puerta. Cuando se dio la vuelta vio a James sentado en su cama y muy cabreado. Se levantó y la agarró de las muñecas fuertemente.
-¿Quién era ese chico? ¿Qué cojones hacías con él?
Ella le miró y después se miró las manos, se estaban quedando rojas.
-¿Qué más te da? No hemos hecho nada malo... Como si tú no te hubieses intentado liar con Sophie- respondió mirándole con cara de asco.
-¡Cállate y responde! Y a ver si dejas de inventarte gilipolleces.
James seguía apretándole las muñecas y ella se quedó callada. Él, impaciente, levantó la mano y le abofeteó la cara:
-Que me respondas. ¿Qué parte no entiendes? No me parece una pregunta tan difícil.
Se le había quedado la marca de su mano en la cara y las muñecas se estaban poniendo excesivamente rojas, así que decidió responder:
-Es un amigo... ¿No puedo tener amigos?
-No si son... como él- respondió mirándola con arrogancia.
-¿Cómo él? Mejores que tú, dirás.
James se cabreó y la tiró al suelo, después se puso junto a ella:
-¿Qué has dicho?
Las lágrimas comenzaban a invadir su rostro y él se regodeaba en su dolor.
-Vete de mi casa, James. No quiero volver a verte en mi vida, eres un mierdas, no vales la pena.
La miró con una mezcla de desprecio y miedo: él la "quería", no podía dejar que eso ocurriese.
-No... no... ¡No! No lo dices en serio. No quieres cortar conmigo. Nosotros... nosotros nos queremos.
Le cogió el rostro empapado en lágrimas con una mano y la miró:
-¿Verdad que nos queremos?
-No, no te quiero. Nunca te he querido.
Él se levantó. Sacó un cigarrillo, lo encendió y comenzó a caminar nervioso por la habitación. Ella observaba cada uno de sus movimientos. La miró:
-No, te equivocas. Lo que pasa es que... estás enfadada porque te he gritado y confundes los sentimientos. Tú me amas. Y.. yo.. lo siento. No volverá a suceder, no sé qué me ha pasado.
Lane se sentó en el suelo y con desprecio dijo:
-Vete de mi casa. No estoy confundiendo nada: Te odio. Has sido el peor error que he cometido y me arrepiento de cada segundo contigo.
Él fue hacia ella y le pegó una patada en las costillas. Lane cayó tumbada al suelo y comenzó a toser. James se asustó y decidió marcharse diciéndole que necesitaba pensar, que no quería cortar con él.
Cuando James se fue ella se levantó apoyándose en la mesa y cogió el móvil. Llamó a Sophie. Buzón de voz. Colgó tosiendo y llamó a Allyson. No contestaba. Se tumbó en la cama y tosiendo y llorando pasaron dos horas, eran las doce. Cogió el móvil y llamó a Dougie. Segundos después, una voz contestó:
-¿Sí?
-¿Dougie?- consiguió pronunciar entre sollozos.
-No, Tom. ¿Quién es?
Ella extrañada y llorosa contestó:
-Lane... he-hemos que-quedado hoy... ¿Dónde está Dougie?
-No está, ¿qué pasa? ¿Por qué lloras?
Se quedó un momento en silencio y se secó, como pudo, la cara:
-Nada, no importa, dile que he llamado.
Cuando iba a colgar él dijo:
-Eh, espera...
Ella se puso de nuevo el aparato en el oído y preguntó, sollozando:
-¿Qué pasa?
-Yo soy muy amigo de Dougie... y, si necesitas hablar con alguien, yo puedo escucharte.
Al principio dudó un momento, pero... "¿por qué no?":
-Vale, ¿puedes venir a mi casa?
-Sí, claro.
Ella seguía llorando pero, aún así, pudo esbozar una pequeña sonrisa.
-Te mando un mensaje al móvil de Doug con la dirección- finalizó la conversación y cortó. Unos cinco minutos más tarde el timbre sonaba. Lane fue a abrir la puerta, todavía con los ojos rojos de tanto llorar, miró por la mirilla y vio a un chico alto, rubio y con cara de majo. Alzó un poco la voz y preguntó:
-¿Tom?
Él levantó la mirada y la fijó en la mirilla, luego, sonriendo, contestó:
-Sí, soy yo.
Lane abrió la puerta y le dejó entrar. Él la miró un momento intentando averigüar si la conocía de algo, finalmente, cuando se dio cuenta de que no, decidió preguntarle quién era ella.
-Soy Lane Wood, conocí a Dougie ayer por la tarde. Nos chocamos y hoy hemos quedado- contestó ella mirándole fijo a los ojos, mientras algunas silenciosas lágrimas rebeldes seguían cayendo por sus mejillas, y añadió-: Llamé a mis amigas, pero no contestaban, y le había prometido a Dougie que esta noche llamaría así que llamé.
Después de esta explicación, Tom sonrió y le tendió la mano. Ella se la estrechó y se sentaron juntos en la cama de Lane. Cuando se sentaron, Lane apoyó las manos en sus piernas y Tom las vio todas amoratadas, entonces, preocupado, preguntó:
-¿Qué te ha pasado en las muñecas? ¿Por eso llorabas?
Ella se miró las manos y luego a él. Las lágrimas caían silenciosamente y no podía pronunciar palabra. Tom la abrazó un poco y esperó a que se calmara.
-Sí, más o menos... Es un poco largo. No quiero molestarte con mi vida, ni siquiera me conoces- dijo Lane clavando sus ojos rojos en él.
-No, no me molestas. Además, para algo he venido hasta aquí, ¿no?- contestó sonriendo y abrazándola un poco más fuerte.
Lane apoyó su cabeza en el hombro de Tom y llorando le contó que había discutido con James por Dougie, que ella quería cortar, que él no la dejaba y se inventó que lo de las muñecas se lo hizo ella. Pero Tom se imaginaba que no era verdad:
-Lane... deberías hacer algo.
Ella le miró llorando todavía y dijo:
-¿Cómo qué? ¿Llamar a la policía? No puedo. Es mi novio, le odio, pero no me ha hecho nada. No quiero que me haga nada más.
Tom la abrazó por la cintura y, al rozar las costillas, Lane soltó un chillido e intentó contener las lágrimas de miedo y dolor. Él se separó un poco, la miró a los ojos y le secó las lágrimas. Después, preguntó:
-¿Qué tienes ahí?
-Nada- contestó ella separándose nerviosa de él y evitando su mirada.
-Lane... No me mientas, ¿por qué te has quejado?- replicó él levantándole el rostro con las manos.
-Porque... el otro día me caí subiendo las escaleras y... me hice daño.
Tom la miró poco convencido de la respuesta de la chica y contraatacó:
-Ya... ¿y lo de la cara?
Lane dudó un momento y, después, contestó:
-Me choqué con una puerta.
Decidió no intentarlo más. Y la abrazó de nuevo, esta vez, más cuidadosamente. Un poco después dijo:
-¿Quieres venir conmigo y ves a Dougie, y, si quieres, te quedas con él una noche o...? Lo digo por tus padres, a lo mejor, si te ven así, se preocupan.
Ella sorbió los mocos y medio sonrió, luego dijo que sí y le agradeció la oferta. Tom la ayudó a coger un par de cosas y a bajar por las escaleras. Le abrió la puerta del coche y arrancó. Después de un rato, llegaron a una especie de edificio bajito, de dos pisos, que tenía detrás un pequeño jardín, que a simple vista no se veía. Tom abrió la puerta y la acompañó al salón, donde estaba Dougie viendo la tele, y se fue a su habitación.
Lane se asomó por la puerta entreabierta y le vio, sentado, haciendo zapping. Tocó una vez y pasó. Al escucharla Dougie se giró, sonrió y se levantó a saludarla. Ella se acercó a él y le besó los labios, mientras una lágrima de felicidad, seguridad y alivio resbalaba lentamente por su mejilla y caía a la alfombra del salón.
miércoles, 25 de agosto de 2010
2.
2.
"I wanna fuck you, you already know".
Lane le devolvió el beso y él intentó quitare la camiseta. Ella, algo contrariada, se separó y le miró:
-¿Qué haces?
-Besarte...¿no puedo?- contestó mirándola y sonriendo.
Ella le siguió mirando con cara molesta y el volvió a besarla, esta vez más fuertemente. Justo en ese momento, Fred apareció en el salón, para que se separasen. Lane y James le miraron, ella aliviada y él bastante molesto: no quería pasar ese día sin follar, al fin y al cabo, para algo había ido allí.
-Bueno, creo que debería irme-dijo James levantándose y dirigiéndose a la puerta. Ella le acompañó y le besó suavemente los labios antes de cerrar la puerta, se apoyó en ella con la espalda y miró la hora: las cinco.
-¡SOPHIIIEEE!- gritó Lane desde la cocina. Su amiga apareció segundos después al lado de Lane.
-¿Qué pasa? ¿Se ha ido ya James?- preguntó mirándola.
-Sí, se ha ido. Pero necesito que me ayudes con la comida, he quedado en una hora con el tío de ayer y quiero comer algo antes de echarte- respondió abriendo la nevera y buscando algo para hacer. Sophie se le unió en la búsqueda y estuvieron un rato en la cocina. Llamaron a Fred y sentaron a la mesa. Fred miró su plato y luego a su hermana detenidas veces, al final dijo:
-¿Ensalada y huevo frito? Joder, hija, os lo habéis currado...
-Tú calla y come- dijo Sophie con mala hostia.
Ella y su amiga comieron rápido, dejaron los platos en la pila y fueron a la habitación de Lane.
Sophie ayudó a Lane a peinarse y maquillarse. Cuando terminaron Lane la miró y dijo:
-Guay, ahora... ¿qué me pongo?
Sophie se rió y fue al armario de su amiga. Tras revolverlo todo, sacó uns shorts vaqueros, una camiseta de manga corta negra escotada y unas converse negras también. Lanes se cambió y miró el reloj: las seis menos veinte, iba a llegar tarde. Otra vez.
Cogió el bolso, el iPod, las llaves, besó a Sophie en la mejilla y salió de la casa, mientras escuchaba "Welcome to my life" de Simple Plan.
Estaba llegando, eran las seis y cuarto, y, de lejos, le vio. Se apresuró un poco más y, cuando casi había llegado, tropezó y cayó de bruces al suelo. Dougie, que la había visto caer, se acercó riendo y le tendió la mano.
-Sé que se está bien en el suelo, pero ya que quedamos mejor movernos... No te preocupes, tendremos tiempo de buscar cartones para que no pases frío esta noche.
Lane le sacó la lengua y le cogió la mano, él se reía.
-Bueno, ¿adónde me llevas?- preguntó ella.
-De momento, a mi coche- respondió conduciéndola a un mini de color rojo. Le abrió la puerta del copiloto y se metió del lado del conductor. Arrancó el coche y ella le miró.
-¿Qué pasa?- dijo él mirándola también.
-Nada, no sé... Cuéntame de tu vida.
-Pues, me llamo Dougie Poynter- comenzó e hizo una pausa esperando un gritillo de sorpresa, que no llegó, así que añadió-: soy bajista y vivo en Londres. Tengo veintidós años y carnet de conducir. ¿Tú?
-Yo...Me llamo Lane Wood, tengo dieciocho años, estoy de vacaciones y vivo en Londres. Me gusta la música y tocar la batería- respondió ella mirando por la ventana e intentando adivinar adónde iban.
-¿Ah, sí? ¿Qué música te gusta?- preguntó mirándola de nuevo.
-De todo un poco... depende del momento, ¿a ti?
Él, tras meditar un poco y tratando de averiguar si le reconocía, respondió:
-McFLY me encanta,
Ella le miró intentando situar al grupo del que le hablaba en su memoria, un pco después recordó haberlos oído en la radio una vez.
-Ahh, sí... los escuché una vez, no están mal...
Él sonrió y decidió dejar de intentarlo. Aparcó el coche y se bajaron, ella miró a su alrededor. Entonces, vio una tienda de electrónica y demás delante de sus narices.
-Pensé...
-¿Qué?- la instó él, mirándola a los ojos.
-Nada, que era broma lo de que me ibas a comprar un móvil. No hace falta que lo hagas, en serio- dijo ella devolviéndole la mirada.
-Calla, anda. Que no imprta, ya estamos aquí.
Ella le sonrió y entraron en la tienda. Él se alejó un momento y fue al mostrador, mientras ella miraba los portátiles. Cuando volvió tenía un móvil en la mano, con su respectiva caja, y un papelito donde estaba apuntado su número de teléfono. Ella lo cojió, le sonrió, le abrazó y, tras encenderlo, guardó el número de Dougie en la lista de contactos.
-Gracias, un día de estos te llamaré. Ahora, ven- dijo ella tirando de él hacia afuera.
Abrió la puerta del coche, guardó la caja del móvil dentro y cerró. Después le cogió de la mano y fueron a dar una vuelta por Londres. Comieron un helado y fueron a un parque a sentarse. Estaba oscureciendo y las farolas comenzaban a iluminar la ciudad, allí no había casi nadie así que se sentaron, charlaron e hicieron el idiota, se miraron y él dijo sonriendo:
-Tienes helado.
-¿Dónde?- preguntó mirándole y pasándose la lengua por el labio.
-Espera...
Dougie se acercó un poco a ella y la besó suavemente. Después, la miró fijo a los ojos y, satisfecho, añadió:
-Ya está, perfecta.
Ella se ió y le golpeó suave el hombro, empujándole levemente. Se levantaron y fueron corriendo al coche, ella huyendo y él intentando atraparla. Subieron riendo y jadeando.
-Me lo he pasado bien... - dijo Dougie arrancando el coche y añadió-: ¿Quieres que te lleve a tu casa?
-Sí, por favor.
Cuando llegaron, él detuvo el coche y se miraron. Ella se acercó a él y le besó. Se giró para salir y le dijo, antes de abrir la puerta:
-Esta noche te llamo.
Salió y, cuando estaba cerrando, asomó la cabeza y añadió:
-Yo también lo he pasado bien.
Dougie arrancó y ella se quedó en el portal viendo al coche desaparecer. "Es un tío genial", pensó sonriendo.
"I wanna fuck you, you already know".
Lane le devolvió el beso y él intentó quitare la camiseta. Ella, algo contrariada, se separó y le miró:
-¿Qué haces?
-Besarte...¿no puedo?- contestó mirándola y sonriendo.
Ella le siguió mirando con cara molesta y el volvió a besarla, esta vez más fuertemente. Justo en ese momento, Fred apareció en el salón, para que se separasen. Lane y James le miraron, ella aliviada y él bastante molesto: no quería pasar ese día sin follar, al fin y al cabo, para algo había ido allí.
-Bueno, creo que debería irme-dijo James levantándose y dirigiéndose a la puerta. Ella le acompañó y le besó suavemente los labios antes de cerrar la puerta, se apoyó en ella con la espalda y miró la hora: las cinco.
-¡SOPHIIIEEE!- gritó Lane desde la cocina. Su amiga apareció segundos después al lado de Lane.
-¿Qué pasa? ¿Se ha ido ya James?- preguntó mirándola.
-Sí, se ha ido. Pero necesito que me ayudes con la comida, he quedado en una hora con el tío de ayer y quiero comer algo antes de echarte- respondió abriendo la nevera y buscando algo para hacer. Sophie se le unió en la búsqueda y estuvieron un rato en la cocina. Llamaron a Fred y sentaron a la mesa. Fred miró su plato y luego a su hermana detenidas veces, al final dijo:
-¿Ensalada y huevo frito? Joder, hija, os lo habéis currado...
-Tú calla y come- dijo Sophie con mala hostia.
Ella y su amiga comieron rápido, dejaron los platos en la pila y fueron a la habitación de Lane.
Sophie ayudó a Lane a peinarse y maquillarse. Cuando terminaron Lane la miró y dijo:
-Guay, ahora... ¿qué me pongo?
Sophie se rió y fue al armario de su amiga. Tras revolverlo todo, sacó uns shorts vaqueros, una camiseta de manga corta negra escotada y unas converse negras también. Lanes se cambió y miró el reloj: las seis menos veinte, iba a llegar tarde. Otra vez.
Cogió el bolso, el iPod, las llaves, besó a Sophie en la mejilla y salió de la casa, mientras escuchaba "Welcome to my life" de Simple Plan.
Estaba llegando, eran las seis y cuarto, y, de lejos, le vio. Se apresuró un poco más y, cuando casi había llegado, tropezó y cayó de bruces al suelo. Dougie, que la había visto caer, se acercó riendo y le tendió la mano.
-Sé que se está bien en el suelo, pero ya que quedamos mejor movernos... No te preocupes, tendremos tiempo de buscar cartones para que no pases frío esta noche.
Lane le sacó la lengua y le cogió la mano, él se reía.
-Bueno, ¿adónde me llevas?- preguntó ella.
-De momento, a mi coche- respondió conduciéndola a un mini de color rojo. Le abrió la puerta del copiloto y se metió del lado del conductor. Arrancó el coche y ella le miró.
-¿Qué pasa?- dijo él mirándola también.
-Nada, no sé... Cuéntame de tu vida.
-Pues, me llamo Dougie Poynter- comenzó e hizo una pausa esperando un gritillo de sorpresa, que no llegó, así que añadió-: soy bajista y vivo en Londres. Tengo veintidós años y carnet de conducir. ¿Tú?
-Yo...Me llamo Lane Wood, tengo dieciocho años, estoy de vacaciones y vivo en Londres. Me gusta la música y tocar la batería- respondió ella mirando por la ventana e intentando adivinar adónde iban.
-¿Ah, sí? ¿Qué música te gusta?- preguntó mirándola de nuevo.
-De todo un poco... depende del momento, ¿a ti?
Él, tras meditar un poco y tratando de averiguar si le reconocía, respondió:
-McFLY me encanta,
Ella le miró intentando situar al grupo del que le hablaba en su memoria, un pco después recordó haberlos oído en la radio una vez.
-Ahh, sí... los escuché una vez, no están mal...
Él sonrió y decidió dejar de intentarlo. Aparcó el coche y se bajaron, ella miró a su alrededor. Entonces, vio una tienda de electrónica y demás delante de sus narices.
-Pensé...
-¿Qué?- la instó él, mirándola a los ojos.
-Nada, que era broma lo de que me ibas a comprar un móvil. No hace falta que lo hagas, en serio- dijo ella devolviéndole la mirada.
-Calla, anda. Que no imprta, ya estamos aquí.
Ella le sonrió y entraron en la tienda. Él se alejó un momento y fue al mostrador, mientras ella miraba los portátiles. Cuando volvió tenía un móvil en la mano, con su respectiva caja, y un papelito donde estaba apuntado su número de teléfono. Ella lo cojió, le sonrió, le abrazó y, tras encenderlo, guardó el número de Dougie en la lista de contactos.
-Gracias, un día de estos te llamaré. Ahora, ven- dijo ella tirando de él hacia afuera.
Abrió la puerta del coche, guardó la caja del móvil dentro y cerró. Después le cogió de la mano y fueron a dar una vuelta por Londres. Comieron un helado y fueron a un parque a sentarse. Estaba oscureciendo y las farolas comenzaban a iluminar la ciudad, allí no había casi nadie así que se sentaron, charlaron e hicieron el idiota, se miraron y él dijo sonriendo:
-Tienes helado.
-¿Dónde?- preguntó mirándole y pasándose la lengua por el labio.
-Espera...
Dougie se acercó un poco a ella y la besó suavemente. Después, la miró fijo a los ojos y, satisfecho, añadió:
-Ya está, perfecta.
Ella se ió y le golpeó suave el hombro, empujándole levemente. Se levantaron y fueron corriendo al coche, ella huyendo y él intentando atraparla. Subieron riendo y jadeando.
-Me lo he pasado bien... - dijo Dougie arrancando el coche y añadió-: ¿Quieres que te lleve a tu casa?
-Sí, por favor.
Cuando llegaron, él detuvo el coche y se miraron. Ella se acercó a él y le besó. Se giró para salir y le dijo, antes de abrir la puerta:
-Esta noche te llamo.
Salió y, cuando estaba cerrando, asomó la cabeza y añadió:
-Yo también lo he pasado bien.
Dougie arrancó y ella se quedó en el portal viendo al coche desaparecer. "Es un tío genial", pensó sonriendo.
1.
1.
"I'm coming with you"
Lane caminaba tranquila y feliz por las calles londinenses. Todo estaba bien por una vez en mucho tiempo: acababa de cumplir los dieciocho, era el primer día de las vacaciones de verano y no le había quedado ninguna, el iPod reproduciendo sus canciones favoritas y, sobre todo, el hecho de que desde hacía un tiempo salía con el chico más guapo y genial que una madre podía parir, James.
Mientras andaba, escribía un mensaje a Sophie y Allyson, sus mejores amigas. Había quedado con ellas y llegaba tarde, para variar. Caminaba distraída y, en eso, se chocó con alguien. Justo cuando iba a enviar el mensaje el móvil salió disparado de sus manos y golpeó de lleno contra el suelo, rompiéndose.
-¡Joder! Chico, te has lucido-dijo Lane recogiendo los pedacitos de su roto móvil.
El chico se agachó junto a ella y la ayudó:
-Lo siento, pero no era yo quien caminaba con los cascos puestos y la vista en la pantalla del móvil-dijo el excusándose.
Lane se levantó y le miro, "joder, qué bueno estás cabronazo" pensó, pero estaba cabreada y sus ojos azules no podían hacerla cambiar de opinión.
-No, sólo eres el tío que me jodido el móvil justo cuando llego tarde a... un sitio y escribo un mensaje para disculparme.
El chico la miraba a los ojos, eran verdes y ella era realmente guapa. Era una chica rubia, alta y delgada, que lucía un camiseta de tirantes escotada y ajustada que ponía: "Don't fuck it", una minifalda y unas zapatillas nike anchas.
-Joder, si te lo tomas tan en serio quedamos y te regalo uno- dijo él buscando alguna excusa para verla de nuevo.
-¿Qué?¿Ahora vas de famosete que regala móviles o cómo? No sé, por mí perfecto. Es tú dinero, si quieres gastarlo en una tía que ni siquiera conoces, allá tú...
-No voy de famosete que regala móviles. Voy de famosete pero normalmente no tengo regalarle móviles a nadie- dijo él riéndose-. Y eso último se puede cambiar rápido, me llamo Dougie- añadió tendiéndole la mano.
-Yo Lane y gracias a ti, llego muuuuuuuy tarde- dijo ella dándole la mano y respondiendo en un inglés perfecto.
-Bueno, pues, no te entretengo más... Te espero aquí, mañana a las seis. ¿Suena bien?- respondió él arqueando las cejas con una sonrisa.
-Suena perfecto- añadió comenzando a andar y sonriéndole.
Cada uno siguió su camino y cuando ya estaban a unos metros de distancia y Lane se disponía a ponerse los cascos, Dougie gritó:
-Tienes una sonrisa bonita, deberías enfadarte menos y sonreír más.
Lane se giró, le sacó la lengua y siguió su camino, mientras guardaba el móvil roto en su bolso y sonreía, tal como el chico dijo.
Sophie y Allyson esperaban a su amiga sentadas en un banco y charlando. Sophie tenía el pelo liso, castaño y los ojos azules, era delgada y un poquito más baja que Lane, era atrevida y fiestera, también muy guapa.
Allyson era morenita, alta como Lane, tenía el pelo ondulado y era muy guapa. Era la más tímida de las tres y la más comprensiva.
Después de media hora esperando vieron a Lane corriendo en su dirección, mientras gritaba "lo siento, lo siento, lo siento". Cuando la vieron acercarse las dos amigas se levantaron y se cruzaron de brazos esperando una explicación por parte de su amiga, ella jadeando comenzó a hablar:
- Lo siento, chicas. Venía escuchando música y escribiéndoos un mensaje, cuando me choqué con un tío (un tal Dougie) y mi móvil salió despedido, se rompió en mil pedacitos y... llegué tarde- finalizó con una sonrisa exagerada y miró a sus amigas.
- Si es verdad que se te rompió el móvil, enséñanoslo- pidió Sophie expectante.
Lane abrió su bolso y sacó los pedacitos de su móvil, rescatando la tarjeta sim, con todos sus contactos, etc...
-Joder, si que estaba cachas el tío ese, porque para dejarte el móvil así hay que ser una piedra- añadió Allyson sonriendo.
-Bueno... no era una piedra, pero no estaba nada mal... - dijo Lane con una media sonrisa, recordando que había quedado al día siguiente con él.
Sophie la empujó y luego la cojió del brazo y las tres amigas comenzaron a andar, mientras Lane pensaba quién sería ese chico...
Dougie llegó a casa, donde estaban Tom, Harry y Danny.
-Joder, ya era hora, Doug... Te estábamos esperando, estabamos a punto de comer los tallarines y el arroz tres delicias nosotros solos. ¿Has traído las cervezas?- dijo Danny mirándole.
-¡¿No jodas, hay comida china?!- dijo Dougie corriendo a la mesa.
-Eh, eh, eh... quieta bestia. ¿Dónde están las cervezas?- dijo Harry empujándole un poco para que no arrasara con todo.
Dougie intentó disimular y hacerse el tonto, pero no funcionó.
- Lo siento, no las he comprado. Es que... ¿me perdí? - dijo intentando poner alguna excusa.
Tom lo miró arqueando las cejas y riéndose.
- Bueno, lo siento, ¿me dejáis comer?- dijo desesperado Dougie.
Los tres chicos le miraron y tras varias torturas le dejaron sentarse a la mesa y comer con ellos.
10 de la noche, casa de Lane...
Lane llegó a su casa, cansada después de estar con sus amigas así que fue directa a la ducha y, cuando salió, vio a Sophie tumbada en su cama. La miró un momento como si de ese modo fuese a desaparecer y, al ver que no lo hacía, preguntó bastante extrañada:
-¿Qué cojones haces aquí?
Sophie la miró y se sentó.
-¿Qué maneras son esas de tratar a los invitados?- respondió sonriendo.
Lane la miró, se rió y se le tiró encima haciéndole cosquillas.
Esa noche Sophie se quedó a dormir y le contó a su amiga todos los rollos de esa semana y algunos de la siguiente, hasta que al final se durmió.
Por la mañana Lane se levantó, se preparó los cereales y fue con su hermano, Frederick, a ver la tele.
-Freddy, buenos días. ¿Dónde están papá y mamá?
Fred me miró con cara de mala leche, tenía diez años, y después contestó:
-Se han ido.
-Joder, chico, gracias por la información...-contestó levantándose y yendo a su cuarto.
Sophie y Lane se pasaron toda la mañana escuchando música y haciendo el gilipollas, entonces, sonó el timbre.
Lane contestó el telefonillo:
- ¿Sí?
-¿Lane? Soy James, abre.
Lane extrañada abrió y, al cabo de unos minutos, su novio estaba sentado en el sofá con un vaso de agua en la mano. Sophie y Lane se sentaron con él y Fred se levantó con mala leche y se fue.
-Pensaba que venías mañana-dijo Lane rompiendo el silencio.
-Sí, pero les dije a mis padres que quería volver a verte a ti...-respondió James sonriendo, luego miró a Sophie y añadió-: y a ti, por supuesto.
Sophie se rió y siguió mirando la tele e ignorándole. Lane se disculpó y fue al baño. Cuando volvió, Sophie se fue al cuarto de Fred, ya que no aguantaba estar con James.
James se acercó un poco más a Lane y ella, intentando disimular, miró la hora: las cuatro y media, todavía no habían almorzado. Le miró y sonrió un poco, un silencio incómodo entre ellos y James que comenzaba a besarla.
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