miércoles, 5 de enero de 2011

25.

25.
"I laughed the loudest who would have known".


Jeremy detuvo el coche y salieron. Era una calle estrecha, con edificios antiguos, librerías pequeñas y bares "vintage". Era un lugar muy bonito. Jeremy miró sus caras de flipe mientras sujetaba el portal y sonreía. Entraron en el portal número 36, el de Jeremy, y miraron el interior del edificio: las paredes eran de un color amarillo anaranjado y, el techo, blanco, la entrada era estrecha y casi toda la pared de la derecha estaba cubierta por los buzones de los apartamentos.  El pasillo estrecho y recto terminaba en unas escaleras antiguas de madera, de ésas que chirrían cuando pisas y a la izquierda de éstas había un pequeño y viejo ascensor fuera de funcionamiento que casi ni se veía.
-Jeremy, ¿en qué piso vives?-preguntó Sophie preocupada, cuando vio que el ascensor no funcionaba.
-En el 5º.
-Ahh..., y..., ¿cuántos pisos son?-preguntó de nuevo con cara de desesperación.
Jeremy sonrió y contestó:
-Cinco.
Sophie murmuró algo por lo bajinis y subieron las escaleras. Una planta y Sophie ya estaba exhausta y jadeante. Pero lo consiguió, subió hasta la quinta planta, con el corazón en las manos. Jeremy y Lane se reían y Sophie se apoyó en el hombro de su amiga para poder respirar. Abrió la puerta y las dejó entrar sin las maletas, ya que éstas seguían en el coche. En la entrada había un espejo, una percha y un baño pequeño, un largo pasillo de paredes blancas que terminaba en un salón-comedor. Recorrieron el pasillo, precedidos por Jeremy, admirando cada detalle de la casa. Al final del pasillo, a la derecha, estaba la cocina, aparentemente vacía. Llegaron al salón y allí había tres chicos: comenzaban las presentaciones. 
Los chavales apartaron la vista del televisor y las miraron, levantándose y se acercaron.
-Sophie, Lane, ellos son Maxime (se pronuncia Maxím), Joris (se pronuncia Yorís) y Gael (se pronuncia Gaél).
Lane y Sophie le dieron cuatro besos a cada uno, como es debido en Francia, repiendo su nombre antes de hacerlo. Jeremy en broma le tendió la mano a Lane y dijo:
-Encantado, yo soy Jeremy, ¿tú cómo te llamas?
-Well..., you..., you can call me anything you want (Bueno, tú, tú puedes llamarme como quieras)-contestó Lane con fingida cara seductora.
-Uy, si se nos pone cinéfila la niña-dijo Jeremy con sarcasmo pero sin soltar su mano.
Lane sonrió.
-Exacto.
-Uhhmm, eso se lo dice a Val Kilmer, Bruce Wayne, Drew Barrymore en Batman Forever, ¿me equivoco?
-Muy bien, Jeremy, muy bien. Así me gusta, con cultura cinematográfica, como tiene que ser... Ahora, si no te importa..., ¿me sueltas la mano?
Jeremy se rió y dejó su mano libre justo a tiempo para poder coger el teléfono. Miró el remitente: Tom. Una sonrisa iluminó su rostro.
-Sophie, luego te paso con Danny, si quieres.
Sophie asintió y Lane se alejó un poco para cogerlo.
-¿Hola? ¿Pizza Hut?
-Sí, al habla-contestó esa voz tan familiar en un tono alegre y risueño.
-¿Y mi pedido? Debería haber llegado ya... mira que os denuncio, ¡eh!
Los dos rieron y Tom habló.
-¿Qué tal, mi niña?
-Bueno, bien. Acabamos de llegar a casa de Jeremy y eso... pero os echo de menos.
-Ya, nosotros a ti también. En todos los conciertos alguna canción es para ti y Dougie últimamente está fatal, a ver si hablas hoy con él y le animas un poco.
-¿En serio?-dijo Lane entre preocupada y aliviada, sí, se acordaba de ella.
-En serio-sentenció Tom.
-Puf, bueno..., ¿tú qué tal?
-Cansadísimo, como todos, y echando de menos una buena siesta...
-Si tú estás así no me imagino cómo estará Danny...-contestó Lane riéndose.
-Danny está que se cae por las paredes. Si no fuese por el café...
Los dos rieron y escuchó atrás voces pidiendo el teléfono.
-Bueno, enana, te echo de menos. Manda un beso a Jeremy de mi parte. 
-Así lo haré. Te quiero.
-Y yo, te dejo con el zombie.
Lane rió y escuchó la voz de ronca y hermosa de Danny al otro lado del teléfono:
-¡¿Hoooolaaaa?!
-Danny, no hace falta que grites, te escucho.
-¿Sí?, ¿sí? Probando, ¡¡¡PROBANDO!!!
Lane no pudo evitar una sonrisa.
-Eres idiota.
Escuchó su sonora risa al otro lado del teléfono y se le escapó una lágrimilla.
-Lo sé, y a mucha honra, ¡hombre ya!
-Ja ja ja, ¿qué tal estás, tontillo?
-Pues bien, pero te echo de menos a ti y a Sophie, ¿está bien?
Lane se giró a mirar a su amiga y volvió a darse la vuelta.
-Sí, está bien, ¿quieres hablar con ella?
-No, prefiero que no. Tú ya lo sabes, ¿no?-preguntó un poco confuso y curioso.
-¿Lo del tiempo? Sí, lo sé.
-¿Ahora eres adivina, o qué?-dijo él entre risas, como para cambiar de tema.
-Sí, tu futuro es negro...
-Porque no estás tú.
-Danny, no me hagas ponerme sentimental, que te pego, ¡eh!
Danny se rió y chilló con una voz de pito impresionante justo en el móvil.
-¡DIOS DANNY! ME CAGO EN TU VIDA.
Danny volvió a reír, con esa risa que te llega y que hace que no te puedas enfadar con él, aunque chille en tu oído.
-Lane, te dejo con el gordo-dijo Danny refiriéndose a Harry-. Te quiero, enana. A ver si te veo prontito.
Lane cogió aire y gritó lo más alto que pudo:
-¡Te quiero!
Joris, Maxime y Gael la miraron con una mezcla de miedo y asombro, mientras que Jeremy y Sophie se rieron.
-Ja ja ja que niña más graciosa-contestó risueño.
-Más o menos como tú.
Danny se rió y le pasó el teléfono a Harry.
-Queremos turrón, turrón, turrón... ¡Antiuxixona!-canturreó Harry al otro lado del teléfono.
Lane se rió y dijo:
-Joderr... ¿dónde me he metido yo? Cada uno peor que el otro...¡Quién me manda a mí!
Harry se rió.
-¿Qué tal, turrona?
-Bien, echándoos de menos, ¿tú?
-Bueno, bien... últimamente de cama en cama, pero bien.
-¿Cómo que el turroncín este va de putonisas por ahí? 
-No quiero enamorarme de nadie, por ahora. Ni que se enamoren de mí. No quiero repetir lo de Ally. Hablando de Ally, ¿qué tal está ella?
-Pues bien, mejor. No vino a París porque ha conocido a alguien y, bueno, quería intentarlo por allí.
-Ja ja ja, eso está bien.
-Sí, mejor que emparanoiada por ti...
-Sí, la verdad es que sí... Pero podía sentirme importante, eso sí.
Lane se rió con su comentario estúpido.
-Algo bueno se puede sacar de aquello.
-Por supuesto-contestó firmemente.
-¿Qué tal va la gira, turrón?
-Pues bien, acarreando a un zombie y a un moribundo llorón. Pero bien.
Lane se rió y pensó en Dougie, quería hablar con él, YA.
-Bueno, enana, sé que ese silencio quiere decir que te pase al moribundo llorón, a ver si me lo revives. 
-Lo intentaré. Te quiero, feo. 
-Y yo, te echo de menos rubia.
Lane sonrió y la voz dulce, SU voz dulce, sonó al otro lado del aparato.
-¿Correos?
-Sí, ¿qué desea?
-A mi cartero sexy.
-¿Envío exprés o normal?
-Exprés y envuelto para regalo.
-Así se hará.
-Te quiero.
-Te amo.
Sonrió meláncolica y no pudo evitar las lágrimas descontroladas que salían directamente del corazón al escuchar su voz. Sin quererlo, estuvieron hablando casi dos horas. Dos horas en las que le revivió, le devolvió la sonrisa y las ganas y se vio ella fuerte como para seguir adelante un poco más. Colgaron cuando los chicos empezaron a tener hambre y, cuando colgó, ya habían subido las maletas y se habían puesto el abrigo para ir a comer fuera. Lane se secó rápidamente las lágrimas y les alcanzó en la puerta, enzarzándose en una conversación con Maxime y Joris.
Tenía el presentimiento de que las cosas en París irían bien. Muy bien. Sonrió y volvió a poner los pies en la tierra parisina.

2 comentarios:

  1. BATMAN FOREVER!! hahah
    awww cartero sesssii xDD
    me encanta me encanta! siguelo por dioh'!

    ResponderEliminar
  2. Pff... PERFECTOO *-*
    Tieenes que seguir por el amor de Diooos D=
    Besoos <33

    ResponderEliminar