miércoles, 31 de agosto de 2011

43.

Hola again, little bastards ;)
Estoy de vuelta después de todo este tiempo para continuar con esta mierda durante un ratito más.
So, hope you like it y, por favor, ya es una súplica más que otra cosa, ¡comentad! :)
P.D: Hoy pongo canción porque es demasié, la amo y está relacionada con el capítulo de hoy, ¿ok? ;D
Besoooooossss

 43.
 "And I'll get there soon to sing you a happy tune". 

Y, así, amanecía un nuevo día en Londres. Ahora ya son las 12 y, en casa de los chicos, Dougie se había levantado hace cinco minutos. Abrió los ojos después de una noche sin sueños y se quedó tumbado mirando el techo. En este estado observó que el techo era de color blanco, o que lo fue en algún momento, y que tenía que pintarlo, al igual que el resto de la habitación. Recordó que Lane se lo había dicho un día, poco antes de la primera de las últimas discusiones, y habían dicho que la pintarían juntos. Pero jamás lo hicieron y él sintió que hoy era el día, tenía que hacerlo o su cabeza explotaría y de ella no saldría un cerebro, saldría la cabeza de Lane. Entonces, como mecánicamente, se levantó y bajó las escaleras y puso la radio mientras se sentaba a comer sus cereales mirando el suelo.
-Y, ahora, tengo el placer de introducirles una canción de Alex Turner, cantante de los conocidos Arctic Monkeys, como producto de su último trabajo en solitario: la banda sonora de la película inglesa Submarine, dirigida por Richard Ayoade. Se trata de un EP que consta de seis canciones, una de ellas es ésta: It's hard to get around the wind. Ahora, amigos y amigas, disfrutadla en esta dulce mañana de otoño, mientras recórdais a esa persona que tanto... amáis. Sin más dilación, Alex Turner, amigos.
La canción comenzó a sonar, primero tímidamente, y después, con más soltura, llegó a los corancitos de algunos de los oyentes matutinos que, sentados junto a la radio, recordaban ciertamente a esa persona. Uno de ellos era Dougie, que recordaba a Lane, cuyo ídolo era justamente él, el que ahora cantaba y que, como adrede, le hacía sufrir por haberla dejado escapar tan fácilmente. Tantas veces ella le había hablado de él, de lo mucho que amaba su música. Tantas veces le había puesto uno de sus cascos en la oreja y le había dicho, toda ilusionada y con ojos brillantes: "Mira, escucha esta", y él, en respuesta, había sonreído. Pero nunca ninguna de sus canciones le había llegado tanto como esta lo hacía ahora, nunca había sufrido tanto al escuchar su voz. Pero, al mismo tiempo, no podía dejar de escucharle, no podía apagar su voz hasta el final de la canción, no podía más que escuchar silencioso lo que tenía que decir.
It's like you're trying to get to heaven in a hurry
And the queue was shorter than you thought it would be
And the doorman says, "you need to get a wristband"

You've got to lift between the pitfalls
But you're looking like you're low on energy
Did you get out and walk to ensure you'd miss the quicksand

Looking for a new place to begin 
Feeling like it's hard to understand
But as long as you still keep pepperin' the pill
You'll find a way to spit it out, again
And even when you know the way it's gonna blow
It's hard to get around the wind.

A partir de aquí, sintió unas lágrimas que no podía contener, que no quería contener y, sin saber cómo ni por qué, supo que ella también lloraba con una canción en ese momento. Tal vez no con la misma, pero lloraba. Y, estaba en lo cierto, lloraba desconsoladamente mientras Joris la abrazaba sabiendo que era un extraño. Pero eso él no lo sabía, tampoco le importaba, él sólo lloraba y le maldecía por haber cantado todo eso, por escribir esa canción y se maldecía por haberla escuchado de principio a fin mientras sus cereales se ablandaban en la leche. La canción terminaba y se escuchaba al locutor de nuevo:
-Preciosa, ¿verdad? Soy Zane Cuprick y estamos en directo, emitiendo para toda Inglaterra, cuando son las... 12 y cinco del medio día, desde la BBC Radio One. Alex Turner, el prodigio cantante y líder de los Arctic Monkeys, acaba de sonar con su canción It's hard to get around the wind. Y, bueno, debo confesar que hoy, mientras la lluvia moja las calles de Londres, el equipo y yo nos hemos puesto melancólicos. Así que, a partir de ahora y hasta la una de la tarde, cuando daremos paso a Greg James, compartiremos con vosotros y vosotras, amigos, la mejor y más grande colección que el tiempo nos permite de canciones tristes e imprescindibles en la música indie. Ahora os dejamos con un corto espacio publicitario, no os mováis porque volveremos con las pilas cargadas en tan sólo unos minutos. Yo soy Zane Cuprick y estás escuchando BBC Radio One.
En ese momento, aparecieron Harry y Danny en la cocina y apagaron la radio por el bien de su amigo.
-Eh, ¿qué hacéis? Me encanta este programa- dijo Dougie, demasiado tocado como para darse cuenta de que unas pequeñas lágrimitas terminaban de resbalar por sus mejillas.
-Ah, sí, ¿cómo se llama el locutor del programa?- preguntó Harry veloz. Silencio es todo lo que obtuvo como respuesta.
-A Lane le encantaba ese cantante, ¿sabéis?- contestó como si sirviese para explicar sus lágrimas.
Sus dos amigos se miraron apenados y después le miraron a él.
-Pero, Doug, ella... no está- dijo Danny intentando ser comprensivo-. Y nosotros estamos aquí para ayudarte a superarlo, porque creo que es hora.
Dougie les miró, primero a uno y después al otro, se levantó y, antes de abrir la puerta, dijo:
-Me voy a por pintura, hasta ahora.
Ellos le miraron marcharse por la puerta, sabiendo que tenía que estar solo, y comenzaron a desayunar. 
Arriba, Sophie se duchaba y preparaba, ya que en menos de una hora Ally vendría a buscarla. Cuando terminó de prepararse, bajó las escaleras y se sentó en un taburete de la cocina mientras bebía un vaso de agua y esperaba a su amiga. Poco después, sonaba el timbre y Sophie veía a Ally en el umbral de la puerta. Se abrazaron y la invitó a entrar. Saludó y miró mal a Harry todavía con rencor y convencida en su fuero interno de que la había dejado por Lane. En ese momento entró Dougie con dos cubos enormes de pintura en las manos. Todos se giraron y le miraron mientras Ally, un poco malévolamente, decía:
-Hola, Dougie.
-¿Qué haces tú aquí, Allyson?- contestó él muy serio, dejando la pintura en el suelo.
-¿Qué manera es esa de tratar a las visitas, Doug?- dijo ella sonriendo sarcásticamente. Disfrutaba con esta escena.
-No me llames así, Allyson. Tú no eres bienvenida aquí y lo sabes- contestó mientras abría la puerta invitándola a salir.
-No me voy a marchar si Sophie no me lo pide, Doug.
-Sabiendo lo que has hecho, ¿cómo tienes el valor de seguir mirando a Sophie a la cara y decir que no te vas a ir de aquí?
Ally se acercó a él y le susurró al oído para que nadie la escuchase:
-Sabes que te gustó, Doug.
-¿Y de qué sirve eso si ahora me arrepiento y desearía olvidarlo todo? ¡Eh!, dímelo, listilla.
-Sirve para joderos la vida. Adiós, Sophie, ciao, Harry.
Y salió por la puerta con aires de superioridad, dejando a todos boquiabiertos y a Dougie de mala uva.
-Me voy de aquí- dijo cabreado, mientras subía las escaleras con la pintura en la mano deseando pintar ese día para siempre. El día en que lo hizo con ella, con Allyson.


martes, 2 de agosto de 2011

42.

Lo siento, puede que el poema del final no esté del todo bien traducido.. pero... es lo que hay. 
Espero que os guste, besiños :D


42.
"I think I was blind before I met you. Now I don't know where I am, don't know where I've been".


Peor que estar lejos de quien amas es estar lejos de quien amas fingiendo que ya no significa nada en tu vida. Estar con una persona y cada noche soñar con esa persona a la que has perdido, ver su rostro en tu mente cada vez que estás solo y llorar su pérdida cuando nadie te ve. Pero, como dicen, es más fácil engañarse a sí mismo que afrontar la realidad y el dolor que te rodea. 


Pov: Lane Wood


A la mañana siguiente me desperté y vi a Antoine mirándome, cosa que me asustó un poco, pero sonreí.
-Buenos días, dormilona- me dijo con una voz demasiado cariñosa y no pude más que forzar una sonrisa y, entonces, dijo-: ¿Te quedas a desayunar?
Me terminé de vestir e, intentando ocultar los nervios y las ganas de irme que tenía, contesté:
-Sí, bueno, ¿sabes qué? No hace falta, yo... no quiero ser una carga así que, eh, creo que... que me voy a ir.
Él se levantó rápidamente de la cama y caminó hacia mí hasta estar prácticamente a mi lado. Me puse los tacones y le miré esperando que se apartase pero no, él no parecía estar por la labor.
-Esto... Antoine, si no te apartas no puedo marcharme- dije lo más amablemente que pude.
-Ya lo sé. Pero no te dejaré irte sin que me des tu número primero, lo siento.
Ya, yo también.
-¿Dónde lo apunto?
Me tendió su móvil y tecleé mi número lo más rápido que mis dedos me permitieron. Se lo devolví y, como parecía no ser suficiente, le besé rápidamente y me escabullí antes de que pudiese decir nada más. 
Nada más salir de allí sentí unas ganas tremendas de llorar desconsoladamente, pero me contuve. Saqué el móvil del bolso y llamé a Sophie.
-¡So puta! ¿Qué tal en París?
Su voz me tranquilizó un poco y sonreí.
-Bien, bueno, más o menos...
-Vale, espera- me interrumpió y escuché un: "Danny, sal", al otro lado de la línea-. Vale, ya, dime, ¿qué pasa?
-Pues, bueno, para empezar que me he acostado con uno y todo bien hasta que cerré los ojos y lo primero en lo que pensé fue en Dougie y... me han entrado ganas de llorar, de abrazarle y... y te llamé. ¿He interrumpido algo?
-No, bueno, eso da igual. Puff, vale, ahora mismo te estoy abrazando, ¿vale?
Sonreí con una mezcla de melancolía y tristeza. 
-No sé qué decirte. Creo que tienes que intentar seguir adelante y olvidarte de él como sea, sé que es difícil, pero no hay mucho más que puedas hacer, cariño. ¿Quieres hablar con Danny?
-Gracias, te quiero.
-Y yo...
-¡Espera! ¿Sabes algo de Ally? Hace mucho que no hablo con ella.
-Sí, me mandó un mensaje el otro día y vamos a quedar, ¿quieres que le diga algo?
-Sí, mándale un beso, ¿vale?
-Vale, te quiero. Te lo paso.
Esperé unos segundos y entonces escuché su voz al otro lado de la línea, cosa que me hizo sonreír de oreja a oreja.
-¡Rubia tonta!
-¡Pecoso inútil!
-Un placer oír tu voz- dijo entre risas.
-¿Me echas de menos, tontito?
-Sí, bueno, intentaba hacerme el duro pero...  ¡VUELVE!
-Yo también te echo de menos, feo.
Hubo un pequeño silencio en el que los dos supimos qué tema tocaba ahora: Dougie.
-¿Cómo está él?
-¿Él, quién? ¿Marvin? Bueno, de vez en cuando alguna bola de pelo y tal, pero, ya sabes, lo normal en un gato. No le he preguntado, pero creo que es feliz.
-Idiota. No Marvin, Dougie.
Escuché un suspiro y le sentí dudar un momento.
-Bueno, él está... ¿Sinceramente? Jodido. Podría decir jodidísimo, pero el querría parecer un macho así que me quedo con jodido. ¿Y tú?
-De puto culo.
-Hasta que has hablado con el hermoso y simpatiquísimo Danny, ¿verdad?- dijo intentando animar la conversación, aunque fuese sólo un poquito.
-Sí, en ese momento ya he sentido ganas de morir.
Danny se rió y consiguió sacarme una carcajada y una tímida sonrisa.
-Bueno...
-Bueno... ¿hacemos lo del cuelga tú?- preguntó con voz de niño pidiendo un juguete a sus padres.
-Esto, sí, Danny, sí- contesté entre risas.
-Ja ja. Un beso, enana.
-Te quiero, Dan.
Tardó un momento en contestar y yo adiviné una sonrisa. Nunca antes le había dicho que le quería, pero lo hacía. Le quería mucho.
-Y yo a ti, Lana-Lane.
Sonreí.
-Adiós, Danny.
Y colgué. Justo a tiempo para bajar al andén del metro. Me puse los cascos y, mientras sonaba  Chealsea Dagger de The Fratellis, dejé de pensar en Dougie para pensar en mi hermano. Sí, no sé por qué, pero pensé en él. Y, extrañamente, me sentí sola. En París, rodeada de desconocidos, sin familia, sin los amigos de casa y sin novio. No era nada positivo, pero sonreí. Lo llevas crudo, Lane.


Aquella misma noche Antoine me llamó. Colgué y fui a cenar. Estábamos solos Joris y yo. Hablamos de todo un poco durante la cena y, después, cuando ya nos habíamos sentado en el sofá, me preguntó:
-Y, ¿qué tal con tu bajista?
Sonreí porque no sabía qué hacer y contesté:
-Lo hemos dejado. Hablaremos cuando vuelva.
Me miró mientras buscaba en su bolsillo y, después, dijo:
-Oh, lo siento... ¿Porrito?
Se lo llevó a los labios y lo encendió. Me ofreció y no dije que no. Casualmente, estábamos escuchando Bob Marley, su ídolo, por lo que no hizo falta decir mucho más. Entonces, se empezó a reír. Para ser sinceros, estábamos un poco fumados y nos habíamos bebido unas pocas cervezas.
-¿Qué pasa?- pregunté, mirándole.
-Que... que... se ha... terminado- contestó entre risas.
Y nos reímos como si hubiese contado el mejor chiste de la historia.
-Espera, ¿te hace un ron con coca?- preguntó como pudo mientras intentaba levantarse.
Me levanté con él y, entre risas, fuimos a la cocina. Quedaba un poco de coca cola y media botella de ron, así que se nos ocurrió la fantástica idea de juntarlo. Y lo hicimos, aunque parte del ron se perdió. 
-¿Sabes qué quiero? ¡Galletas!- dije yo, entonces. Y, maldito el momento, arrasamos con todo. Cuando terminamos en la cocina, fuimos a la habitación de Joris y bebimos lo que quedaba de ron. Nos tumbamos uno al lado del otro y encendimos un cigarro. Nos miramos y, antes de darme cuenta, nos estábamos besando. Y, mientras nos besábamos, Bob cantaba Could you be loved. 
-Maxime se va a enfadar- dijo, y nos reímos. Fue como, si de un modo u otro, nos riésemos de él.
-Eres malo.
Se rió y me arrancó la camiseta, al mismo tiempo que yo le quitaba la suya y él me besaba los pechos. Nos desnudamos y le sentí dentro de mí. Y llegamos al clímax y mi subconsciente gritó:
-¡Oh, Dougie!
Pero lo gritó demasiado alto. Abrí los ojos repentinamente y le miré, pero parecía no haberme escuchado. Al contrario, parecía haber escuchado el suyo y lo hizo con más ganas. 
Cuando terminamos, me tumbé a su lado y susurré:
-Gracias.
Él me sonrió y me besó. Después, se durmió y yo le miré un momento. No había sido para nada como con Antoine, había sido mil veces mejor- quitando mi ¡Oh, Dougie!, claro-, había sido espontáneo y bonito, incluso. Con Antoine fue como una obligación, pero con él, en cambio, llegué al orgasmo y lo pasé. Cierto es que con ninguno olvidé a Dougie pero, después de hacerlo con Joris, no soñé con Dougie. Lo que me pareció todo un logro a estas alturas. Y con esos pensamientos me dormí, de algún modo, esperando encontrarme allí con Dougie. Pero me fue imposible encontrarle en toda la noche.


I'm not lonely
sleeping all alone

You think i'm scared
but I'm a big girl
I don't cry
or anything

I have a great
big bed
to roll around
in and lots of space
and I don't dream
bad dreams
like I used
to have that you
were leaving me
anymore

Now that you're gone
I don't dream
and no matter
what you think
I'm not lonely
sleeping
all alone

- I'm not Lonely, Nikki Giovanni

* No soy una solitaria
durmiendo sola

Piensas que estoy asustada
pero soy una chica fuerte
ya no lloro
ni nada

Tengo una enorme
cama
en la que rodar 
y un montón de espacio
y ni siquiera tengo pesadillas
como antes
en las que me estabas abandonando

Ahora que te fuiste
ya no sueño
y no me importa
lo que pienses
no soy una solitaria
durmiendo sola.