21.
"So if you're lonely why would you say you're not lonely".
Las semanas pasaron y los chicos tenían que irse de gira. Así que, como le había dicho a Dougie que haría, compró entradas para los tres conciertos que harían en Inglaterra: Londres, Liverpool y Manchester (me lo he inventado por si no os habéis dado cuenta, no penséis que me baso en alguna gira en particular.. xD). Iba con ellos en avión y después, como una fan normal, hacía cola y se empujaba con todas para estar ahí la primera. Más tarde, como a una fan no tan normal, Harry le dedicó Not Alone con estas palabras literales:
-Te quiero Lane.
-¡Eh, Harry, no te pases con mi novia ni un pelo!-decía Dougie con fingido enfado.
Danny miró a Doug puso cara "triste" y dijo:
-No, Dougie, pensé que eras sólo mío...
Dougie le mandó un beso y Tom negando con la cabeza y sonriendo, sentenció:
-Lane, no les hagas caso, ya sabes que son un poco retrasados. ¡Te queremos, enana! Esta para ti.
Y, como una fan normal, se enamoraba de ellos y de su voz. Compartían hotel y se pasaban horas sentados en un sofá acurrucaditos hablando, viendo pelis, escuchando música, bebiendo..., y se levantaban en el mismo sofá con un dolor de cuello que mataba. Pero eso se terminó y los chicos se despidieron de ella en Liverpool, se fueron a un sitio que ella no escuchó porque estaba demasiado ocupada llorando y cogiendo un avión de regreso a Londres.
Todo oscuro. Todo gris. Todo vacío. Todo sin ellos. Sí, se notaba mucho la diferencia. Esa casa vacía donde poco tiempo antes había compartido conversaciones con Harry, gilipolleces con Danny, sonrisas con Tom y sexo con su rubio inútil, con Dougie Poynter. Subió las escaleras y cogió un poco de ropa de la habitación de Doug, la metió en la mochila y cerró la puerta a sus espaldas. Después, como un cuerpo sin vida o alegría, se dirigió a la habitación de Harry y tocó la batería hasta que se le durmieron los brazos y no pudo posponer más su partida. Cerró las ventanas, bajó las persianas, cerró las puertas, apagó las luces e hizo todo lo que pudo para ganar tiempo pero se tenía que ir, era la hora así que salió de la casa y cerró la puerta con llave y emprendió la marcha con Thunder de Boys Like Girls sonando en su iPod. Estaba llegando a su casa, una calle más y estaría abriendo la puerta del portal. Entonces le vio. Parecía colocado pero sabía dónde estaba y a quién esperaba: a ella. No, parecía que no se libraría de él nunca pero tampoco podía quedarse ahí toda la noche bueno, en realidad sí, pero no lo haría. Cogió valor de donde no lo tenía y caminó decidida hacia su casa, es decir, hacia él. Entonces, James se giró, la vio venir y sonrió maliciosamente. La cogió de la muñeca, la pegó a la pared y le arrancó los cascos de las orejas.
-Te estaba esperando-susurró en su oído y le besó el cuello mientras sentía sus manos subir por debajo de su camiseta.
Lane intentaba zafarse de sus zarpas pero la tenía bien aprisionada.
-James, déjame. ¿Qué llevas encima hoy?
Él negaba y sonreía mientras le tocaba los pechos y le hacía daño. No, no le producía ningún placer. Le hacía sentir que se iba a quedar sin ellos, le hacía demasiado daño.
-¡Ah! James, en serio, ¿qué te has metido?
-Nada, sólo un poquito de éxtasis, pero eso no importa.
-Sí, sí que importa. A mí sí. Me estás haciendo daño.
Hizo caso omiso y cogió su mano intentando meterla dentro de sus pantalones. Pero ella le vio venir y levantó con ímpetu la rodilla, que se estampó en su soldadito. Automáticamente recibió una buena bofetada y un cachete de los que duelen en el culo. Cogió su pelo y tiró inclinando su cabeza hacia un lado, mientras las lágrimas caían lentamente. Entonces las sirenas de un coche de la policía interrumpieron el silencio de la calle dejando a James sin posibilidad de escape. Lane se dejó caer al suelo con lágrimas que hacían que todo a su alrededor estuviera borroso. Escuchó las puertas del coche abrirse, los pasos de los policías que arrestaban a James mientras juraba que volvería a buscarla, les escuchó meterle en el coche y preguntarle a ella si estaba bien. Asintió y, a duras penas, les dijo que esa era su casa. Les escuchó marcharse y sintió alivio y ganas de escapar hasta que sus críos volvieran. Olvidar a James lejos de Londres, era lo mejor que podía hacer. Subió a su casa y se metió en la ducha mientras sentía el agua caliente sobre su cuerpo y el pecho ardía de dolor. Tenía marcas rojas allí donde James había puesto sus manos. Cerró los ojos y salió de la ducha. Se vistió y sonó su móvil, era Jeremy. Sonrió y lo cogió.
Decidido. Ya sabía adónde iría.
ME ENCANTA *-*
ResponderEliminarSigue pronto pofaa (:
Diooos! Me encanta en serio *-*
ResponderEliminar