sábado, 30 de abril de 2011

33.

33.
"I'll see you in my dreams..."

-¿Eso...eso qué quiere decir?- dijo ella, como pudo, entre sollozos. Se temía lo peor.
Hubo un largo silencio al otro lado de la línea. No podía ser fuerte si escuchaba a Lane llorar, se le partía el corazón pero finalmente dijo:
-Pues... que... tengo que dormir un poco más y pensarlo. Adiós, Lane.
Y colgó, sin más. Y Lane lloró, sin más. El rímel bajaba mezclado con sus saladas lágrimas dejando tras de sí un camino negro por el que su dolor bajaba lentamente. Respiró hondo e intentó calmarse. 
Llamó a Tom. No contestaba. Harry. Apagado. Danny. Un tono, dos, tres...
-¿Sí?- era su voz de recién levantado al otro lado de la línea.
-Da.. Dan, s-soy Lane- consiguió pronunciar ella.
-¡Ey! ¡EH! Espera... ¿estás llorando, Lane?
Se secó las lágrimas, como si él pudiese verla, y contestó:
-¡¿YO?! Puff... qué cosas dices, Danny.
-Lane, cariño, ¿qué te pasa?- preguntó Dan preocupado.
-Pues que Dougie y yo estamos mal y yo no puedo, Dan, no puedo.
-¿Cómo? ¿Qué ha pasado?
Lane se secó unas pequeñas lagrimitas que estaban a punto de caer y respondió:
-Que anoche me emborraché y Maxime se aprovechó y me besó y yo le mandé a la mierda y he llamado a Doug y se lo he contado y me ha dicho que tenía que pensar y... no sé.
-Joder... Pero, Lane, que no llores. No es tu culpa, ¿vale? Se lo va a pensar y no podrá no perdonarte...¿Qué vas a hacer?
Lane pensó un momento y después sonrió. 
-¿Me ayudas a hacer una cosa?
Danny sonrió complacido.
-Claro que sí, tontita.
-¡Guay!
Le contó todo y volvió a casa un poco mejor, aún así, necesitaba hablar con Jeremy, quien, para su suerte, estaba en el salón con Joris y Gaël cuando ella llegó a casa. Le vio y corrió hacia él, abrazándole lo más fuerte que pudo y susurrando en su oído: "Tengo cosas que contarte". Él, a su vez, sonrió y le preguntó:
-¿Aquí, con ellos, o hace falta que hablemos en privado?
Ella se encogió de hombros.
-Da igual, se terminarán enterando...
-¿De qué habláis?- dijo Joris, como siempre, enterándose de todo. A veces Lane pensaba que era incluso peor que Danny.
-¡Cuéntalo ya, Lane, por Dios!- dijo Jeremy impaciente.
-A ver, preparaos, ¿ya? Vale... pues, anoche Maxime me besó y ahora estoy mal con Dougie. ¡Ya he terminado!
-¡¿QUÉ?!- gritaron, flipando, los tres a la vez.
-Eso. Bueno, he pensado en algo para arreglarlo con Doug, me ayudará Danny, ¿quieres, Jeremy?
-No, no puedo. He quedado con Audrey hoy, vamos a su casa- contestó con cara de viciosillo pervertido.
-Ah... pásalo bien, ¡ladrón, bribón, semental!
Y pensó en Charlotte. Sí, era perfecto, así veía a Harry y terminaban lo que empezaron. Por lo que le mandó un mensaje que tuvo una respuesta afirmativa segundos más tarde.
Después de comer Charlotte y ella salieron a la calle y fueron juntas al aeropuerto donde cogieron un avión barato que iba a Berlín. Sí, le dijo que si hacía falta lo haría y no era mentira. Subieron al avión y durmieron durante la hora de viaje y, cuando llegaron, Danny estaba allí, esperándolas. Lane corrió y le abrazó, se le colgó del cuello y le rodeó la cintura con las piernas.
-Gracias, Danny. Te quiero, en serio- dijo ella sonriente mientras le lamía el moflete e intentaba descolgarse y salir corriendo, pero fue demasiado lenta; Danny la apretó más hacia sí y soltó una de sus sonoras carcajadas mientras le lamía todo el cuello y parte del moflete. Lane se rió asqueada y se secó en la camiseta de su amigo mientras Charlotte les miraba como si estuvieran locos.
-¿Llamo a Harry?- le susurró el pecoso al oído.
Lane asintió divertida, todavía colgada de su cuello, mientras él empezaba a andar y sacaba el móvil del pantalón. Charlotte caminaba a su lado y hablaba con su amiga mientras ésta trepaba como podía por el cuerpo de Danny hasta quedar sentada en sus hombros y, en el recorrido, casi le mete el pie en la boca.
-Harry, ve al hotel y espérame ahí. Es importante- dijo Danny al teléfono e inmediatamente después colgó.
-Bueno, Dan, ¿cómo hacemos lo de Doug? ¿Dónde está?- preguntó Lane impaciente tras unos minutos de silencio.
-A ver, mira, ahora él está por ahí con Tom. Entonces, se nos ha ocurrido a Tom y a mí, que podrías esperarle en la habitación cuando llegue y nosotros nos vamos a otra habitación, ¿vale? Tom me ha dicho que él ya tiene la llave de la otra habitación y yo me quedo con vosotras a esperar a que lleguen y, cuando estén en recepción, Tom me llama al móvil y nosotros nos vamos, ¿te parece?
Lane sonrió y contestó besando su mejilla. 
Subieron al coche y en el camino cantaron a voz en grito todas las canciones que se les ocurrieron y, cuando llegaron, Harry estaba sentado esperando. Cuando vio a Lane, sonrió de la manera más tierna con la que un amigo te puede mirar y demostrar las ganas que tenía de verte y la estrechó fuertemente entre sus brazos. Después saludó a Charlotte y se fueron los dos a dar un paseo y hacer sus cosas, dejando a Danny y Lane en la habitación del hotel.
-Bueno, pelirrojo, ¿qué hacemos? ¿Arreglamos la habitación de alguna manera?- preguntó ella mirándole desde la cama.
-Baja las persianas y ponle una porno- contestó entre risas y Lane, riendo también, le tiró un cojín a la cara.
-No hace falta, ¿no?- dijo ella arqueando las cejas.
-No, no creo.
Lane se levantó y fue a por su iPod. Buscó y buscó hasta que la encontró, era ésa, la canción que estaba escuchando cuando se chocó por primera vez con Dougie: First Dance de Never Shout Never. Conectó el iPod al equipo de música que había en la habitación y puso la canción en pausa.
-Ya está, perfecto. Cuando venga le doy al play- dijo la rubia satisfecha.
Justo en ese momento sonó el móvil de Danny. Compartieron una mirada de nervios y complicidad y después un pequeño abrazo y un beso en la mejilla.
-Suerte enana, me voy ya.
-Vale, gracias- contestó ella sentándose en la cama nerviosa. Esperó cinco minutos que le parecieron una hora larga e interminable, pero, cuando escuchó que la puerta se abría, se levantó de la cama, le dio al "play" y la canción empezó a sonar mientras Dougie, flipando, se acercaba lentamente a ella. No se creía que fuese ella la persona que estaba de pie en frente de él y, visto que él no decía nada, fue ella quien empezó a hablar:
-No he puesto esta canción porque sí, porque me guste, la he puesto porque es la que estaba escuchando la primera vez que te vi. Me acuerdo perfectamente que cuando se me cayó el móvil y te miré por primera vez lo primero que pensé fue que estabas buenísimo pero que tenía que parecer enfadada. A partir de ese momento me olvidé de que tenía novio, en lo único en que pensaba era en ti y aun ahora lo sigo haciendo. Y sólo quiero que sepas que he venido hasta aquí porque te dije que lo haría y porque no pienso perderte sin luchar primero. Yo... no correspondí ese beso, Doug, la borrachera no me hace olvidar a la persona que más quiero en el mundo. Perdóname.
Dougie la miró fijo a los ojos y salvó la distancia que había entre ellos con un beso romántico y apasionado, de esos que sólo daba él. De esos que los dos tanto echaban de menos. Y, así, una noche más, su amor volvió a sellarse bajo las mantas de una cama recién estrenada que presenció el deseo, la pasión, el amor y el fuego de dos cuerpos que quemaban más que el sol.

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