"I really fucked it up this time, didn't I, my dear?"
Ese momento en el que descubres todo lo que sucede a tu alrededor. Descubres que nada es como pensabas y te sientes pequeño.
Maxime la besó, pero Lane no se sintió cómoda. A lo mejor a él le hacía más feliz pero ella no se sentía igual, por lo que se separó, le miró y se levantó.
-¿Entonces, me perdonas?
-No hay nada que perdonar- contestó él con una sonrisa, mientras ella salía.
Justo cuando ella salía, Gaël había llegado a casa y le preguntaba qué había pasado.
-Ya te enterarás, no te preocupes- contestó Lane dándole una palmada en el hombro y dejándole solo.
Se dirigió al salón, donde estaba Joris viendo la televisión y se sentó a su lado. Pero él no se dio cuenta, estaba distraído pensando en quién sabe qué.
-¿Está enfadado contigo?- preguntó Lane mirando la pantalla de la televisión
Él la miró saliendo de su ensimismamiento y comenzó a hacer zapping.
-Creo que sí, pero él dice que no.
-Le pedí que te perdonase.
Silencio, mucho silencio y el zumbido de la televisión encendida.
-La hemos cagado, Lane.
Se miraron y, sin pensarlo, ella se acercó a él y le besó brevemente.
-Lo sé. Pero... ¿sabes dónde está Jeremy?
-Creo que en mi habitación, ¿por?
-Tengo que hablar con él- contestó mientras se levantaba.
La puerta estaba cerrada por lo que tocó suavemente tres veces y después abrió y entró.
-¿Quieres dar una vuelta conmigo y hablar, por favor?
Jeremy la miró un momento y asintió desganado.
-Me cambio y vamos.
-Vale- contestó ella con una sonrisa.
-Lane.
-¿Sí?
-Cambiate tú también, anda.
Ella sonrió y salió de allí. Cinco minutos más tarde, salían los dos a la calle y comenzaban a andar en silencio.
-¿De qué querías hablar, Lane?
-De que te hice caso y hablé con Maxime. Lo arreglamos y entonces me besó.
-¿Cómo que te besó? ¿Otra vez?- Jeremy la miraba incrédulo.
-Sí, pero yo me separé y me fui.
-Menos mal...
Lane le miró.
-¿Cómo que menos mal?
-Menos mal que te separaste porque habría estado un poco mal que te liases con él teniendo en cuenta que quieres volver a tener algo con Joris, ¿no?- respondió con una media sonrisa plantada en la cara.
Lane se quedó callada y miró al suelo un momento, luego le miró a él.
-Jo... Eres demasiado listo.
Él soltó una carcajada y sonriendo replicó:
-Lo sé.
Ella le empujó y él la cogió en brazos y la cargó al hombro cual saco de patatas mientras corría y ella intentaba zafarse.
-¡Bájame, cerdo!
-¿Qué me das a cambio?
-Qué cabrón... - contestó ella entre risas-: Te invito a un café.
-Hazlo un chocolate caliente y trato hecho.
-Vale, como quieras, pero bájame ya.
Ambos con los pies en el suelo decidieron entrar a una pequeña cafetería y se sentaron en unos sillones al fondo de la sala. Estuvieron en silencio un momento y entonces ella le miró y le dijo:
-¿Vas a volver a Londres?
Jeremy miró la mesa mientras juntaba unos granitos de azúcar con su dedo índice. Luego miró los ojos verdes de su amiga.
-No.
Ella sorbió un poco de su café intentando digerir esa negativa rotunda que no daba lugar a ninguna clase de duda y que, la miraras por donde la mirases, era como una patada en el estómago.
-¿Por qué no?
-¿Y por que sí? No tengo ninguna razón para volver, Lane. No quiero volver a ver a mi madre ni a mi padre, no quiero volver a su casa ni estar cerca de ellos. Me mandaron a un internado en París y desde entonces les he visto dos veces. La segunda fue solo para presentarme al hijo por el que me han cambiado, uno que no les haga sentir vergüenza. No me han llamado para ninguno de mis cumpleaños, ¿sabes cómo me sentí al llegar a un sitio en el que no conocía a nadie, en el que nadie hablaba mi idioma y en el que no tenía noticias de mi familia? Me sentí abandonado. Al principio quise creer que no me pasaban las llamadas y me extraviaban las cartas por alguna clase de broma pesada. Pero al cumplir los dieciocho y ver que sigues ahí te das cuenta de que si no hablan es porque no quieren. Lo peor de todo es que me enviaron al internado porque no quisieron intentar "encarrilarme" ellos mismos, según ellos no les daba más que problemas y estaban hartos de sacarme de todos los líos en los que me metía. Pero esa no era la razón, lo averigué y descubrí que soy un hijo ilegítimo de mi padre con una mujer que murió un año después de nacer yo, mi madre nunca me quiso y mi padre era muy feliz antes de aparecer yo, por lo que aprovecharon su oportunidad y se evitaron más problemas. Me lo contó mi madre la segunda vez que fui, el último día antes de volver a París, pero no pedí ninguna explicación. No necesito saber nada más, con lo que sé es suficiente.
Lane no sabía que responder, con una cuchara removía su café frío y procesaba la información que acababa de recibir.
-Pero, ¿estás seguro de eso?
-¿De qué, de lo que me dijo mi madre? Claro, me enseñó mi partida de nacimiento y una foto de mi madre cogiéndome en brazos antes de morir, la foto que le dio a mi padre cuando me dejó con él. Cuando ella conoció a mi padre yo ya tenía tres años, para mí ella era mi madre, no conocí a ninguna otra, pero ella nunca me sintió su hijo. Ella quería a mi padre y quería un hijo suyo, uno al que querer de verdad, y fue más fácil cuando yo ya no estaba.
>> Ahí tienes por qué no vuelvo a Londres.
Jeremy se terminó su chocolate caliente y Lane le abrazó. En ese momento, sintió que sus problemas eran insignificantes comparados con los de su amigo, sintió el nudo que debió sentir él después de tanto tiempo guardando todo eso para sí mismo. Y al oído le cantó:
-"Don't give up, don't give up it's not done or over. When they push away turn the cold shoulder".