miércoles, 28 de diciembre de 2011

46.

46.
"I really fucked it up this time, didn't I, my dear?"

Ese momento en el que descubres todo lo que sucede a tu alrededor. Descubres que nada es como pensabas y te sientes pequeño.

Maxime la besó, pero Lane no se sintió cómoda. A lo mejor a él le hacía más feliz pero ella no se sentía igual, por lo que se separó, le miró y se levantó.
-¿Entonces, me perdonas?
-No hay nada que perdonar- contestó él con una sonrisa, mientras ella salía.
Justo cuando ella salía, Gaël había llegado a casa y le preguntaba qué había pasado.
-Ya te enterarás, no te preocupes- contestó Lane dándole una palmada en el hombro y dejándole solo.
Se dirigió al salón, donde estaba Joris viendo la televisión y se sentó a su lado. Pero él no se dio cuenta, estaba distraído pensando en quién sabe qué.
-¿Está enfadado contigo?- preguntó Lane mirando la pantalla de la televisión
Él la miró saliendo de su ensimismamiento y comenzó a hacer zapping.
-Creo que sí, pero él dice que no.
-Le pedí que te perdonase.
Silencio, mucho silencio y el zumbido de la televisión encendida.
-La hemos cagado, Lane.
Se miraron y, sin pensarlo, ella se acercó a él y le besó brevemente.
-Lo sé. Pero... ¿sabes dónde está Jeremy?
-Creo que en mi habitación, ¿por?
-Tengo que hablar con él- contestó mientras se levantaba. 
La puerta estaba cerrada por lo que tocó suavemente tres veces y después abrió y entró.
-¿Quieres dar una vuelta conmigo y hablar, por favor?
Jeremy la miró un momento y asintió desganado.
-Me cambio y vamos.
-Vale- contestó ella con una sonrisa.
-Lane.
-¿Sí?
-Cambiate tú también, anda.
Ella sonrió y salió de allí. Cinco minutos más tarde, salían los dos a la calle y comenzaban a andar en silencio.
-¿De qué querías hablar, Lane?
-De que te hice caso y hablé con Maxime. Lo arreglamos y entonces me besó.
-¿Cómo que te besó? ¿Otra vez?- Jeremy la miraba incrédulo.
-Sí, pero yo me separé y me fui.
-Menos mal...
Lane le miró.
-¿Cómo que menos mal?
-Menos mal que te separaste porque habría estado un poco mal que te liases con él teniendo en cuenta que quieres volver a tener algo con Joris, ¿no?- respondió con una media sonrisa plantada en la cara.
Lane se quedó callada y miró al suelo un momento, luego le miró a él.
-Jo... Eres demasiado listo.
Él soltó una carcajada y sonriendo replicó:
-Lo sé.
Ella le empujó y él la cogió en brazos y la cargó al hombro cual saco de patatas mientras corría y ella intentaba zafarse.
-¡Bájame, cerdo!
-¿Qué me das a cambio?
-Qué cabrón... - contestó ella entre risas-: Te invito a un café.
-Hazlo un chocolate caliente y trato hecho.
-Vale, como quieras, pero bájame ya.
Ambos con los pies en el suelo decidieron entrar a una pequeña cafetería y se sentaron en unos sillones al fondo de la sala. Estuvieron en silencio un momento y entonces ella le miró y le dijo:
-¿Vas a volver a Londres?
Jeremy miró la mesa mientras juntaba unos granitos de azúcar con su dedo índice. Luego miró los ojos verdes de su amiga.
-No.
Ella sorbió un poco de su café intentando digerir esa negativa rotunda que no daba lugar a ninguna clase de duda y que, la miraras por donde la mirases, era como una patada en el estómago.
-¿Por qué no?
-¿Y por que sí? No tengo ninguna razón para volver, Lane. No quiero volver a ver a mi madre ni a mi padre, no quiero volver a su casa ni estar cerca de ellos. Me mandaron a un internado en París y desde entonces les he visto dos veces. La segunda fue solo para presentarme al hijo por el que me han cambiado, uno que no les haga sentir vergüenza. No me han llamado para ninguno de mis cumpleaños, ¿sabes cómo me sentí al llegar a un sitio en el que no conocía a nadie, en el que nadie hablaba mi idioma y en el que no tenía noticias de mi familia? Me sentí abandonado. Al principio quise creer que no me pasaban las llamadas y me extraviaban las cartas por alguna clase de broma pesada. Pero al cumplir los dieciocho y ver que sigues ahí te das cuenta de que si no hablan es porque no quieren. Lo peor de todo es que me enviaron al internado porque no quisieron intentar "encarrilarme" ellos mismos, según ellos no les daba más que problemas y estaban hartos de sacarme de todos los líos en los que me metía. Pero esa no era la razón, lo averigué y descubrí que soy un hijo ilegítimo de mi padre con una mujer que murió un año después de nacer yo, mi madre nunca me quiso y mi padre era muy feliz antes de aparecer yo, por lo que aprovecharon su oportunidad y se evitaron más problemas. Me lo contó mi madre la segunda vez que fui, el último día antes de volver a París, pero no pedí ninguna explicación. No necesito saber nada más, con lo que sé es suficiente.
Lane no sabía que responder, con una cuchara removía su café frío y procesaba la información que acababa de recibir.
-Pero, ¿estás seguro de eso?
-¿De qué, de lo que me dijo mi madre? Claro, me enseñó mi partida de nacimiento y una foto de mi madre cogiéndome en brazos antes de morir, la foto que le dio a mi padre cuando me dejó con él. Cuando ella conoció a mi padre yo ya tenía tres años, para mí ella era mi madre, no conocí a ninguna otra, pero ella nunca me sintió su hijo. Ella quería a mi padre y quería un hijo suyo, uno al que querer de verdad, y fue más fácil cuando yo ya no estaba.
>> Ahí tienes por qué no vuelvo a Londres.
Jeremy se terminó su chocolate caliente y Lane le abrazó. En ese momento, sintió que sus problemas eran insignificantes comparados con los de su amigo, sintió el nudo que debió sentir él después de tanto tiempo guardando todo eso para sí mismo. Y al oído le cantó:
-"Don't give up, don't give up it's not done or over. When they push away turn the cold shoulder". 

sábado, 22 de octubre de 2011

45.

Holaa chavaleeeeeeeeeeeeeeeeeeeees!!
He vueeltoo, despué de más de un mes sin subir nada, la menda is back!! Fuck yeah!
Bueno, a ver que ha salido.. Esoero que os guste y que comentCOMENTAD, CABRONES!
Ahora sí, un besooooo!

45.
"Waiting for a night to wrap around us".

Y vuelta a Londres. Vuelta a Dougie, que desde que entró para pintar la habitación no volvió a salir de ella. Sus amigos estaban hartos, no salía más que para comer y/o cagar, tenía el pelo tan grasiento que parecía que se lo había lamido una vaca y, bueno, de la ropa interior mejor no saber nada. 
Había pintado la habitación justo como le había propuesto Lane que la pintara, había cambiado los muebles de lugar y guardado todas las fotos que tenía con ella en un álbum de fotos con su nombre. Y, aunque lo del álbum surgió para no verlas tanto, no se separaba de él. Pero eso cambió después de una semana de tanta asquerosidad. 
Era viernes a las ocho de la tarde y se negaban a quedarse en casa, por lo que entraron a la habitación de Dougie y, entre los tres, le cogieron en brazos y le llevaron al baño. Él intentó zafarse pero no pudo escapar antes de que cerrasen la puerta con pestillo y Harry se pusiese de puertas.
-¡Eh! Dejadme salir.
Los tres negaron con la cabeza y Danny dijo:
-O te desnudas o te desnudamos. Hoy te duchas y no hay modo de impedirlo.
Dougie les miró y se desvistió. Los otros tres, cuando hubo terminado, le empujaron dentro la ducha y no salieron de allí hasta que el chico terminó de asearse.
-Bueno, ¿estás listo para salir de fiesta, amigo?- preguntó Tom sonriente, mientras ayudaba a Danny y Harry a buscar algo de ropa para Doug.
-¿Quién os ha dicho que vaya a ir?- recusó él intentando oponerse a un destino inevitable.
-Nosotros te lo estamos diciendo a ti- respondieron Danny y Harry entre risas.
-Bueno, vístete, que a las diez hemos quedado con Sophie y Gio- interrumpió Tom.
-Ally no va, ¿verdad? Porque si va ella, yo no voy.
-Tranqui, tronco...
-Danny, pareces idiota cuando dices esa clase de gilipolleces- se burló Harry.
Y empezaron a discutir, mientras Tom abría la ventana de la habitación y Dougie terminaba de vestirse. 
-Bueno, yo ya estoy listo. ¿Cenamos algo?- propuso Dougie levantándose de la cama e interrumpiendo esa estúpida discusión. 
Bajaron y cenaron algo antes de la noche que venía. Y, adelantándose a ella, Tom había guardado el álbum por si alguna otra chica entraba a la habitación de su amigo esa noche, que era justo lo que querían que sucediese. 
Media hora antes de las diez, los cuatro chicos salían de su casa. Tres de ellos dispuestos a pasárselo en grande y, el otro, intentando escapar.
A las diez, llegaron al punto donde habían quedado con las chicas, que llegaban tarde. 
A las diez y cuarto Sophie y Gio se acercaban corriendo hacia ellos con una tercera, una tercera muy guapa a la que nadie conocía. Todavía.
-Perdón, perdón, perdón- se disculpó Sophie dejándose callar con un beso, mientras Tom hacía lo propio con su novia.
-Chicos, esta es Kaya. Kaya, estos son Dougie, Danny, Tom y Harry- la presentó Gio.
-Os daría un beso a todos pero prefiero saludaros con la mano, que seguro que tardamos menos, e irnos ya, que la fiesta nos espera- dijo sonriente la recién llegada.
Dougie la miró un momento y se fijó en que era bastante guapa. Nada parecida a Lane, pero muy guapa. Era más o menos alta, tenía el pelo castaño y los ojos de un celeste hermoso. Llevaba un vestido bastante corto que dejaba ver sus finas piernas y sonreía amplia y tiernamente.
-Vámonos, pues- coincidió Danny.
Kaya se acercó a Dougie y le saludó.
-¿Qué te pasa? ¿Tan fea soy?- bromeó.
-¿Eh? No, no...
-Pues cambia esa cara que parece que vas a un entierro.
Él miró a la chica que le hacía compañía y sonrió.
-No es eso, es que me han traído a la fuerza.
-Pero ya estás aquí. No hay vuelta atrás y como no cambies esa cara nos vas a deprimir a todos- sentenció la chica antes de parar al resto y añadir-: ¿Hacen unos porritos?
Y sacó del bolso una bolsita con unos ya liados.
-No hay uno para cada uno así que compartidlos- dijo mientras los repartía y se giraba para mirar a Dougie-. ¿Quieres compartirlo conmigo?
Él asintió.
-Será un placer. 
Y, así, se sentaron en un parque solitario a fumarse el porrito de la amistad antes de entrar al local al que iban. Kaya y Dougie compartieron, además del porro, unas palabras y alguna que otra sonrisa. Cuando terminaron, se quedaron todos en silencio un momento y se levantaron para ir a la discoteca. En este momento, Kaya y Dougie ya iban de la mano y hablando con el resto del grupo. 
La discoteca estaba abarrotada. La gente bailaba, ligaba, bebía y, en los baños, follaba. La noche era joven y esperaba que la rompiesen. Empezaron con una ronda de chupitos y se dirigieron a la pista. Kaya y Dougie bailaban pegados, se frotaban uno a otro y se calentaban mutuamente. Entre canción y canción descansaban un poco y paraban para beber algo. Pero, cuando ya no pudieron más, salieron todos juntos y fueron a casa de los chicos a terminar la ronda. 
-Kaya, ven. Quiero enseñarte mi cuarto- dijo Dougie sonriente-. Si nos disculpáis.
Kaya le siguió escaleras arribas y, en cuanto estuvieron dentro, le empujó contra la puerta y le besó. 
-Llevo toda la noche esperándolo- susurró ella guiándole a la cama y dejándose hacer. 
En la calle, mientras tanto, era casi de día y ellos terminaban la noche con una buena dosis de adrenalina.

lunes, 12 de septiembre de 2011

44.

44.
"All I wanna do is melt, melt into you".


En París, en cambio, lo que sucedía era completamente diferente. 
Eran las doce del mediodía y la puerta de casa se abría. Lane se despertaba junto a Joris engañándose, diciéndose a sí misma que era feliz así y, casi, creyéndoselo. Joris se despertaba junto a Lane y comenzaba a besarla. Maxime y Jeremy, mientras tanto, cerraban la puerta a su espalda e iban a despertar a Joris. Gaël, a su vez, salía de la cama de una india cuyo nombre no recordaba y que le echaba de su casa antes de que su padre regresase.
En el momento en que la puerta de la habitación se abrió, Lane se separó de Joris y miró a sus dos amigos, que seguían sin saber qué decir.
-Hola, ¡buenos días!- se atrevió Lane con un falso entusiasmo bastante notable.
-Ya, lo noto- replicó Maxime y se fue, bastante cabreado.
Lane y Jeremy simplemente se miraban, mientras Joris se ponía unos pantalones y salía de allí.
-Yo... voy a hablar con él- y se escabullía por el espacio que quedaba entre la puerta y el cuerpo de Jeremy, que seguía incrédulo.
-No me lo creo- fue todo lo que salió de su boca.
-Yo...
-¿En qué estabas pensando, Lane?- le interrumpió él-. ¿Lo pensaste acaso?
-No, no lo pensé...- contestó ella, mirada clavada en el suelo, sin importarle el hecho de que seguía desnuda.
-Pues deberías. Maxime va a estar destrozado, ¿eres consciente de eso?- continuó él, enfadado-. Y no te digo todo esto para que te hagas monja, sino porque sé que no quieres a Joris, que ha sido cosa de una noche, quizá un par más. Pero nada importante y no me agrada el hecho de que uno de mis mejores amigos sufra por uno de tus rollos de una noche. Si me dices que Joris es el amor de tu vida, vale, lo entiendo. Pero sé que no es así, ¿me equivoco?
Lane le miró, miró al suelo y volvió a mirarle a él, pero su cara no cambiaba.
-No, no te equivocas, pero...
-Pero nada, Lane. No eres una niña pequeña y yo no soy tu padre así que, o te enamoras de Joris, o arreglas todo esto, tú verás- sentenció Jeremy y se marchó de allí.
Lane pensó durante unos segundos cuánto le costaría convencerse a sí misma de que estaba enamorada de Joris y, después de darle una vuelta al asunto- no necesitó más para darse cuenta de que eso era demasiado difícil-, descartó la idea inmediatamente. Eso la dejaba con una única posible solución: arreglar toda esa situación. El problema era cómo. Cogió el teléfono y buscó en su agenda, necesitaba hablar con Tom.
Un tono, tuuu, dos tonos, tuuu...
-¿Digamelón?- escuchó su dulce voz al otro lado de la línea, sabía que era ella.
-¡Melón!- contestó Lane con una sonrisa.
-Hola, enana. ¿Qué tal por allí? ¿Te estás portando bien?
-Puuues... así, a voz de pronto, acabo de cagarla, y bien.
-A ver, ¿qué has hecho?- inquirió Tom con voz de padre de familia numerosa-. Te pongo en altavoz, que estoy con Harry.
-¡Hola, bicha!- se le escuchó por detrás.
-¡Hola, Harriet!
-¡Eh, eso es nombre de tía!
-Bueno, venga, dinos- pidió Tom interrumpiendo esa tonta discusión y, con ella, las risas contenidas de Lane.
-Pues, sabéis que yo a Maxime le gusto, ¿verdad?- comenzó ella, dejando una pausa tras la pregunta, en la cual los dos contestaron afirmativamente, y continuó-: Bueno, pues, anoche Joris y yo nos emborrachamos y me lo trinqué. Por si no lo sabéis, Joris es uno de los mejores amigos de Maxime...
-Joooder, Lane, la has cagado de manera abundante- interrumpió Harry.
-Me gustaría no estar de acuerdo con él. Pero, por una vez en su vida, tiene razón- añadió Tom.
-¡Eh!
-Lo sé, lo sé. Y ahora tengo que arreglarlo, pero no sé cómo.
Tom pensó durante un momento hasta que Harry salió con una grandiosa idea:
-Fóllatelo a él también.
-Eres tonto- dijeron a la vez Tom y Lane.
-No sé. Dialogando se entiende la gente, es el peor consejo de todos pero, a no ser que quieras hacer lo que dice Harry, es lo único que se me ocurre.
-Puff... Gracias, Tommy, te haré caso y, si eso no funciona, tengo un plan B.
-¡Bien! Soy el B- bromeó Harry.
-¿Vosotros todo bien por allí?- preguntó Lane ignorando el comentario de Harry.
-Eh, sí, todo bien- contestó Tom decidiendo suprimir el incidente con Ally-. Gio y yo estamos genial y tal, es lo mejor. La quiero muchísimo, Lane.
-Te ha cambiado, já.
Lane rió y contestó:
-Me alegro mucho de que seas feliz, Tom. ¿Y tú, Harry?
-Pues, intentando contentarme con el sexo telefónico, pero, ya sabes, una vez que has probado el colacao, la leche no está tan rica- respondió él haciendo reír a sus dos interlocutores.
-Cierto, cierto, pobre Harriet.
Siguieron prolongando un rato más la conversación, ya que a Lane seguía sin gustarle la idea de tener que mantener una conversación con Maxime después de haber practicado el sexo con su mejor amigo, hasta que tocaron un punto en que no tenía ningún sentido seguir hablando. Colgaron y Lane se vistió y tocó la puerta de la habitación de Maxime tímidamente.
-¡¿Qué pasa?!
Lane abrió la puerta, entró y la volvió a cerrar tras de sí. Se acercó a la cama donde se encontraba y se sentó a su lado.
-Mira, Maxime, sé que no quieres verme ni saber nada de mí...
-Eso es cierto- interrumpió brusco.
-Pero te debo una disculpa. Siento haberme... haber hecho lo que hice y no haber pensado en ti antes de hacerlo, pero ahora ya no puedo volver atrás en el tiempo. Y, sé que es una excusa de mierda, pero estábamos fumados y borrachos y... joder, que lo siento, ¿vale? No me interrumpas. Mira, yo no te puedo meter aquí un discurso impresionante sobre la moralidad, sobre lo mal que me siento y sobre mi inconsciencia, porque tu puedes argumentar, y con razón, que estábamos borrachos pero que en el momento quisimos hacerlo. Lo que sí puedo hacer es decirte que lo siento y que he hecho una tontería y esperar que me perdones. Pero, si no es suficiente, te puedo pedir que no te enfades con él, no puedo permitirlo, es tu mejor amigo.
Maxime la miró a los ojos y se quedó así, en silencio, un momento.
-Pero lo que más me jode de todo es que esa tontería la puedes hacer con todos menos conmigo, ¿sabes lo impotente que me hace sentir eso, verte follándote a mi mejor amigo, a uno de una discoteca y que en mí ni siquiera te fijes?
Se miraban fijamente y veía dolor en sus ojos, tristeza, rabia.
-Yo... no quiero hacerte daño, Maxime. Tú estás muy bueno, ¿vale? No pienses que es por tu físico, el problema es que no siento lo mismo que tú y no quiero ponértelo más difícil, ¿sabes? No quiero herirte, ni hacer que me odies.
-Pensé que ya sabías que soy incapaz de odiarte- replicó él sin dejar de mirarla un segundo, como si no quisiera perderse ningún suceso importante que pudiera tener lugar si dejaba de mirarla.
-N...
-No me vengas con el rollo protector, Lane, por favor. Soy mayorcito para cuidarme solo, pero gracias por preocuparte. 
Entonces se levantó de la cama y la besó suavemente. Fue un beso inocente del que no esperaba nada más, sólo sentir sus cálidos labios y dejar que esa bomba que tenía en su interior explotara de emoción, nervios y, sobre todo, amor.

miércoles, 31 de agosto de 2011

43.

Hola again, little bastards ;)
Estoy de vuelta después de todo este tiempo para continuar con esta mierda durante un ratito más.
So, hope you like it y, por favor, ya es una súplica más que otra cosa, ¡comentad! :)
P.D: Hoy pongo canción porque es demasié, la amo y está relacionada con el capítulo de hoy, ¿ok? ;D
Besoooooossss

 43.
 "And I'll get there soon to sing you a happy tune". 

Y, así, amanecía un nuevo día en Londres. Ahora ya son las 12 y, en casa de los chicos, Dougie se había levantado hace cinco minutos. Abrió los ojos después de una noche sin sueños y se quedó tumbado mirando el techo. En este estado observó que el techo era de color blanco, o que lo fue en algún momento, y que tenía que pintarlo, al igual que el resto de la habitación. Recordó que Lane se lo había dicho un día, poco antes de la primera de las últimas discusiones, y habían dicho que la pintarían juntos. Pero jamás lo hicieron y él sintió que hoy era el día, tenía que hacerlo o su cabeza explotaría y de ella no saldría un cerebro, saldría la cabeza de Lane. Entonces, como mecánicamente, se levantó y bajó las escaleras y puso la radio mientras se sentaba a comer sus cereales mirando el suelo.
-Y, ahora, tengo el placer de introducirles una canción de Alex Turner, cantante de los conocidos Arctic Monkeys, como producto de su último trabajo en solitario: la banda sonora de la película inglesa Submarine, dirigida por Richard Ayoade. Se trata de un EP que consta de seis canciones, una de ellas es ésta: It's hard to get around the wind. Ahora, amigos y amigas, disfrutadla en esta dulce mañana de otoño, mientras recórdais a esa persona que tanto... amáis. Sin más dilación, Alex Turner, amigos.
La canción comenzó a sonar, primero tímidamente, y después, con más soltura, llegó a los corancitos de algunos de los oyentes matutinos que, sentados junto a la radio, recordaban ciertamente a esa persona. Uno de ellos era Dougie, que recordaba a Lane, cuyo ídolo era justamente él, el que ahora cantaba y que, como adrede, le hacía sufrir por haberla dejado escapar tan fácilmente. Tantas veces ella le había hablado de él, de lo mucho que amaba su música. Tantas veces le había puesto uno de sus cascos en la oreja y le había dicho, toda ilusionada y con ojos brillantes: "Mira, escucha esta", y él, en respuesta, había sonreído. Pero nunca ninguna de sus canciones le había llegado tanto como esta lo hacía ahora, nunca había sufrido tanto al escuchar su voz. Pero, al mismo tiempo, no podía dejar de escucharle, no podía apagar su voz hasta el final de la canción, no podía más que escuchar silencioso lo que tenía que decir.
It's like you're trying to get to heaven in a hurry
And the queue was shorter than you thought it would be
And the doorman says, "you need to get a wristband"

You've got to lift between the pitfalls
But you're looking like you're low on energy
Did you get out and walk to ensure you'd miss the quicksand

Looking for a new place to begin 
Feeling like it's hard to understand
But as long as you still keep pepperin' the pill
You'll find a way to spit it out, again
And even when you know the way it's gonna blow
It's hard to get around the wind.

A partir de aquí, sintió unas lágrimas que no podía contener, que no quería contener y, sin saber cómo ni por qué, supo que ella también lloraba con una canción en ese momento. Tal vez no con la misma, pero lloraba. Y, estaba en lo cierto, lloraba desconsoladamente mientras Joris la abrazaba sabiendo que era un extraño. Pero eso él no lo sabía, tampoco le importaba, él sólo lloraba y le maldecía por haber cantado todo eso, por escribir esa canción y se maldecía por haberla escuchado de principio a fin mientras sus cereales se ablandaban en la leche. La canción terminaba y se escuchaba al locutor de nuevo:
-Preciosa, ¿verdad? Soy Zane Cuprick y estamos en directo, emitiendo para toda Inglaterra, cuando son las... 12 y cinco del medio día, desde la BBC Radio One. Alex Turner, el prodigio cantante y líder de los Arctic Monkeys, acaba de sonar con su canción It's hard to get around the wind. Y, bueno, debo confesar que hoy, mientras la lluvia moja las calles de Londres, el equipo y yo nos hemos puesto melancólicos. Así que, a partir de ahora y hasta la una de la tarde, cuando daremos paso a Greg James, compartiremos con vosotros y vosotras, amigos, la mejor y más grande colección que el tiempo nos permite de canciones tristes e imprescindibles en la música indie. Ahora os dejamos con un corto espacio publicitario, no os mováis porque volveremos con las pilas cargadas en tan sólo unos minutos. Yo soy Zane Cuprick y estás escuchando BBC Radio One.
En ese momento, aparecieron Harry y Danny en la cocina y apagaron la radio por el bien de su amigo.
-Eh, ¿qué hacéis? Me encanta este programa- dijo Dougie, demasiado tocado como para darse cuenta de que unas pequeñas lágrimitas terminaban de resbalar por sus mejillas.
-Ah, sí, ¿cómo se llama el locutor del programa?- preguntó Harry veloz. Silencio es todo lo que obtuvo como respuesta.
-A Lane le encantaba ese cantante, ¿sabéis?- contestó como si sirviese para explicar sus lágrimas.
Sus dos amigos se miraron apenados y después le miraron a él.
-Pero, Doug, ella... no está- dijo Danny intentando ser comprensivo-. Y nosotros estamos aquí para ayudarte a superarlo, porque creo que es hora.
Dougie les miró, primero a uno y después al otro, se levantó y, antes de abrir la puerta, dijo:
-Me voy a por pintura, hasta ahora.
Ellos le miraron marcharse por la puerta, sabiendo que tenía que estar solo, y comenzaron a desayunar. 
Arriba, Sophie se duchaba y preparaba, ya que en menos de una hora Ally vendría a buscarla. Cuando terminó de prepararse, bajó las escaleras y se sentó en un taburete de la cocina mientras bebía un vaso de agua y esperaba a su amiga. Poco después, sonaba el timbre y Sophie veía a Ally en el umbral de la puerta. Se abrazaron y la invitó a entrar. Saludó y miró mal a Harry todavía con rencor y convencida en su fuero interno de que la había dejado por Lane. En ese momento entró Dougie con dos cubos enormes de pintura en las manos. Todos se giraron y le miraron mientras Ally, un poco malévolamente, decía:
-Hola, Dougie.
-¿Qué haces tú aquí, Allyson?- contestó él muy serio, dejando la pintura en el suelo.
-¿Qué manera es esa de tratar a las visitas, Doug?- dijo ella sonriendo sarcásticamente. Disfrutaba con esta escena.
-No me llames así, Allyson. Tú no eres bienvenida aquí y lo sabes- contestó mientras abría la puerta invitándola a salir.
-No me voy a marchar si Sophie no me lo pide, Doug.
-Sabiendo lo que has hecho, ¿cómo tienes el valor de seguir mirando a Sophie a la cara y decir que no te vas a ir de aquí?
Ally se acercó a él y le susurró al oído para que nadie la escuchase:
-Sabes que te gustó, Doug.
-¿Y de qué sirve eso si ahora me arrepiento y desearía olvidarlo todo? ¡Eh!, dímelo, listilla.
-Sirve para joderos la vida. Adiós, Sophie, ciao, Harry.
Y salió por la puerta con aires de superioridad, dejando a todos boquiabiertos y a Dougie de mala uva.
-Me voy de aquí- dijo cabreado, mientras subía las escaleras con la pintura en la mano deseando pintar ese día para siempre. El día en que lo hizo con ella, con Allyson.


martes, 2 de agosto de 2011

42.

Lo siento, puede que el poema del final no esté del todo bien traducido.. pero... es lo que hay. 
Espero que os guste, besiños :D


42.
"I think I was blind before I met you. Now I don't know where I am, don't know where I've been".


Peor que estar lejos de quien amas es estar lejos de quien amas fingiendo que ya no significa nada en tu vida. Estar con una persona y cada noche soñar con esa persona a la que has perdido, ver su rostro en tu mente cada vez que estás solo y llorar su pérdida cuando nadie te ve. Pero, como dicen, es más fácil engañarse a sí mismo que afrontar la realidad y el dolor que te rodea. 


Pov: Lane Wood


A la mañana siguiente me desperté y vi a Antoine mirándome, cosa que me asustó un poco, pero sonreí.
-Buenos días, dormilona- me dijo con una voz demasiado cariñosa y no pude más que forzar una sonrisa y, entonces, dijo-: ¿Te quedas a desayunar?
Me terminé de vestir e, intentando ocultar los nervios y las ganas de irme que tenía, contesté:
-Sí, bueno, ¿sabes qué? No hace falta, yo... no quiero ser una carga así que, eh, creo que... que me voy a ir.
Él se levantó rápidamente de la cama y caminó hacia mí hasta estar prácticamente a mi lado. Me puse los tacones y le miré esperando que se apartase pero no, él no parecía estar por la labor.
-Esto... Antoine, si no te apartas no puedo marcharme- dije lo más amablemente que pude.
-Ya lo sé. Pero no te dejaré irte sin que me des tu número primero, lo siento.
Ya, yo también.
-¿Dónde lo apunto?
Me tendió su móvil y tecleé mi número lo más rápido que mis dedos me permitieron. Se lo devolví y, como parecía no ser suficiente, le besé rápidamente y me escabullí antes de que pudiese decir nada más. 
Nada más salir de allí sentí unas ganas tremendas de llorar desconsoladamente, pero me contuve. Saqué el móvil del bolso y llamé a Sophie.
-¡So puta! ¿Qué tal en París?
Su voz me tranquilizó un poco y sonreí.
-Bien, bueno, más o menos...
-Vale, espera- me interrumpió y escuché un: "Danny, sal", al otro lado de la línea-. Vale, ya, dime, ¿qué pasa?
-Pues, bueno, para empezar que me he acostado con uno y todo bien hasta que cerré los ojos y lo primero en lo que pensé fue en Dougie y... me han entrado ganas de llorar, de abrazarle y... y te llamé. ¿He interrumpido algo?
-No, bueno, eso da igual. Puff, vale, ahora mismo te estoy abrazando, ¿vale?
Sonreí con una mezcla de melancolía y tristeza. 
-No sé qué decirte. Creo que tienes que intentar seguir adelante y olvidarte de él como sea, sé que es difícil, pero no hay mucho más que puedas hacer, cariño. ¿Quieres hablar con Danny?
-Gracias, te quiero.
-Y yo...
-¡Espera! ¿Sabes algo de Ally? Hace mucho que no hablo con ella.
-Sí, me mandó un mensaje el otro día y vamos a quedar, ¿quieres que le diga algo?
-Sí, mándale un beso, ¿vale?
-Vale, te quiero. Te lo paso.
Esperé unos segundos y entonces escuché su voz al otro lado de la línea, cosa que me hizo sonreír de oreja a oreja.
-¡Rubia tonta!
-¡Pecoso inútil!
-Un placer oír tu voz- dijo entre risas.
-¿Me echas de menos, tontito?
-Sí, bueno, intentaba hacerme el duro pero...  ¡VUELVE!
-Yo también te echo de menos, feo.
Hubo un pequeño silencio en el que los dos supimos qué tema tocaba ahora: Dougie.
-¿Cómo está él?
-¿Él, quién? ¿Marvin? Bueno, de vez en cuando alguna bola de pelo y tal, pero, ya sabes, lo normal en un gato. No le he preguntado, pero creo que es feliz.
-Idiota. No Marvin, Dougie.
Escuché un suspiro y le sentí dudar un momento.
-Bueno, él está... ¿Sinceramente? Jodido. Podría decir jodidísimo, pero el querría parecer un macho así que me quedo con jodido. ¿Y tú?
-De puto culo.
-Hasta que has hablado con el hermoso y simpatiquísimo Danny, ¿verdad?- dijo intentando animar la conversación, aunque fuese sólo un poquito.
-Sí, en ese momento ya he sentido ganas de morir.
Danny se rió y consiguió sacarme una carcajada y una tímida sonrisa.
-Bueno...
-Bueno... ¿hacemos lo del cuelga tú?- preguntó con voz de niño pidiendo un juguete a sus padres.
-Esto, sí, Danny, sí- contesté entre risas.
-Ja ja. Un beso, enana.
-Te quiero, Dan.
Tardó un momento en contestar y yo adiviné una sonrisa. Nunca antes le había dicho que le quería, pero lo hacía. Le quería mucho.
-Y yo a ti, Lana-Lane.
Sonreí.
-Adiós, Danny.
Y colgué. Justo a tiempo para bajar al andén del metro. Me puse los cascos y, mientras sonaba  Chealsea Dagger de The Fratellis, dejé de pensar en Dougie para pensar en mi hermano. Sí, no sé por qué, pero pensé en él. Y, extrañamente, me sentí sola. En París, rodeada de desconocidos, sin familia, sin los amigos de casa y sin novio. No era nada positivo, pero sonreí. Lo llevas crudo, Lane.


Aquella misma noche Antoine me llamó. Colgué y fui a cenar. Estábamos solos Joris y yo. Hablamos de todo un poco durante la cena y, después, cuando ya nos habíamos sentado en el sofá, me preguntó:
-Y, ¿qué tal con tu bajista?
Sonreí porque no sabía qué hacer y contesté:
-Lo hemos dejado. Hablaremos cuando vuelva.
Me miró mientras buscaba en su bolsillo y, después, dijo:
-Oh, lo siento... ¿Porrito?
Se lo llevó a los labios y lo encendió. Me ofreció y no dije que no. Casualmente, estábamos escuchando Bob Marley, su ídolo, por lo que no hizo falta decir mucho más. Entonces, se empezó a reír. Para ser sinceros, estábamos un poco fumados y nos habíamos bebido unas pocas cervezas.
-¿Qué pasa?- pregunté, mirándole.
-Que... que... se ha... terminado- contestó entre risas.
Y nos reímos como si hubiese contado el mejor chiste de la historia.
-Espera, ¿te hace un ron con coca?- preguntó como pudo mientras intentaba levantarse.
Me levanté con él y, entre risas, fuimos a la cocina. Quedaba un poco de coca cola y media botella de ron, así que se nos ocurrió la fantástica idea de juntarlo. Y lo hicimos, aunque parte del ron se perdió. 
-¿Sabes qué quiero? ¡Galletas!- dije yo, entonces. Y, maldito el momento, arrasamos con todo. Cuando terminamos en la cocina, fuimos a la habitación de Joris y bebimos lo que quedaba de ron. Nos tumbamos uno al lado del otro y encendimos un cigarro. Nos miramos y, antes de darme cuenta, nos estábamos besando. Y, mientras nos besábamos, Bob cantaba Could you be loved. 
-Maxime se va a enfadar- dijo, y nos reímos. Fue como, si de un modo u otro, nos riésemos de él.
-Eres malo.
Se rió y me arrancó la camiseta, al mismo tiempo que yo le quitaba la suya y él me besaba los pechos. Nos desnudamos y le sentí dentro de mí. Y llegamos al clímax y mi subconsciente gritó:
-¡Oh, Dougie!
Pero lo gritó demasiado alto. Abrí los ojos repentinamente y le miré, pero parecía no haberme escuchado. Al contrario, parecía haber escuchado el suyo y lo hizo con más ganas. 
Cuando terminamos, me tumbé a su lado y susurré:
-Gracias.
Él me sonrió y me besó. Después, se durmió y yo le miré un momento. No había sido para nada como con Antoine, había sido mil veces mejor- quitando mi ¡Oh, Dougie!, claro-, había sido espontáneo y bonito, incluso. Con Antoine fue como una obligación, pero con él, en cambio, llegué al orgasmo y lo pasé. Cierto es que con ninguno olvidé a Dougie pero, después de hacerlo con Joris, no soñé con Dougie. Lo que me pareció todo un logro a estas alturas. Y con esos pensamientos me dormí, de algún modo, esperando encontrarme allí con Dougie. Pero me fue imposible encontrarle en toda la noche.


I'm not lonely
sleeping all alone

You think i'm scared
but I'm a big girl
I don't cry
or anything

I have a great
big bed
to roll around
in and lots of space
and I don't dream
bad dreams
like I used
to have that you
were leaving me
anymore

Now that you're gone
I don't dream
and no matter
what you think
I'm not lonely
sleeping
all alone

- I'm not Lonely, Nikki Giovanni

* No soy una solitaria
durmiendo sola

Piensas que estoy asustada
pero soy una chica fuerte
ya no lloro
ni nada

Tengo una enorme
cama
en la que rodar 
y un montón de espacio
y ni siquiera tengo pesadillas
como antes
en las que me estabas abandonando

Ahora que te fuiste
ya no sueño
y no me importa
lo que pienses
no soy una solitaria
durmiendo sola.



jueves, 30 de junio de 2011

41.

Bueno pipol... Lo primero: este es el último capítulo antes de irme a Berlín y... no escribiré hasta julio, finales... Así que espero que os guste. e.e
Lo segundo: Buen verano a todas y gracias por leerme, no os preocupéis, cuando vuelva habrá más xD jajajaja Sé que no es ningún alivio pero es lo que hay... xD
Lo tercero: no hay tercero u.U
Ex ou, ex ou, gossip girl. (tenía que hacerlo e.e)


41.
"We were lovers in every way".


Pov: Dougie Poynter

Llegué a casa por la noche medio borracho y realmente jodido. La echaba de menos. 
Me tumbé en la cama y miré su pulsera hasta que me dormí. Esa noche no soñé, lo cual era mejor que soñar con ella, y me desperté casi al alba. Bueno, a las once y media de la mañana pero parecía más pronto. Bajé a desayunar con una resaca de la ostia, los ojos rojos y muchas ganas de estar solo, pero abajo estaba Danny mirándome mal. Me senté y le miré mientras me servía cereales en un cazo y les ponía yogur bebible. 
-Buenos días- dije casi sin voz.
-Buenos días.
Ya la había perdido a ella, ahora no podía perder a mi mejor amigo. Me negaba a ser odiado por él.
-Lo siento, Dan. No estés así conmigo, por favor.
-Deberías haberlo pensado antes de tratar así a Lane. Es tarde para arrepentirse, el daño ya está hecho.
-Ya, ¿qué crees? ¿Que no la echo de menos? La echo de menos como un hombre echa de menos respirar, como una madre echa de menos a su hijo, como un hermano echa de menos a su hermana y como un novio echa de menos a su amada. La echo de menos tanto como ella a mí. Si no, no estaría diciendo estas cursilerías, emborrachándome y llorando por ella.
-Ya, sí, lo de las cursilerías es un poco cansino, tío.
-Ya, como tú.
Danny se rió y me pegó. Le pegué y terminamos revolcados en el suelo como niños pequeños. Le quería. Probablemente no se lo había dicho nunca, pero le quería, a él y a todos los demás. Lo eran todo. Bueno, Lane también.
-Me voy. Te veo luego.
Y salí con los cascos puestos. Necesitaba tomar aire y estar solo un rato, por lo que comencé a andar sin dirección fija. Me metí por calles estrechas y con poca gente, caminé y caminé y cuando me quise dar cuenta estaba parado en frente de su portal. Puto subconsciente. Me giré y me marché. Justo en ese momento la vi, hacía bastante tiempo que no sabía de ella. Iba justo en frente, me vio y me saludó con la mano, sonriente, así que crucé la calle y le di dos besos.
-¡Ey! ¿Qué tal?- dijo mirándome fijamente.
-Bien, bien. ¿Tú?
-Bien, lo he dejado con mi novio y, bueno, sola por el momento. ¿Tú qué tal con Lane?
La miré y me pareció, por alguna extraña razón, que iba con segundas o algo por el estilo. Pero era Ally, era amiga de Lane y no quería ser grosero con ella.
-Bueno, se ha ido a estudiar a París y lo hemos dejado por un tiempo, hasta que vuelva, problablemente.
-Ohh, qué mierda. No lo sabía. Lo siento- lo dijo con una pena mal fingida, pero no me importó.
-Bueno, ¿quieres que vayamos a tomar algo o algo? No mola lo de hablar de pie- dije con una sonrisa también mal fingida.
-Claro, yo ahora iba a mi casa, ¿quieres subir?
-Ehm... sí, vale, ¿por qué no? 
Empezamos a andar hacia su casa. Me contó cosas sobre su ex, cosas sobre las que en realidad no le había preguntado y que, para ser sincero, me la tocaban y bien. Pero quise ser majo e hice como que la escuchaba y aproveché su pequeño monólogo para pensar en mis cosas.
-Perdona, ¿qué?-dije saliendo de mi ensimismamiento.
-Digo que ya estamos, que es aquí.
Subimos en el ascensor. Vivía en un cuarto en un edificio antiguo muy bonito. La zona era silenciosa y bastante céntrica. Cuando entramos a su casa vi que era muy moderna y parecía un catálogo de Ikea o alguna revista así. 
-Pasa, el salón está allí, a la izquierda-dijo señalando el camino y añadió-: ¿Qué quieres beber?
Miré a mi alrededor mientras comenzaba a andar y contesté:
-Un café con leche, por favor.
-Vale, siéntate, ahora te lo llevo-dijo alejándose por el pasillo en dirección contraria, mientras yo me sentaba en el sofá del salón y observaba cada pequeño detalle de la casa. Era muy bonita y, sobre todo, grande. Justo en ese momento Ally entró en el salón con dos cafés y unas galletas de esas que siempre se ponen en la mesa cuando sabes que nadie se las va a comer, pero que pones para no quedar mal y parecer amable.
-Gracias, Ally-dije cogiendo mi café y sonriendo. 
Ella asintió y se sentó a mi lado, mirándome. Dejé el café en la mesa y la miré también. Se acercó a mí poco a poco y nos besamos. Puse una de mis manos en su cintura y la otra en su nunca y la tumbé en el sofá, dejándola debajo de mí. No era Lane, pero para un polvo... 
Poco a poco nos desnudamos e introduje mi gamba en su cóctel. No significó mucho ni para mi ni para ella, pero estuvo bien. Por algo o alguien tendría que empezar a sobrellevar lo de Lane. Es más, a ella le gustó tanto que repetimos. Procuré no pensar en Lane y simplemente la miré. Cuando terminamos recogí mis cosas y me vestí.
-Gracias por la visita, Dougie- dijo de una manera que procuraba ser seductora pero que no producía ningún efecto sobre mí.
-Un placer. Ya nos veremos por ahí, Ally-contesté bastante seco. Nunca me cayó demasiado bien, pero he de admitir que follaba bastante bien para no ser Lane. 
Salí de allí lo más rápido que pude y, en cuanto me puse los cascos y escuché Always de Blink 182, me acordé de Lane. Me pareció ver sus rubios cabellos ondeando con el viento justo en frente de mí. Me la imaginé mirándome a los ojos como sólo ella sabía hacer. Pensé que eran sus labios, y no el viento, los que me besaban suave y dulcemente los labios. Me dije que no la necesitaba y, sí, me engañé.

* As the flowers are all made sweeter
by the sunshine and the dew,
So this old world is made brighter
by the lives of folks like you.

-Bonnie Parker.


* Así como las flores son endulzadas
por el sol y el rocío,
Este viejo mundo es más brillante
por las vidas de gente como tu.

lunes, 27 de junio de 2011

40.

40.
"And I want you in my arms".


Pov: Lane Wood

Me senté con Charlotte y me puse del lado de la ventanilla. Ella se durmió en seguida, pero yo no podía. Me puse los cascos y sonaba Young Love de Mystery Jets. En otra ocasión quizás habría cantado y todo, pero no me sentía animada para hacerlo así que me dediqué a mirar por la ventanilla y deprimirme un poquito más.
Cuando quise darme cuenta, estábamos arrastrando nuestras maletas por el aeropuerto en dirección a Maxime, Joris y Gaël, que esperaban sonrientes. Cuando les vi ahí plantados decidí hacer un pacto conmigo misma. Decidí dejar atrás con Londres, a Dougie y al resto de ralladas y empezar de cero. Tocaba intentar ser feliz. Fingí una gran sonrisa y les saludé al tiempo que íbamos hacia el coche. 
-Bueno, chicos, ¿os hace noche de party hard?- propuso Gaël emocionado.
Pensé que me vendría bien una fiesta para olvidarlo todo y fui la primera en decir que sí, que por qué no. Jeremy me miró con cara de "¡Al fin!", y sonrió.
Unas horas más tarde estaba encajada en un vestido de lo más sensual, subida a unos buenos taconazos y preparada para ir de fiesta. Preparada para lo que viniese. Pero para llegar a lo que viniese necesitaba un brazo al que cogerme, que, sorprendentemente, fue el de Maxime. Le sonreí agradecida y salimos todos a las calles oscuras y mojadas de París. 
Entramos a un local grande llenísimo de gente sudada y drogada. Me acerqué a la barra y pedí un whisky con soda tras otro. Después de tres bien rápidos me uní a la panda de sudados. Dejé mi pelo ondear libre, echando de mi cabeza todas mis preocupaciones, dejé el humo de un pitillo escapar de mi boca mientras mi cuerpo se movía al ritmo de música, intentando así no  pensar en Dougie ni en Londres ni en nada que se le pareciese. Bebí un poco más, hasta la embriaguez y vi a un chico alto, atractivo y moreno acercarse a mí. Me rodeó la cintura con uno de sus brazos y se puso detrás de mí, bailando los dos al tiempo. Yo cogí su pelo con mis manos, apoyé mi cabeza en su hombro y cerré los ojos. Estaba un poco mareada y borracha, pero no me importó en lo más mínimo. La noche era joven aún.
-Ven conmigo- me susurró al oído.
Asentí y le cogí por la cintura para poder caminar sin caerme. Lo último que vi fue a Maxime observándome melancólicamente desde el centro de la pista. Salimos a la calle y me dejé guiar por él. Poco después estábamos los dos en una habitación. Me besó y me tumbó en la cama. Nos desnudamos y se subió encima de mí. Lo hicimos, dos desconocidos, ni siquiera sabía su nombre pero no era necesario. Me gustó. No hacía falta explicarse nada, simplemente sexo. Y más sexo, sexo toda la noche. Me tumbé sonriente a su lado y cerré los ojos. Me ofreció un cigarro. Nos miramos y me besó.
-¿Cómo te llamas?- dijo sonriendo.
-¿Acaso importa?
-No, pero es que no queda bien que tú sepas el mío y yo no el tuyo.
-Yo no sé el tuyo- dije mientras expulsaba el humo del cigarrillo.
-Antoine, ya lo sabes.
Sonreí sarcásticamente y contesté:
-Lane, ése es mi nombre.
Antoine sonrió, era muy guapo. Tenía el pelo castaño rojizo y los ojos de un color miel muy bonito. Era alto y estaba bastante bueno. Se tumbó a mi lado y me miró hasta que me quedé dormida y dejé de darme cuenta de si seguía mirándome o no. 
Esa noche soñé con Dougie. Me olvidé completamente de Antoine y de que estaba con él compartiendo cama. Me olvidé de todo y recordé sólo su voz, sus ojos, su pelo, su sonrisa. Sentí sus caricias, sus brazos rodeándome, sus labios besando cada rincón de mi cuerpo y sentí lo que sentía cuando me besaba. Sentí lo mucho que dolía quererle como le quería.

martes, 14 de junio de 2011

39.

Aclaración: Este capítulo agradecédselo a la pesada de María. Sabed que no tiene especial relevancia y que no es muy largo, a ver si os gusta.
Un beso a todaas :)


39.
"I just want to be the one to take you to heaven tonight".


POV: Dougie Poynter

Me acarició suavemente los labios, hiciendo que deseara un beso, y se marchó llorando por mi culpa. Me sentía culpable, me siento culpable. Habíamos terminado, probablemente para siempre, y todo por mi culpa. Pero no puedo lamentarme, lo hecho hecho está. Hice que se alejase de mí yo solito, no merezco su amor pero me alegra saber que lo tengo.
Susurré un te quiero y me fui de allí solo. No quería estar con nadie, me dirían que me había pasado con ella y tenían razón, pero no quería volver a escucharlo, ya lo sabía. Era de noche, estaba nublado y comenzó a llover. Yo caminaba lentamente arrastrando los pies y empapándome de esa lluvia veraniega. Y recordé una vez con ella, hacía unos dos meses más o menos, antes de la gira.

Íbamos de la mano por el centro de Londres, ella sonreía feliz y me miraba. Sus verdes y hermosos ojos brillaban al mirarme, al igual que los míos. Ese día hacía un mes y medio desde la vez que chocamos en la calle y me obsesioné con esa hermosa chica rubia a la que no conocía de nada. Ella había querido ir a dar un paseo en barca, por lo que cogimos mi coche y conduje hasta un pueblito en el que había un hermoso lago rodeado de verdes y amplios campos florecidos. 
En el lago no había nadie más que nosotros y la imagen del sol reflejado en el amplio lago era casi tan hermosa como Lane. Recorrí el hermoso paisaje con la vista mientras Lane correteaba y me gritaba que quería montar en barca. Yo sonreí y corrí hacia ella. Estaba tan hermosa allí, en medio de la pradera... Nos acercamos a la orilla del lago y había una pequeña barquita varada. Mire a nuestro alrededor para ver si pertenecía a alguien y, al no ver a nadie cerca, la empujé al agua con ayuda de Lane y nos subimos. Remamos entre besos y risas hasta prácticamente el centro del lago y paramos allí. Ella me miró como sabía hacer cuando me tenía ganas y, clavando su mirada pícara en mí, se abalanzó sobre mi cuello y me besó apasionadamente. Comenzó en la oreja y poco a poco bajó por la mejilla hasta llegar a los labios, que besó con delicada fiereza. Su lengua luchaba ansiosa con la mía. Despegamos los labios y sonreímos. Sentí su mano acariciándome y, entonces, mi camiseta estaba en el suelo de la barca y decidí hacer lo propio con la suya. Acaricié suavemente sus pechos y le quité el sujetador. Los besé, lamí y sentí mis labios poniéndole la piel de gallina por cada sitio de su cuerpo que tocaba. Me sentí plena y absolutamente feliz a su lado. Pensé que ese momento no acabaría nunca. 
Nos miramos a los ojos y supe que era el momento, la tumbé en el suelo de la barca y la hice mía para siempre. Sentí nuestros cuerpos pegados, calientes y sudorosos. Sentí sus gemidos susurrados en mi oído y sus manos cogiendo fuertemente mi pelo. 
-No me sueltes nunca.
Eso fue lo que dijo justo antes de que la lluvia comenzase a caer y yo me tumbase a su lado. Nos abrazamos y nos besamos una vez más. Entonces me miró y dijo:
-Quiero darme un baño.
Segundos después estaba en el agua, desnuda, bañándose en el lago que estaba siendo mojado por la lluvia. Nadaba deprisa para entrar en calor y, de cuando en cuando, me miraba y sonreía enamorada. Completamente enamorada. Sentía el amor puro de una niña en su mirada. Sentía la pasión fogosa en sus labios. Veía la perfección en todo su ser y me sentía orgulloso. Ni en mis mejores sueños habría pensado que tendría la suerte de ser amado por la misma belleza. Ni en mis mejores sueños imaginé que encontraría un lugar donde relajarme en los ojos de una persona. Ni en mis peores pesadillas soñé que unas lágrimas ajenas pudiesen marcar tanto mi corazón.
Se volvió a subir a la barca y remamos de nuevo hacia la orilla. Seguíamos desnudos, pero no nos importó, no había nadie. Nos tumbamos en la hierba verde y salvaje, como sus ojos, y simplemente nos miramos. No hizo falta decir nada. Sólo nos miramos durante horas hasta que anocheció y me sonrió mientras se vestía. En ese momento, todo mi amor se confirmó. En ese momento, supe que no podría ser feliz sin ella. En ese momento recordé estas palabras y sonreí:

¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
En mi pupila tu pupila azul.

¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía eres tú.



Una copa más recorría mi garganta y la tristeza bañaba mis mejillas. No, no era feliz sin ella. No era nada sin Lane. No quedaba nada por lo que llorar, porque lo único que tenía se había marchado. 
-Te amo, Lane Wood.